Nara mordía la uña de su dedo anular, era la que más estable estaba, las demás eran verdaderamente un desastre
Mientras el hombre frente a ella, en aquel comedor, solo la observaba como si estuviese loca
La verdad no sabía desde cuando buscarlo a él, en aquellos momentos menos adecuados se había convertido en el pasatiempo de Nara
Lo único que veía, era que mientras comía, la mujer había llegado junto a él, con una expresión completamente desolada
Estaba tan estresada que no había dejado de morder sus uñas, mientras él con un terrible fastidio incluso había dejado de comer
Y la observaba con fastidio y asco en aquel preciso momento, tanto así que cuando por fin sus ojos distantes, conectaron con los suyos
Dante levantó una ceja y la miro con una expresión llena de preguntas, pues ciertamente no había hablado desde que había llegado
—¿Qué te traes? Definitivamente eres muy molesta, creía que estabas camino al hospital por qué tu adorado esposo te llamaba, ¿dime? ¿Le hice mucho da