Capítulo treinta y dos. No me alejes."Narra Chloe"Cuando rompo el beso no digo nada. Dejo que me guíe a la casa en el más absoluto silencio. Tomados de la mano, saboreando la brisa marina y la sensación de tenernos sin hacerlo realmente, es un anticipo perfecto a la pasión que ambos hemos ido acumulando con el paso de los días, los encuentros y los deseos, y que estábamos a punto de hacerla explotar pero lo que él no sabe es que no pienso seguir con esto... no tengo intención de hacerlo.—¿Me quieres contar la historia de tus días fuera de la ciudad? — pregunto tanteando su estado de ánimo. No quiero imcomodarlo pero tengo que buscar la manera de acercarme a sus intenciones para entenderlo o por el contrario, despedirme definitivamente, de alguna forma. —En otra ocasión tal vez — responde esquivo, para variar, y me mira de lado, imitándome.—Cuando siento que puedo empezar a estar más cerca de ti otra vez..., me echas directo a los brazos de la incertidumbre y siento que retrocedo
Capítulo treinta y tres. No me rompas el corazón."Narra Chloe"—¿Ahora vas a dejar de divagar de una vez o seguimos jugando al gato y al ratón? Levanto la cabeza de su pecho y hago contacto con sus ojos antes de contestar.Me encanta sentir todo mi cuerpo temblar del orgasmo que he tenido, y amo verle igual de afectado pero siento que si me dejo guiar por lo que dice al final algo no ira bien.No puedo decir cómo lo sé pero es un presentimiento. Y en eso normalmente no fallo.—Por lo menos reconoces que tú también donde dices "blanco", luego dices "negro" — señalo al mismo tiempo que me siento en la cama sobre mis muslos.—No te me pongas refranera ahora que no te va mucho, ¡eh! Me tira de nuevo en la cama y se viene conmigo hasta caer encima de mi. —No te burles que me entendiste.Mis piernas le abrazan la cintura y mis manos se entrelazan en su cuello.Le miro y sé que viene otra montaña que subir. Por más que quiera dejarle de lado no lo logro. Es como si corriera por mis venas
Capítulo treinta y cuatro. Todo valdrá la pena. "Narra Chloe" A la mañana siguiente después de tres días juntos amanezco feliz y plena como hacía mucho mucho tiempo que no me sentía. Unas noches exquisitas han desembocado en unas mañanas espléndidas. Hoy es el día en el que vamos a volver a la ciudad. Por supuesto que tendremos que hacerlo por separado, no obstante, ya es tiempo de poner en marcha lo que propuso Max. No consigo entender porque él me hace feliz, pero el hecho de sentirme a gusto en tantas ocasiones entre sus manos, me confirma lo efímera que la infelicidad, es a su lado y con eso me conformo. —Amanecer delante de tus ojos, es la sensación más exquisita que he podido sentir, jamás — le oigo en la puerta del baño y cuando miro lo encuentro envuelto en una toalla y de cuerpo semidesnudo, mirándome sonriendo y acomodando su húmedo cabello con sus dedos. Esos ojos en los que podría nadar me sonríen y es que, Dios... que lindo es este hombre y que mirada tiene.
Capítulo treinta y cinco. Conmigo no se juega."Narra Chloe"Conducir de regreso a casa es toda una proeza. No sabía hasta que recuperé mi auto y tomé la carretera de.vuelta que me sentiría así.Me muero de ganas de ver a Albert pero tengo cierto toque de ansiedad por tener que enfrentarme de nuevo a una persona con la que ya no contaba. Ya no estaba en mi lista de cosas para hacer desde hoy, volver a ver a Sergi. Ha pasado dos días fabulosos en los que me he sentido tan libre como hace mucho tiempo y saber que pierdo esa identidad recién recuperada...duele.Me suena el móvil y miro en la pantalla de mi auto el rostro de Max en video llamada. Acepto y enseguida le tengo sonriendo frente a mi. Es tan lindo verlo de nuevo así.—Estás preciosa cuando conduces — chasqueola lengua —. Todavía tengo tu olor en mis sentidos, mi amor. Te prometo que no dejo de pensar en mis manos en tu cuerpo esta mañana. No paro de verte con los ojos cerrados disfrutando y haciéndome...—¡Para, por favor! —
Capítulo treinta y seis. No tienes corazón."Narra Chloe"Cuando entro al hospital estoy desesperada. Me parece que más puertas de cristales que ruedan automáticamente para dejar pasar, no corren lo suficientemente rápido. Me voy tropezando con todo el que me encuentro porque solo quiero ir donde está el médico de mi hijo y saber que está bien, que no va a pasar nada irreparable cuando salga de aquí.Ha sido todo mi culpa. Él no tiene a nadie más que a mi para estar a salvo, es un pequeño niño que depende de cuanto lo cuide y he fallado. Le he fallado a él y a mi hermana.Dios, por favor que todo esté bien con él o no voy a perdonármelo nunca.Finalmente encuentro a una persona que me ayuda a encontrar la habitación que busco y doblando por un corredor veo a Sergi y a Leona, me detengo.Vuelvo a echar a andar y voy directo al pecho de mi marido. —¡Maldit0 bastardo, maldit0!Sus manos tratan de detener mis puños y su madre abre una habitación al frente y nos empuja dentro.Ya sabemo
Capítulo treinta y siete. Es tu culpa."Narra Chloe"—¿Qué haces aquí? La pregunta sale de mi boca y de la de Sergi a la misma vez. Incluso su madre y el propio Maxen se nos quedan viendo asombrados. No se esperaban semejante sincronía y creo que nosotros tampoco. —Tengo que hablar contigo — me dice ignorando a su hermano por completo —. ¿Qué te ha pasado en la cara?Mete la mano por dentro de mi cabello para ver bien la herida pero me alejo de su toque. Él me mira asombrado y Sergi me aprieta la mano que tengo en la suya, nuevamente mostrando su poder fiero sobre mi.—¡Nada, me di un golpe!—¿Seguro...? — cuestiona poniendo una postura agresiva. —Ya te ha contestado — ladra Sergi —. Ahora vete y déjanos en paz, tenemos a nuestro hijo lastimado ahí dentro queriendo ver a su madre. Creo que ya la has entretenido bastante.—Estoy a nada de partirte la cara, hermano — masculla el traidor.—Deja que hable un segundo con él, cariño — me pongo frente a Sergi que pone sus ojos en mi —. Se
Capítulo treinta y ocho. Fue mi hermano. "Narra Chloe" Me tomo un segundo antes de entrar a ver al niño otra vez. He tenido que salir a por agua, me duele mucho lo que ha pasado y saberme culpable es mucho peor. Necesitaba un segundo... Unos segundos para recomponer mi corazón, mi mente... mis ideas. Si hubiera sabido que crecer dolía tanto, y también hubiese podido no lo habría hecho. Preferiría mil veces más ser pequeña, para nada dueña de mi, de mis decisiones y mis sentimientos. Me encantaría ahora no sentirme responsable de lo que le pasó al crío, de confiar en la gente equivocada y de ser la presa y carnada en medio de dos hermanos cuyo odio trasciende hasta mi. —¡Chloe! Le oigo murmurar mi nombre dándome cuenta de que no se ha ido y no sé por qué lo hace pero eso no cambia lo que pasó y cierro los ojos intentando alejar de mi memoria cuando ese mismo nombre ha sido gemido en mi oído por otras razones. —Vete de una vez, Max. Esa última línea no muestra el enfado que t
Capítulo treinta y nueve. Voy a recuperar a mi mujer."Narra Chloe"Alzo mi teléfono intentando que usar la excusa más estúpida funcione. Sus ojos me observan desconcertados pero al menos no abre esa puerta que podría suponer una extrema complicación si semejantes hombres se encuentran cara a cara ahí dentro.—Recuperar mi teléfono — arruga la frente —. No me había dado cuenta de que lo había dejado en algún lado hasta que volvía y le escuché sonar. Era mi padre, no respondí — me apresuro a decir.—Vamos — ordena y me indica que camine hacia la habitación del crío —. Te está llamando. Las siguientes horas las paso con Albert y no vuelvo a saber de Max, no me molesto en ponerme en contacto con él y tampoco pruebo a mi suerte respondiendo a alguna de las llamadas que me hace. Ha pasado de no querer nada conmigo a querer demasiado. Doy vueltas por la habitación cuando la madrugada se hace densa y pienso y pienso en las complejidades de mi vida. Me prometo cuidar mejor de mi misma y sin