Clayton frunció ligeramente el ceño. Su brazo alrededor de su hombro se tensó, y su voz era firme y baja.

“No pasa nada. Todo estará bien”.

Clayton no olvidó llevarse consigo el teléfono de Nicole antes de salir. Nunca la había visto tan agotada. Sus ojos estaban sin expresión, lo que hizo que su corazón se encogiera.

El cuerpo de Nicole estaba rígido y tembloroso.

Realmente esperaba que fuera una falsa alarma.

Sin embargo, también sabía que Kai nunca bromearía con la salud de Floyd.

Ella temblaba y quería llamar a Kai para preguntarle los detalles, pero él también tenía prisa. Había mucho ruido de fondo, por lo tanto no podía escucharlo con claridad.

Clayton la consoló con su profunda voz: “No tengas miedo, Nicole. Llegaremos pronto”.

Se dio cuenta de que ella tenía las manos inconscientemente apretadas e inmediatamente las sujetó.

El chófer condujo muy rápido y llegaron al hospital en apenas diez minutos.

La gente de Grant estaba abajo para recibirlos.

Nicole los siguió co