Cuando cumplió los dieciocho años, sus hermanas decidieron hacer una fiesta para celebrarlo por todo lo alto. Toda la familia Kuznetsov estaba invitada, además de sus amigas del colegio. En ese momento se encontraba en una buena época y estaba tratando de encajar en un grupo. Jelena estaba muy entusiasmada con la celebración, desde que su mamá murió no había tenido un cumpleaños que fuera especial, y estaba feliz de compartirlo con su nueva familia.Jelena se atrevió por primera vez a usar un vestido un poco más corto. Aunque aún tenía kilos de más, su piel estaba bonita y el costoso trabajo de ortodoncia que le estaban haciendo había mejorado mucho su sonrisa. El vello de su cuerpo había sido eliminado con un tratamiento láser al que fue empujada por Gema; había tenido mucho miedo, pero su sobrina se lo hizo primero y, al ver el maravilloso resultado, se atrevió. Había quedado muy contenta con el mismo. Se sentía más bonita que nunca, Gema la había maquillado y ayudado a escoger el v
―Hermanas, hay algo que quisiera pedirles ―dijo Jelena a Ivanna y Katerinas días después de su fiesta de cumpleaños.―Lo que quieras, cariño ―respondió Ivanna.―Quiero que me ayuden a evitar a Mikhail, en este preciso momento no quiero verlo ―Pidió Jelena, aunque estaba muy nerviosa su voz era serena.―¿Sucedió algo en la fiesta que te molestó? ―preguntó Katerina que era más perspicaz. ―No, Kate, solo que cuando me entregó el anillo me sentí abrumada, no me lo esperaba y creo que aún es pronto para pensar en casarme, no me he terminado de graduar de la secundaria, y aunque me siento mejor, mi psiquiatra dice que me tome los cambios con calma.―Entiendo ―Asintió Ivanna.―Este momento de mi vida es de cambio, dejo la escuela para irme a la universidad, quiero estudiar y tener un futuro profesional y no quiero tenerlo a mi alrededor cortejándome porque sé que eso solo me generará estrés.―¿Por qué hablas con Mikhail y le dices que pospongan el compromiso hasta que te gradúes en la unive
Había pasado tres años sin ver a Mikhail, tal vez era hora de aclarar el panorama. Iría a la boda, sin embargo, una cosa era lo que se planeaba y otra lo que ocurría. El día que debía partir hacia Londres para asistir a la boda, amaneció enferma; al parecer comió algo en mal estado en el campamento, porque pasó toda la noche vomitando, después se descompuso del estómago y empezó la fiebre. Fue al médico y le colocaron antibióticos porque le diagnosticaron una infección intestinal, pasó tres días sin poder salir de la casa. Llamó a Ivanna desde el hospital para informarle de su enfermedad, su hermana le dijo que no se preocupara que ella justificaría su ausencia, no se inquietó mucho y decidió dejarlo en manos del destino. «Lo que ha de ser, será», pensó antes de dormirse.Días más tarde recibió una llamada de su padre. Acababa de llegar de trabajar, y estaba cansada después de pasar el día entreteniendo a niños de once años. Le gustaba su trabajo, pero a veces era agotador. Cuando su
El tiempo transcurrió muy lentamente para Jelena durante el mes que estuvo en Nueva York, se estaba volviendo loca recordando el pasado y sin nada más que hacer. No se atrevía a salir del hotel por temor de que alguien la reconociera o que Mikhail la encontrara sentía que aún no tenía las fuerzas para enfrentarlo. Su anfitrión, un hombre llamado Brett Forrest, era un individuo entrado en los cuarenta, amable, pero distante, que lo preparó todo para su estancia y, días más tarde, se marchó de la ciudad en un viaje de negocios.Sus noches en Nueva York fueron difíciles. Estuvieron plagadas de sueños de Mikhail, de su tiempo juntos, de las veces que hicieron el amor. En medio de la oscuridad lo añoraba, extrañaba sus manos recorriéndola, sus brazos alrededor de su cuerpo y sus besos cargados de pasión. Se despertaba en la madrugada abrazando su almohada y con el cuerpo ardiente, entonces, las lágrimas acudían a sus ojos y se permitía llorar en silencio, ahogando los sollozos para no desp
La vida de Jelena en la finca de los suegros de Ivanna estuvo cargada de tranquilidad, al fin pudo relajarse y mantener una rutina cotidiana que la ayudó a equilibrar sus emociones lo que para ella fue algo positivo porque necesitaba fortaleza para enfrentarse a Mikhail .Al fin pudo dormir por las noches, se levantaba muy temprano para hacer el desayuno, comía con su hermano para luego despedirlo cuando este salía al instituto. Karlen comenzó a estudiar en la escuela local.Jelena pasaba el día dando largos paseos alrededor del lago, daba de comer a los patos, leía sobre ser madre y se metía en la cocina con Miranda y la cocinera para aprender a cocina.Su embarazo avanzaba con lentitud, y su vientre ligeramente redondeado era el único indicativo de que su hijo crecía en su interior. No tuvo ningún malestar, no supo lo que eran las náuseas por lo que se sintió muy afortunada. Miranda le recomendó a una doctora amiga para que la atendiera en su embarazo y la acompañó a la consulta ha
Hasta el día del juicio contra Benjamín O´Brian, Mikhail logró mantener oculta la identidad de su esposa. En su carácter de víctima su nombre no fue difundido, sin embargo, esa situación cambiaría ese día porque era un juicio de carácter público por lo tanto el nombre de Jelena saldría a la luz. Además, en los juzgados siempre había periodistas que cubrían los juicios y cuando se dieran cuenta de quienes eran los involucrados en eses caso, lo ocurrido saldría expuesto a la opinión pública. A Mikhail nada de lo que dijeran los periódicos le importaba, iba dispuesto a apoyar a su esposa y a recuperarla.Lamentó que la fiscalía no pudo presentar cargos contra Beatriz Cifuentes por falta de pruebas, no habían podido demostrar una implicación que pudiera ser comprobada más allá de la duda razonable. Sin embargo, después de terminado el juicio de O´Brian, los abogados de los Kuznetsov estaban preparando una demanda civil en contra de su exasistente. Mikhail se juró que de alguna manera Bea
Jelena entró a la sala de audiencia tomada del brazo de Mikhail, un murmullo se extendió por la misma ante su aparición. Se acercaron al fiscal y, después de los saludos correspondientes, tomaron asiento en el primer puesto de la primera fila, justo detrás de la parte acusadora. Ivanna y Gael se sentaron a su izquierda, Katerina y Alexander, Gema y Konstantin, Alexa y Damién terminaron de llenar la fila de asientos. Su familia estaba allí para darle apoyo, faltaba Karlen, pero Jelena le pidió que se mantuviera al margen del juicio y él respetó la decisión de su hermana mayor, poco a poco la sala fue llenándose. Rania llegó corriendo cinco minutos antes de que se llenara la sala, se ubicó en su puesto detrás de Jelena, apretó cariñosamente el hombro de su amiga y lanzó puñales con los ojos a Mikhail. Algo que hizo que Jelena sonriera un poco, su amiga era un caso, sus expresiones siempre eran tan exageradas que no había duda alguna sobre lo que pensaba o sentía. Benjamín fue llevado
Mikhail miró el rostro de su esposa y a pesar de que mantenía la cabeza en alto, sus ojos, siempre eran tan expresivos, mostraban vulnerabilidad. Intuía que sus pensamientos en ese momento debían ser lúgubres por lo que tomó su mano envolviéndola en la suya, transmitiéndole calor. Estaba helada a pesar de que la calefacción calentaba el edificio. Después, cuando su mano se calentó, Mikhail entrelazó sus dedos y con su pulgar empezó a trazar círculos en el dorso de su mano con el objeto de tranquilizarla. Jelena miró sus manos unidas y levantó la mirada hacía el rostro de su esposo, buscando una señal de lo que pensaba o sentía. A pesar de que sus ojos destilaban rabia mientras observaba a Benjamín, al mirarla a ella estos se suavizaron de inmediato.―Todo saldrá bien, ya pasó lo más duro.«No, no ha pasado lo más duro», pensó Jelena. La fiscalía había repasado con ella la lista de testigos de la defensa y varios de ellos eran chicos a los que ella había besado en la universidad. Todos