"Buenos días, Evan. Te quiero". Evan sonrió en su sueño al escuchar a Shantelle repetir aquellas palabras. Ella nunca se cansaba de expresar lo que sentía. En su sueño, él no respondió, pero sintió la calidez de esas palabras en su corazón. De repente, escuchó el zumbido de su teléfono. Era su despertador. "Shanty, ¿puedes apagar la alarma, por favor? Quiero dormir más. Es sábado…", gimió Evan en sueños. "Shants. ¿Shanty?". Abrió sus ojos y se dio cuenta de que estaba llamando el nombre de su esposa. Se incorporó y se giró hacia el lado vacío de la cama. Entonces, su mirada se posó en la mesilla de noche. Cuando vio los papeles del divorcio y la carta que ella escribió, recordó de nuevo que Shantelle ya se había ido. "Cierto. Se fue…", dijo Evan en voz baja. Pensó de nuevo en que se suponía que éste era su momento más feliz. Era libre. Todo lo que tenía que hacer era formalizar el divorcio y sería oficialmente un hombre soltero, pero, ¿por qué seguía sintiendo su pecho apre
Unas horas antes, ese mismo día."¡Shanty! ¿Estás emocionada por tu fiesta de despedida?", dijo Karise con alegría. Su corta melena negra saltaba de alegría ante la idea. Shantelle acababa de llegar a casa de su mejor amiga. La había llamado días antes para informarle de que su familia se marchaba definitivamente de Rose Hills. Lloraron por teléfono, pero poco después hablaron del brillante futuro que le esperaba a Shantelle. Fue más que suficiente para levantar su estado de ánimo. "¡Shants!", gritó Celeste, otra chica pelirroja. "¡No puedo creer que mi chica buena esté en un club!". Felice, la otra amiga de Shantelle, voló desde otra ciudad para verla ese día. Le dijo: "¡Te voy a enseñar a bailar nena!". Karise, Celeste y Felice eran amigas de la universidad de Shantelle, a quienes había descuidado desde que se casó con Evan. Su mundo giraba en torno a Evan y se había perdido toda la diversión de su último año en la universidad. Las cuatro amigas se pusieron vestidos y s
Evan no podía creer lo que veían sus ojos. Shantelle siempre había sido muy reservada. A Evan le gustaba pensar que era así por él. Él fue su primera pareja y, curiosamente, él nunca había tenido intimidad con nadie más, aparte de su actual exesposa. Shantelle nunca fue de las que salían a discotecas, ni le gustaba bailar en medio de la multitud con una falda por encima de las rodillas. Ella se vestía a la moda, pero rara vez enseñaba mucha piel en público. Para Evan, Shantelle no necesitaba llevar ropa sexy para saber que tenía un cuerpo espléndido. Al ver que Shantelle llevaba un vestido de encaje que se ajustaba a su cuerpo, Evan respiró profundo. Sus ojos observaron cómo su cabello dorado rebotaba de un lado a otro y sus caderas se balanceaban mientras bailaba con sus amigas. Evan conocía bien a las compañeras de Shantelle, sobre todo a Karise. Una cosa que le tranquilizó fue el hecho de que ella no había llegado al club con un hombre. Ya suponía que esta salida nocturn
Evan consiguió escapar de las amigas de Shantell. Pero por desgracia, su querido coche deportivo no se escapó del vómito de Shantelle. "Ay no. ¡Qué horrible!", Shantelle se dijo asqueada después de vomitar por el costado del coche de Evan. Su vestido se manchó parcialmente y apestaba completamente a alcohol. "No voy a volver a tomar nunca más". 'Maldita sea, mi coche favorito'. Evan estaba al volante. Su otra mano se extendió hacia la espalda de Shantelle. Acarició su espalda y dijo: "Nunca vas a volver a tomar así, Shanty. ¿De acuerdo? No aguantas el alcohol". "¡Ja! ¡Es tu culpa que esté tomando, imbécil!", respondió Shantelle y al instante estaba a punto de vomitar nuevamente. Bajó la ventana del coche y vació el contenido de su estómago. Sí, vomitó en las calles vacías mientras Evan conducía por la noche. "No te voy a llevar así a casa de tus padres", anunció Evan antes de tomar otra curva. Al cabo de treinta minutos, llegaron a su villa. Evan cargó a Shantelle en brazos
Cuando amaneció, Evan se despertó y encontró a Shantelle vestida con uno de sus vestidos. Ella no se había llevado todos sus vestidos cuando empacó. Los que él le había regalado en el pasado seguían en su armario. Durante un segundo, contempló su esbelta figura. Tenía que admitir que ella tenía un cuerpo precioso. "¿Quieres que le pida a Howard que te lleve toda tu ropa?", preguntó Evan, refiriéndose al chofer de la familia Thompson. Se levantó y mostró su pecho esculpido. Shantelle acababa de subirse la cremallera del vestido. No se giró hacia Evan mientras le respondía: "No las necesitaré". Sacudiendo la cabeza, él dijo: "Shanty. No seas así...". "No los necesitaré", repitió ella con firmeza, finalmente dirigiéndole la mirada. "Será mejor que me vaya, Evan. Mis padres me están esperando…". "Yo te llevo". Evan se ofreció. "No". Shantelle frunció los labios y dijo: "No es buena idea. Puedo tomar un taxi por mi cuenta". Evan frunció las cejas. Él sugirió: "Si no quier
Evan tenía la mirada perdida en la ventana de cristal de la habitación del hospital, preguntándose cómo estaría Shantelle. Sacó el teléfono del bolsillo de su pantalón y se quedó mirándolo. "Maldición…". Seguía sin poder comunicarse con ella. "Evan, el doctor dijo que puedo irme a casa en dos días". Evan escuchó una voz femenina detrás de él. Se dio la vuelta perezosamente y miró a la dueña de la voz, dándose cuenta de que era Nicole. Sí, era ella. ¿Cómo había podido olvidar que la había venido a visitar en el hospital y que llevaba así más de una semana? Inmediatamente, Evan se sintió arrepentido al ver la apariencia de Nicole. Tenía cortes y moratones en la cara. Un grupo de matones violó a Nicole en la calle, todo porque él la dejó en el club LEX. Keith, su amigo, ni siquiera se molestó en disculparse en persona por no haber llevado a Nicole a casa. Mientras él hacía el amor con Shantelle, Nicole sufría en la calle. Aún más, Evan se sintió obligado a ayudar a Nicole.
Las puertas dobles de la villa se abrieron bruscamente, golpeándose contra la pared. La Señora Shaw y Nicole movieron la cabeza en dirección a Evan. "Evan…". Nicole se sobresaltó al decir su nombre. "¡Nos asustaste! Menos mal que regresaste pronto". Nicole todavía tenía un vendaje mariposa en la mejilla. Parte de su ojo todavía estaba hinchado, dejando ver un tinte púrpura en su piel. La grieta de sus labios se había secado. En general, estaba mejor en comparación con los graves golpes que había recibido hacía más de una semana. Señaló la ropa desparramada en el sofá y luego hacia una caja vacía. Nicole dijo: "Imagino que estabas tan ocupado últimamente que no tuviste tiempo de guardar la ropa de Shantelle, así que lo hice por ti". Cuando Evan no respondió, Nicole se acercó a él y le dijo: "Esta villa es increíble. Estoy segura que será un buen entorno para que me cure mejor. Contigo...". "¡¿Qué haces aquí, Nicole?!". En un tono frío como el hielo, Evan preguntó, alzando su
"¡Shanty! Shanty!". Evan había estado gritando frente a las puertas cerradas de la mansión de los Scott. Sus ojos se entrecerraron al mirar alrededor de la propiedad. Las luces de las verjas y las luces de las vallas estaban encendidas, pero la casa estaba completamente a oscuras. "¿Acaso no hay nadie dentro?". A pesar de saber que podía acabar enfrentándose a la ira de su ex-suegro, Evan condujo valientemente hasta la casa de los Scott, deseoso de aclarar cualquier malentendido con Shantelle. Algo dentro de él quería dejar las cosas claras con ella, especialmente sobre Nicole. "¿Shanty? ¡Shanty!”. Volvió a llamar. Ni siquiera estaba seguro de si había alguien dentro de la casa que pudiera escuchar su voz. Como no obtenía respuesta, Evan decidió llamar al propio Doctor Scott. El teléfono sonó una vez y saltó al buzón de voz. Volvió a llamar y ocurrió lo mismo. Se le escapó un gruñido al darse cuenta de que el Doctor William Scott, el padre de Shantelle, había bloqueado su