Eryx DeCostelloNew YorkAl día siguiente de esa noche maravillosa, me desperté muy temprano por la mañana, aún abrazado a la almohada pensando que era ella... Mi Ava.Me preparé un café para poderme activar y tomé previo a eso un vaso de agua para refrescarme. Me metí a bañar mientras estaba mi café y al salir ya estaba listo, me lo serví en una taza y lo bebí sin importar lo caliente que estaba casi de un trago. Busqué entre mis prendas de vestir algo casual, no podía presentarme con algo tan rígido como lo eran mis trajes de oficina. Estaba por salir para ir a encontrarme con Ava, cuando me llamó Dante.—Hola Eryx, buen día ¿Cómo está su majestad?—Hola Dante, bien gracias ¿Pasa algo? Tú nunca me llamas y menos en domingo.—Te llamo para que avises a nuestra madre que Ary estará conmigo por unos días, no se siente bien —Me informaba — Para que no se preocupen por ella ni ella ni papá, por lo que pasó la última vez— ¿Quieres que vaya a tu casa?, ¿Qué le pasa a Ary?—No, anda un poc
Ava Janssen New YorkEstaba en la oficina, estaba organizando todo lo que se habia hecho hoy, ya estaba casi todo archivado, solo faltaría la firma del último proyecto en el que se estaba trabajando Eryx, cuando llegó Dante uno de sus hermanos.–Hola Ava, buenas tardes. – Saludó muy formal.–Hola, Dante, buenas tardes ¿Buscas a Don Eryx? Se fue hace un momento con uno de sus clientes que vino por él – Me anticipé a responderle.–No, Ava, vengo a verte a ti. Me ha mandado Ary y me ha dicho que te entregué este sobre. Dice que te lo envía con mucho cariño y que cuando lo tengas le llames.–Gracias Dante, por molestarte en traérmelo pero ¿Ary está bien?, ella siempre anda por la empresa y hoy no la he visto para nada.Era muy extraño, que era la hora y aun no se presentaba. Dante me miraba con una mirada de alguien que acaba de ser descubierto y después de darme el sobre que Ary me envió con él, como no queriendo se atrevió a decirme algo.–No la verás en unos días, ella está bien dentr
Ava Janssen New YorkSolo una persona que esté tonta no lo aprovecharía y yo, dejé de ser una tonta desde que dejé a ese feo de mi ex marido.–Gracias Ary, me encantó tu regalo y no sé como pero te garantizo que esta noche me llevaré a Eryx al basquetbol – Dije animada – Solo tengo una condición.–Ay Ava, tenías que salir con algo o dejarías de ser tú – Se rio – Dime ¿Cuál es tu condición?–Mi condición es que, me digas ¿Por qué luchaste tanto por estas entradas y enviaste a Dante a que me las trajera?, quiero que me digas ¿Qué te pasa? Y ¿Por qué no has venido a la empresa?–Ava, estoy arruinada – Se soltó a llorar – Fuimos con mi abuelita a hacernos unas cosas al salón de belleza y nos han desgraciado la cabeza para siempre. No sé cuánto tiempo pase para que vuelva a pisar la empresa, que no pienso salir así ni ver a nadie, soy un esperpento.Ella siguió llorando en la línea por un rato y yo me quedé callada, al menos que mi llamada le sirviera para desahogarse y calmarse. Pobre de
Eryx DeCostelloNew YorkEsa tarde volví a mi oficina sintiendo el latir de mi corazón, esperando que Ava a pesar de que le dije que podía irse pudiera estar esperándome todavía. Subí a mi oficina gustoso y al bajar del ascensor de la Presidencia, caí en desanimo. Todo estaba en absoluto silencio.–Que tonto fui, debí decirle que me esperara o insinuárselo.Ella no estaba ya en su lugar y todo estaba cerrado y apagado como siempre lo dejaba yo. Entré a mi oficina, para tomar unos documentos de mi escritorio y revisarlos con calma en mi suite antes de dormir esta noche, cuando una nota muy luminosa estaba en el centro de mi escritorio.Pensé que sería una nota de amor y como un adolescente me emocioné, esa mujer hacia que todos mis sentidos se disparan de solo pensar en ella. No me acordaba de haber sentido así por ninguna otra mujer en mi vida y eso me encantaba, que fuera ella la que me pusiera a mil. No quería a nadie más. Sabía que en ella tenía todo lo que me faltaba.Leí la nota
Eryx DeCostelloNew YorkNos miramos fijamente y sé que se emocionó al verme, lo podía notar por su expresión corporal, de inmediato cambio su postura.–Don Eryx, ha llegado. Pensé que me iba a dejar plantada – Se puso de pie para saludarnos – De cualquier modo, yo no me iba a perder el partido.–Ava, ¿Cómo crees que no iba a venir? Son tú y los Knicks – Respondí riéndome – Tú me encantas y soy fan del equipo desde que mi padre nos traía a mis hermanos y a mí.La acerqué suavemente a mí, la abracé y le robé un beso apasionado y lento notando como ella se estremeció en mis brazos. Después de ese breve y hermoso momento y antes de sentarnos le hice entrega de su playera y su gorra.–Ava, he traído esto para que lo usemos en el partido. No sé si quieras ir a cambiarte tu playera o si la quieras usar después.Ella tomó los artículos y de inmediato–Muchas gracias Don Eryx, no necesito ir a ningún lado. Me la pondré aquí mismo.Ava era tan simple como práctica y amaba eso de ella. Se puso
Eryx DeCostelloNew YorkCuando terminamos el beso nos tomamos de las manos, era tan refrescante todo lo que me hacía sentir esta mujer, todo lo iba viendo con otros ojos, como si se mostraran por primera vez para mí. Íbamos en la limusina recorriendo las calles de Manhattan, no quería que terminara el recorrido, el chofer sabía perfectamente donde estaba el hotel de Ava, pues antes de bajarme le habia indicado hacia donde nos dirigiríamos después. Era lógico que se dirigía hacia allá. Pero el cambio de planes para ir a cenar, requería ser solucionado.–Dime Ava, ¿a dónde te gustaría ir a cenar? – Le pregunté, mirándola a los ojos – Puedes sugerir la comida que más te guste, hay una gran variedad de restaurantes internacionales.–Tengo ganas de comer la mejor comida china del mundo, Eryx. – Me dijo entusiasmada – Me han dicho del famoso Chinatown.Efectivamente fue lo primero que se me vino a la mente, donde más podíamos encontrar los mejores patillos que el famoso barrio chino. Toqué
Ava JanssenNew YorkAl día siguiente llegué a la empresa muy temprano para esperar a Ary en el tocador del primer piso. Necesitaba ver lo que le había pasado por mis propios ojos o no podría ayudarla. Entré al tocador y me senté en el elegante mueble que había ahí dentro para esperar a Ary, estaba por enviarle un mensaje cuando vi a entrar a un chico algo raro como de mi estatura, usando una gorra de los Yankees y gafas de sol.Era un sujeto muy extraño, pues se habia equivocado de servicio, estaba a punto de decirle que este era el tocador de mujeres, y se quedó de pie frente a mí y me pregunté ¿Será posible?–Hola Ava, soy yo Ary – Dijo ella quitándose los lentes – Veo que no me reconociste.Pues no me lo hubiera imaginado, pensé que sería su otro hermano, su mellizo que vendría a darme alguna razón de ella y del por qué estaba tardando tanto.–Hola Ary, perdón en efecto no te reconocí ¿Cómo estás? – Me desconcertaba su actitud.–De eso hablamos luego Ava, ¿Cómo les fue ayer en el
Ava JanssenNew YorkToda la gente volteaba a ver a Ary y Eryx seguía sin dejar de reírse. Yo levanté su gorra del piso y se la puse en la cabeza a Ary como pude, no sin antes darle un manotazo a Eryx para que le dejara de molestar la cabeza.–Ya basta Don Eryx – Dije molesta – Usted no tiene respeto por nadie, que vergüenza. Debería ser más empático con la gente.–Ava, mi hermana no aguanta nada. Mi abuela está aún peor y me dijo mi hermano Jerome que ayer le hicieron bromas toda la tarde y que ella terminó tomándoselo con humor.Que falta de respeto hacia sus mayores, aun siendo de la misma familia se trababan de esa manera, pues no dejaría que se burlara de su hermana delante de todos y menos en mi presencia.–No toda la gente se toma igual las cosas y me extraña que alguien tan importante y diplomático como usted no lo sepa – Lo miré muy enojada – Veo que no se da cuenta, lo afectada que está ella.–Ary ya, no te tomes así las cosas. Quítate la gorra un minuto, te tomaré una foto