Capítulo treinta y seis. No tienes corazón."Narra Chloe"Cuando entro al hospital estoy desesperada. Me parece que más puertas de cristales que ruedan automáticamente para dejar pasar, no corren lo suficientemente rápido. Me voy tropezando con todo el que me encuentro porque solo quiero ir donde está el médico de mi hijo y saber que está bien, que no va a pasar nada irreparable cuando salga de aquí.Ha sido todo mi culpa. Él no tiene a nadie más que a mi para estar a salvo, es un pequeño niño que depende de cuanto lo cuide y he fallado. Le he fallado a él y a mi hermana.Dios, por favor que todo esté bien con él o no voy a perdonármelo nunca.Finalmente encuentro a una persona que me ayuda a encontrar la habitación que busco y doblando por un corredor veo a Sergi y a Leona, me detengo.Vuelvo a echar a andar y voy directo al pecho de mi marido. —¡Maldit0 bastardo, maldit0!Sus manos tratan de detener mis puños y su madre abre una habitación al frente y nos empuja dentro.Ya sabemo
Capítulo treinta y siete. Es tu culpa."Narra Chloe"—¿Qué haces aquí? La pregunta sale de mi boca y de la de Sergi a la misma vez. Incluso su madre y el propio Maxen se nos quedan viendo asombrados. No se esperaban semejante sincronía y creo que nosotros tampoco. —Tengo que hablar contigo — me dice ignorando a su hermano por completo —. ¿Qué te ha pasado en la cara?Mete la mano por dentro de mi cabello para ver bien la herida pero me alejo de su toque. Él me mira asombrado y Sergi me aprieta la mano que tengo en la suya, nuevamente mostrando su poder fiero sobre mi.—¡Nada, me di un golpe!—¿Seguro...? — cuestiona poniendo una postura agresiva. —Ya te ha contestado — ladra Sergi —. Ahora vete y déjanos en paz, tenemos a nuestro hijo lastimado ahí dentro queriendo ver a su madre. Creo que ya la has entretenido bastante.—Estoy a nada de partirte la cara, hermano — masculla el traidor.—Deja que hable un segundo con él, cariño — me pongo frente a Sergi que pone sus ojos en mi —. Se
Capítulo treinta y ocho. Fue mi hermano. "Narra Chloe" Me tomo un segundo antes de entrar a ver al niño otra vez. He tenido que salir a por agua, me duele mucho lo que ha pasado y saberme culpable es mucho peor. Necesitaba un segundo... Unos segundos para recomponer mi corazón, mi mente... mis ideas. Si hubiera sabido que crecer dolía tanto, y también hubiese podido no lo habría hecho. Preferiría mil veces más ser pequeña, para nada dueña de mi, de mis decisiones y mis sentimientos. Me encantaría ahora no sentirme responsable de lo que le pasó al crío, de confiar en la gente equivocada y de ser la presa y carnada en medio de dos hermanos cuyo odio trasciende hasta mi. —¡Chloe! Le oigo murmurar mi nombre dándome cuenta de que no se ha ido y no sé por qué lo hace pero eso no cambia lo que pasó y cierro los ojos intentando alejar de mi memoria cuando ese mismo nombre ha sido gemido en mi oído por otras razones. —Vete de una vez, Max. Esa última línea no muestra el enfado que t
Capítulo treinta y nueve. Voy a recuperar a mi mujer."Narra Chloe"Alzo mi teléfono intentando que usar la excusa más estúpida funcione. Sus ojos me observan desconcertados pero al menos no abre esa puerta que podría suponer una extrema complicación si semejantes hombres se encuentran cara a cara ahí dentro.—Recuperar mi teléfono — arruga la frente —. No me había dado cuenta de que lo había dejado en algún lado hasta que volvía y le escuché sonar. Era mi padre, no respondí — me apresuro a decir.—Vamos — ordena y me indica que camine hacia la habitación del crío —. Te está llamando. Las siguientes horas las paso con Albert y no vuelvo a saber de Max, no me molesto en ponerme en contacto con él y tampoco pruebo a mi suerte respondiendo a alguna de las llamadas que me hace. Ha pasado de no querer nada conmigo a querer demasiado. Doy vueltas por la habitación cuando la madrugada se hace densa y pienso y pienso en las complejidades de mi vida. Me prometo cuidar mejor de mi misma y sin
Capítulo cuarenta. La noticia en el periódico."Narra Chloe" Sin pegar un solo ojo en toda la noche me levanto antes de que la alarma suene y me meto bajo la ducha. Grito cuando pongo la temperatura helada, pero es que necesito esos espasmos que me provoca el frío para mantenerme con los pies en la tierra, la visión alerta y la cabeza en su lugar. Me echo un buen rato en el cuarto de baño y ir suerte para cuando bajo al comedor, mi esposo ya está terminando de desayunar. ¡Genial, así no tendré que verle mucho tiempo! —Buenos días, mi hermosa esposa. —Buen día — respondo con la mejor sonrisa que tengo mientras me siento en la mesa. —Te estaba esperando. Te quería informar que voy a salir por un viaje urgente de negocios y estaré tres días fuera del país... Tengo que contenerme con todas mis fuerzas para no aplaudir o arrodillarme y lanzarle unas plegarias, tres Ave Marías y dos Padres Nuestros al Señor. —De acuerdo — me limito a responder de manera escueta y con un tono impers
Capítulo cuarenta y uno. No habrá nadie más en mi vida."Narra Chloe"—Dime, Chloe — Maxen insiste en su pregunta con su cara muy dura y eso a mí me indigna más todavía —, ¿a dónde ha ido esa mujer?—¿Cómo te atreves a restregarme eso por la cara? — pregunto al borde del llanto. Necesito que se marche con efecto inmediato, antes de perder el control de sus emociones —. Esa mujer se sentía culpable por destrozarte el corazón hace años, esa mujer era una ilusa que creía en el amor, que creía en ti... Esa mujer ya no existe Maxen y tú hace mucho tiempo que has dejado de ser el hombre de que yo estaba perdidamente enamorada.—Está bien — susurra él tratando de insistir en acercarse a mí —. Cálmate, por favor.—No necesito calmarme...—No quiero marcharme dejándote así.—¿Así cómo? — pregunto con una furia poco común en mi persona —. Estoy perfecta... libre y deseando salir de todo esto y acabar con la guerra entre tu hermano y tú para empezar mi nueva vida como una mujer libre y empezar a
Capítulo cuarenta y dos. ¿Creíste que no te vería?"Narra Chloe"Me encantaría mantenerme comedida, ir despacio y con prudencia pero no puedo. Su mirada me seduce, su forma de morderse la boca me hace aceptar lo inaceptable: no puedo negarme ser suya. Prefiero mil veces morirme que dejar de besarlo, de acariciar su cuerpo y dejarle deshacer el mío. Soy adicta a él, no puedo evitarlo.No puedo cuando me besa el hueco que va de mi hombro a mi cuello, no puedo si me tira en la cama revuelta de todas las vueltas que he dado hoy pensando en él cuando ahora le tengo encima.No puedo ser precavida si me mira así, rendido a lo nuestro.Dios sabe que lo intento pero no puedo. No puedo detener nada con Maxen, soy incapaz. Me hace sentir dueña del mundo en sus brazos, me hace perderme en él, rendirme en sus atenciones a mi cuerpo. Me hace sentir en casa, en mi lugar perfecto del mundo. Él es mi destino y no puedo no entregarme a eso.Mis piernas le rodean las caderas encorvado mi cuerpo bajo el
Capítulo cuarenta y tres. El amigo de mi hermana."Narra Chloe" Sus maldit0s guardaespaldas me llevan al trabajo. No porque me vayan a proteger, no. ¿De qué lo harían? Son mis perros vigilantes. Más bien para lo contrario. Me ha puesto dos hombres para ver todos mis movimientos aunque no los cubran todo, algo más que nada pueden darle. Paso por la seguridad del edificio con uno de ellos, los otros dos se mantienen en el coche. Todos me miran y me saludan con sorpresa y asombro pero me da igual, el problema es que no sé como hacer que Max mantenga la distancia después de lo de esta mañana y teniendo en cuenta que hemos sido víctima del voyerismo. —Lo siento pero no puede subir al piso de dirección si no es personal autorizado por el C.E.O — nos detiene alguien de seguridad del building. —Es mi guardia personal — trato de que no se me note la alegría. —Lo siento señora, es la nueva política de la empresa y solo puede subir a dirección usted y los asistentes de dirección.