Ava DeCostello

New York

Los primeros meses de nuestros hijos fueron muy difíciles, pues ellos no se parecieron en nada a Charlie, ella siempre fue desde bebé, muy tranquila como Eryx, pero este par no lo eran para nada, no podía negar que eran más Janssen que DeCostello. Mis padres juraban que eran idénticos a mi cachorro y a mí, cuando éramos niños y tienen razón.

Lo bueno de todo, era que estaban perfectamente sanos y a medida que iban creciendo, su hiperactividad aumentaba, pues la pasaban molestando a su hermana mayor, Charlie ya estaba en la primaria y ellos apenas en el kínder y nada los detenía, con nada se estaban quietos.

–Mami – Me gritó, Charlie – Dex y Dom, me están pegando. Me rompieron mi muñeca.

–Ya mi amor, tranquila – Consolé a Charlie – Ve con tu papá, iré a ver a este par.

Viendo la situación de mis hijos, que eran terribles, fue que empecé a compadecer a mis padres y a mis abuelos, si así habíamos sido Philip y yo, pobres de ellos, pues no teníamos freno y nada nos