Eryx DeCostello

New York

Estoy sorprendido de todo lo que me ha preparado Ava, me sentí como la princesa del cuento, sin exagerar. La estoy cubriendo con mi cuerpo y aún no salgo de ella, fue magnífico, como sentí su piel contra la mía y el haber podido venirme en ella sin protección, fue celestial, pues en estos momentos me doy cuenta de que ya estamos buscando a un bebé. Nuestro primer bebé. Me llena de regocijo saber que lo vamos a intentar y eso me indica que el tiempo se me viene encima.

–Hola, preciosa. – Dije cuando pude.

Le digo cuando beso sus ojos cerrados, está hermosa después de haber pasado estos minutos tan gloriosos, no sé por qué me sentí tan diferente, pero no de manera extraña, todo lo contrario, como si me hubiera liberado de muchas presiones y no en el sentido físico.

–Hola, guapo. – Dice con una sonrisa de satisfacción en los labios.

Suelta sus piernas de mi cintura y me coloco de costado, la llevo conmigo y recuesta su cabeza en mi pecho, mi corazón no ha dejado