Clayton tampoco tenía apetito. Bajó los cubiertos, se limpió lentamente la boca y retiró los platos mientras ella abría sus regalos.

Lo que Nicole disfrutaba era, claramente, el proceso de abrir los regalos.

En cuanto ella los abría, Clayton sabía que una gran parte de estas cosas se guardarían.

Ella salió del vestidor satisfecha. La sonrisa en su rostro aún no se había desvanecido.

Clayton se acercó para abrazarla. La implicación en sus ojos era clara.

“¿Vamos a ducharnos?”.

Nicole se congeló y se sonrojó un poco.

Por supuesto, sabía lo que iba a ocurrir después. Incluso había una vaga anticipación en su corazón.

Asintió y corrió hacia el baño. Justo cuando estaba a punto de cerrar la puerta, una mano la detuvo.

Su corazón dio un salto al ver a Clayton entrar por la puerta. Sus ojos oscuros brillaban con una luz significativa mientras la miraba como si fuera su presa.

“Ya es muy tarde. ¿Nos duchamos juntos?”.

Su razón era pretenciosa, haciéndola incapaz de negarse.

Nicole