Una profecía los une, por los pecados de sus padre en el pasado, su destino es destruirse.
Un príncipe formado desde la cuna para la guerra y otro formado para establecer el orden, ambos pilares de un poderoso reino.
La última descendiente de un linaje divino, destinada a vengar toda la sangre que se derramó de su gente. Ambos hermanos obsesionados con la mujer que tienen que destruir, un reino a la espera de resurgir.
El amor logrará nacer en medio de tanto odio, logrando dividir el reino, comenzando por los primeros versos de aquella profecía, esa maldición que les fue impuestos por sus padres.
Hace muchos años se liberó una guerra entre dos poderosos reinos, el Reino Dragon spito out blood swords fue el vencedor, no tuvo piedad con ningún habitante de aquel reino, dejando todo a su paso en solo cenizas.El Rey enseño orgulloso su triunfo a sus dos únicos herederos, a quien el reino había bautizado como los dos dragones. A su corta edad ambos pudieron contemplar la crueldad de su padre, y hasta que punto estaba dispuesto a llegar para obtener más poder y riqueza.La vida del hijo menor, el Principe Valerian Dragon había trascurrido entre escándalo tras escándalo, después de las guerras que tuve que ganar en nombre de su padre, se sumergía en la bebida y los excesos, se acostaba con las esposas de los demás nobles, organizaba orgías. To
Solo me mantuve en silencio observando al suelo, en todo momento, aquel hombre me intimidaba me provocaba miedo tan solo mirarlo, algo en aquella mirada oscura provocaba que mis piernas comenzaran a temblar. Que clase de hombre era este, que podía doblegarme con su sola presencia. —¡Arrodillate delante de su majestad! — uno de aquellos hombres que me habían obligado a venir, me golpe las piernas cayendo de rodillas al suelo. —¿Porque no me has respondido? — sentí sus pasos acercándose hasta a mi —¡Habla! —por alguna razón comencé a temblar —Acaso tu mas grande cualidad es la escritura y no el habla. “Puede sentir sus labios recorrer todo mi cuerpo desnudo, mientras siento como tu gran miembro entra en mi sin piedad alguna. Cubres mi boca tratando de ahogar mi voz, siento que en cualquier momento term
Su mirada era tan profunda, tan sofocante que lograba sacarme el aliento sin ejercer ningún tipo de fuerza sobre mi. Me sentía indefensa ante el, ahora sabia lo que sentí una presa ante su depredador.—No estas en la posición de solicitar nada —levanto mi mentón, mirando fijamente mi rostro —Eres solo una desgraciada mujer, sin familia y que vive en mi reino.—Yo...yo no vivo en su reino, su majestad —trate de alejarme pero rápidamente tomo mi cuello —Vivo muy lejos de su reino y n….—¡Pero ahora te encuentras en el! —ejerció un poco mas de presión sobre mi cuello —Mientras tengas tus sucios pies en mis tierras
Lentamente comencé a abrir los ojos encontrándome a Aldara a mi lado, llevo su mano a mi frente para después regalarme un sonrisa.—Que bueno que despertaste al fin —acaricio mi mejilla —Estuviste con mucha fiebre durante tres dias, pensé que nunca ibas a volver a despertar.—¿Tres dias? —trate de incorporarme de la cama, pero sentí un mareo.—Espera, no te levantes —me tomo de los hombros recostándome nuevamente en la cama —Dejame traerte algo de comer, todavía estas muy débil.Tomo un pedazo de tela para secarse las manos y salir corriendo de las habitación dejando la puerta abierta, con toda la fuerza que había reunido logre levantarme de l
Volví a mi escondite cuando me di cuenta que se trataba de unos simples viajeros que pasaban muy cerca de donde me encontraba, a pensás podía distinguir algo con esta oscuridad. Una flor que se encontraba cerca el lago llamo mi atención, al acercarme me di cuenta que era la planta que podría calmar las dolencias del príncipe no sabía cuál era su nombre pero yo y mi abuelita la llamábamos “Espíritu del bosque” porque con tan solo su aplicación en cualquier herida podía sanarla y calmar el dol
Me quede perdida en aquella mirada oscura, llena de maldad, deje de prestarle atención a sus ojos. Logre sentir como su mano presiono mi trasero, lo hizo con tal fuerza que pude sentirlo aunque tuviera muchas capas de ropa sobre mi.—¿Que hace aquí ella? — trate de levantarme pero el príncipe sostuvo mi cintura obligándome a quedarme sentada en su regazo —Que se largue de aquí.—Ella no ira a ningún lado —trate de levantarme pero el solo me mantuvo en su regazo —Tranquila —arreglo un mechón de mi cabello —Tranquila, Sariel.—¿Sariel? — escuche un golpe en la mesa —¡ERES UN
El sonido de una puerta abriéndose por la fuerza resonó por toda la habitación, me aferre tan fuerte a aquel joven que pensé que terminaría cortando su respiración, después de un momento me envolvió en sus brazos acariciando mi cabello. —Déjenos solos —comencé a temblar —¡Lárguense! — escuche como la puerta se volvió a cerrar —Todo esta bien, ellos ya se fueron. Lentamente comencé a soltarlo, cuando mis pies tocaron el suelo me atreví alevantar la mirada a aquel hombre quien solo se me quedo viendo fijamente. —¿Quien eres tu? — levanto una ceja sin decir nada —¿Donde esta Sir.Froilan?
Algo muy dentro de mi sentía la necesidad de gritar, la luz de un rayo ilumino su rostro, lleno de malas intenciones.—Va...¿Valerian? —susurre.—Quitate el camisón y recuéstate en la cama —solo comencé a negar —Quitate el camisón y recuéstate en la cama, Sariel.—No — me abrace a mi misma, mientras retrocedía —Quiero que te vayas.—Obedece —su voz sonaba autoritaria.—Eso no esta bien.—Has lo que te digo —con una sola mano se quito aquella camisa que traía, dejándome ver la parte de arriba de su cuerpo, la luz de la vela me pe