Capítulo cuarenta y dos. ¿Creíste que no te vería?"Narra Chloe"Me encantaría mantenerme comedida, ir despacio y con prudencia pero no puedo. Su mirada me seduce, su forma de morderse la boca me hace aceptar lo inaceptable: no puedo negarme ser suya. Prefiero mil veces morirme que dejar de besarlo, de acariciar su cuerpo y dejarle deshacer el mío. Soy adicta a él, no puedo evitarlo.No puedo cuando me besa el hueco que va de mi hombro a mi cuello, no puedo si me tira en la cama revuelta de todas las vueltas que he dado hoy pensando en él cuando ahora le tengo encima.No puedo ser precavida si me mira así, rendido a lo nuestro.Dios sabe que lo intento pero no puedo. No puedo detener nada con Maxen, soy incapaz. Me hace sentir dueña del mundo en sus brazos, me hace perderme en él, rendirme en sus atenciones a mi cuerpo. Me hace sentir en casa, en mi lugar perfecto del mundo. Él es mi destino y no puedo no entregarme a eso.Mis piernas le rodean las caderas encorvado mi cuerpo bajo el
Capítulo cuarenta y tres. El amigo de mi hermana."Narra Chloe" Sus maldit0s guardaespaldas me llevan al trabajo. No porque me vayan a proteger, no. ¿De qué lo harían? Son mis perros vigilantes. Más bien para lo contrario. Me ha puesto dos hombres para ver todos mis movimientos aunque no los cubran todo, algo más que nada pueden darle. Paso por la seguridad del edificio con uno de ellos, los otros dos se mantienen en el coche. Todos me miran y me saludan con sorpresa y asombro pero me da igual, el problema es que no sé como hacer que Max mantenga la distancia después de lo de esta mañana y teniendo en cuenta que hemos sido víctima del voyerismo. —Lo siento pero no puede subir al piso de dirección si no es personal autorizado por el C.E.O — nos detiene alguien de seguridad del building. —Es mi guardia personal — trato de que no se me note la alegría. —Lo siento señora, es la nueva política de la empresa y solo puede subir a dirección usted y los asistentes de dirección.
Capítulo cuarenta y cuatro. No puedo ser tu amante."Narra Chloe"—Pero Jack — le tomo las manos por encima de la mesa —, necesito que me digas que más sabes. Si no no sé como ayudarte ni a nosotros tampoco. No sé qué hacer, me dejas sin opciones.—Lo siento no puedo — luce atormentado y no recuerdo haberlo visto así nunca antes —. ¿Crees que si pudiera no te diría? Si supieras lo que... — se seca el sudor con un pañuelo que saca de su bolsillo —, lo siento Chloe. Lo siento tanto.—¿Van a ordenar ya? — interrumpe el mesero.Hacemos una especie de pausa en la conversación y me alejo soltando sus manos. Por más que lo pienso no sé qué puede haber que le haga ponerse así pero tengo que averiguarlo.Cuando me enderezo en mi silla mientras ellos ordenan una botella de vino para todos, veo algo que me llama la atención: Jack tiene en su muñeca derecha un lunar rojo interno. El problema es que es exactamente igual a otro que ya he visto antes en la espalda baja de Albert. Me llevo las manos
Capítulo cuarenta y cinco. Flotando en una burbuja. "Narra Chloe" Sonrió sin querer mientras observo las hermosas vistas de la ciudad de Tokyo que me ofrece la terraza del hotel de lujo en el que estoy hospedada. Llegué con Maxen la noche anterior. Él tuvo un altercado con unas máquinas que se estaban fabricando en Japón, el ejecutivo a cargo de las negociaciones en Japón no había podido manejar la situación y Maxen tuvo que planear un viaje de emergencia para Japón. Todavía me parece increíble que mi esposo me haya dejado venir con su hermano. Aunque sé que lo hizo únicamente porque Maxen prácticamente le dejó dicho que en cuanto regresara a la ciudad, le firmaría el dichoso acuerdo. Max casi que, de una manera muy implícita, le dejó en claro a Sergi que hacer este viaje conmigo era una condicional para firmar su contrato. Y así fue como llegué hasta acá. Extraño a mi niño Albert y confieso que me da mucho miedo dejarlo solo, pero confío en que mi esposo esté lo suficientemente
Capítulo cuarenta y seis. No estoy dispuesto a perderla."Narra Maxen"El corazón se me estremeció dentro del pecho y los ojos se me humedecieron, pero antes de que pudiera pararme a pensar en ello, sumergí una mano en su cabello y la beso con una pasión explosiva que consigo hacerla olvidar hasta su nombre.Le acaricio los pechos, mis dedos juegan con sus pezones y un río de fuego recorre el centro de mi cuerpo, logrando que me duela la entrepierna. Ella alza las caderas para aproximarse aún más a mi y para mí el deseo ya se ha convertido en dolor haciendo de la paciencia una gesta imposible. El roce de mi lengua en su piel la hace retorcerse de placer, pero nada comparado con lo que tiembla o jadea cuando mis dedos se cuelan bajo la tela que todavía cubría el triángulo entre sus piernas. —Maxen... — se estira hasta encontrar mu boca y me saborea con detenimiento —. Estoy ardiendo... y... ¡Oh Dios mío! Esto es insoportable.Con una especie de rugido animal, le levanto las piernas
Capítulo cuarenta y siete. La próxima vez puedo ser yo."Narra Chloe"Después del éxtasis, me recorre la sensación de ser capaz de volar, aunque el cuerpo de Maxen me tenía atrapada, algo que jamás me había resultado tan placentero.Él me abrazó con el cariño que en otro tiempo ya me había resultado tan natural. Con la felicidad al menos momentánea iluminando mi corazón, fui recorriendo a besos el pecho de Maxen al mismo tiempo que él me miraba sonriendo y muy satisfecho con mis movimientos.—Chloe... — murmuró besándome la palma de la mano.—Quiero que sepas que elegí estar contigo hace ya mucho tiempo —declaro entusiasmada con toda la seguridad que puedo.Su cuerpo experimentó una tensión casi imperceptible.—Trata de no olvidar que también elegiste abandonarme cuando tu padre te lo ordenó.Yo me quedé lívida al oír aquello.—No... No fue así.—Ten cuidado, amor mío — continuó él diciéndome con la suavidad de la seda —. La próxima vez, puede que sea yo el que te abandone.La felici
Capítulo cuarenta y ocho. Sorpresa, pequeña zorra."Narra Chloe" Los días en Japón pasan más rápido de lo que me gustaría. Me ha encantado sentirme joven otra vez rodeada de empresarios que quieren impresionar a la única chica entre ellos. Los celos de Max han sido encantadores. Me sonrío solo de pensarlo pero ha sabido controlar sus impulsos. El episodio confuso del otro día no fue más una constante entre los dos y pude volver a respirar con tranquilidad a aus lado. Ahora estamos en un teatro lleno de personalidades importantes que vienen a ver uno de los eventos culturales más significativos de su elegante cultura y nosotros tenemos palco privado. —Si no tuviéramos compañía te metería la mano bajo ese vestido que llevas que me está volviendo loco y te follaría contra el balcón — susurra en mi oído y noto el sonrojo en mi piel. Es tan descarado. —Siempre podemos recrear la escena en la habitación cuando estemos en el hotel — propongo tapándome la boca con el paipai de souvenir.
Capítulo cuarenta y nueve. ¿Quién es el cerdo aquí?"Narra Chloe"—¿En serio...? ¡No me digas! — Sergi me levanta las manos contra la pared y empiezo a hiperventilar —. ¿Llamamos mejor a la policía y le decimos que tu marido te ha dado una sorpresa y no te ha gustado porque prefieres acostarte con su hermano? —Estoy harta de ti y de todo — le empujo.Presiento que se ha alejado porque ha querido pues su fuerza no es para la mía, estoy segura de hecho.—Pues peor para ti. Recoge tus cosas que te vas a mi hotel conmigo. Tu marido soy yo y no él. —No entiendo lo que quieres, joder. Eres un maldito psicópata — sonríe y me lleno de ira —. Quieres que haga que se deje manejar por lo que tu quieres de él a través de mi y después, al segundo siguiente te pones como una fiera y me quieres sacar de su camino. Aclárate de una maldita vez. Puto loco.—¡No te hagas la lista conmigo...! — grita tomándome de la mandíbula con una sola mano lanzándome contra la pared al tiempo que la puerta de la ha