Mansión Greco.Le cuenta Sofía a Gianna, lo sucedido esta tarde en el restaurante.—Fue muy desagradable ver a Charlotte en compañía de Ángel, mi niña estaba muy incómoda, apenas si probó bocado.—Esto es obra de Ítalo Greco, odia la felicidad de los demás.—Por supuesto que lo es, lleva su sello. Mañana mismo iré hablar con él.—Es peligroso Sofía, te puede hacer daño.—Daño es, lo que no le voy a permitir, que nos haga a todos. Tengo que actuar, no voy a consentir que arruine la relación de mis hijos. Sabes lo mucho que quiero a Inmaculada, la defenderá a ella también como una madre.—Me emociona oírte tan decidida, así se habla amiga. Está de más decirte, que cuentas conmigo.—Lo sé Gianna, pero esto debo resolverlo sola. Ítalo no intentará nada estúpido en mi contra.—¿Tienes un as bajo de la manga?—Tengo muchos, pero todo a su tiempo Gianna. Con Ítalo hay que ir con cuidado, con paso firme, pero con cuidado.Toca a la puerta Gio, y al entrar hace contacto visual con ellas, sin e
Mansión Greco. Despacho de Ángel.Estaban los tres reunidos, Ángel, Gio y Mark.—Lo que dices Gio es terrible, el jefe se volvió loco. Yo no pienso matar a nadie, he peleado a capa y espada por defender los intereses de la organización, pero ya matar a un cristiano eso es demasiado. Al menos no lo haré yo, me niego. Que mande a Jimmy—asevera Mark con firmeza.—No te preocupes Mark, yo me encargo de ese asunto—dice Gio.—Nadie te obligará hacer algo que tú no quieras, y por mi papá no te preocupe ya se cómo mantenerlo a rayas. Debemos ocuparnos de Solís, buscarle protección sin que se entere—manifiesta Ángel preocupación por su cuñado.—Sin que se entere está difícil, Solís es un policía muy hábil—indica Mark.—Tú te podrías encargar de eso Mark, así no levantaríamos sospechas—señala Ángel con rapidez.—Es muy arriesgado—dice Mark.—Es buena idea, tú eres el hombre indicado para proteger a Solís—afirma Gio.—No me ven así, está bien—accede Mark frunciendo el ceño.—Gracias Mark, yo me
Meses después…Inesperadamente Helen siente un fuerte dolor en su abdomen, ya cuenta con siete meses de embarazo, busca como puede salir de la habitación sosteniendo su barriga, para llamar a Gianna y pedir ayuda. De repente, se desploma en el pasillo, rápidamente Sofía percibe su caída, con rapidez pide auxilio a las otras empleadas y al mismo tiempo, llama a una ambulancia. Gianna corre con desesperación, hasta el segundo piso y se mortifica al ver a su nuera desmayada.—Aun no es la fecha del parto—indica Gianna con angustia.—Tranquilízate Gianna, Helen es joven, todo estará bien. Ya viene la ambulancia—la consuela.En unos minutos, llega la ambulancia y los paramédicos lleva a Helen en la camilla, Gianna y Sofía se van junto con ella.—Tengo que avisarle a Mark.—Lo haremos cuando lleguemos a la clínica.—Tengo tanto miedo Sofía, no quiero que le pase nada malo a mi nieto.—Calma querida, al llegar a la clínica veremos que nos dicen los doctores.*****Brookfield Place. Nueva Yor
Tiempo después…Sale el doctor del quirófano, para darle la buena noticia del nacimiento del niño, a pesar de ser un bebé prematuro se encuentra estable, tanto él como la madre.—Venga conmigo, para llevarlo a que vea a su hijo—indica la enfermera y Mark, siente un ligero cosquilleo que invade todo su cuerpo, debido a la emoción por ser padre.—¡¿Yo también puedo ir a verlo?! — señala Gianna igual de emocionada.—¿Quién es usted? —pregunta la enfermera.—Yo soy la abuela, la madre de él.—Vamos—asienta la enfermera y los guía hasta las incubadoras.—Qué bueno Inmaculada, que todo salió bien—susurra Sofía.—Dios escucho nuestras suplicas—imprime Inmaculada con emoción y Ítalo la mira con aprensión.—¿De qué hablaste con ese señor Sofía?—Nada importante mi niña, solo quise evitar una tragedia.—¿Por qué?—Es algo, que no me corresponde a mi decirlo.—¿Tiene que ver con Ángel?—Mi niña. No quiero ser descortés, pero no quiero hablar de Ítalo me incomoda, así como su presencia.—Discúlpa
Día siguiente…Muy temprano se levantó Inmaculada, para ir a recoger los análisis de sangre que le realizaron el día de ayer, ya se encuentra en la clínica. Inesperadamente siente una extraña sensación, que recorre por todo su cuerpo. Ángel se había ido a Garrett, tenía mucho trabajo atrasado en la empresa. Toma valor e ingresa, echa un vistazo y a lo lejos, mira a Gianna quien estaba muy distraída y no notaba su presencia. Rápidamente se acerca para saludar:—Buen día Gianna, ¿cómo estás?—Mi niña madrugaste.—Realmente vine, por los resultados de unos exámenes que me hicieron ayer.—¡¿Estás enferma?! —exclama Gianna con admiración.—No lo creo, solo que mi esposo exageró. Me sentí un poco fatigada ayer, y me llevó a urgencias.—¿Fatigada? ¿Estás comiendo bien Inmaculada? Yo te veo muy pálida.—Sí, estoy bien Gianna.—Ay mi niña, no estarás embarazada—asevera Gianna con solidez, velozmente Inmaculada recuerda que lleva meses sin tomar la píldora, puede que las insinuaciones de Gianna
—Buenas tardes mi amor—saluda a Ángel con mucha serenidad.—Inmaculada mi vida—se maravilla Ángel y deja la copa en su escritorio. Charlotte por su parte, se siente triunfante, piensa que provocó los celos de Inmaculada nuevamente.—Amor disculpa, estaba la puerta entre abierta y Ana no está en su puesto.—No te preocupes querida, ¿qué haces por aquí?—Vine a darte una maravillosa noticia, hola Charlotte no te vi.—Hola.—Amor estoy embarazada, vamos a tener un hijo.—¡Oh por Dios! Es sorprendente.—Yo también, estoy tan atónita cómo lo estás tú.—Bueno Ángel yo me voy, como que estoy sobrando—dice Charlotte con incomodidad.—Qué bueno, que sepas cuál es tu lugar querida—apunta Inmaculada con grácil ironía.—Adiós.—Inmaculada. Ja, ja, ja—se carcajea Ángel.—Me mordí la lengua, para no decirle lo que se merece, no quise empañar este momento.—Estoy feliz.—¿En serio? Te tengo que confesar, que deje de ingerir los anticonceptivos hace algunos meses.—Bueno, ya lo hecho está. Seremos pa
En casa de Gio.Mark y Gio, le advierten a Ángel de cómo están las cosas dentro de la organización y también le cuentan, de la actitud despiadada que tuvo Ítalo con Mark.—Mi padre no contralará nuestras vidas, tengo que hablar muy seriamente con él. Él no nos domina no somos de su propiedad, siento mucho lo que te pasó, Mark—señala Ángel con pesar.—Mi situación ahora es lo de menos, al parecer Solís está un paso de dar con tu verdadera identidad—se preocupa Mark gradualmente.—No tengo miedo, enfrentaré a la justicia—afirma Ángel con Brío.—Eso jamás, tú no irás a dar a la cárcel. Sobre mi cadáver—protesta Gio con angustia.—Gracias por tu solidaridad Gio, pero tengo que enfrentar mis problemas. Yo también seré padre, Inmaculada está embarazada.—¡Válgame Dios! —exclama Gio, sintiendo una sutil emoción internamente, ya que se convertirá en abuelo.—Ahora te entiendo Mark, solo que yo si daré la pelea. Aplastaré a mi padre, si es necesario.—Si tú lo haces yo también, por mi hijo soy
En un lugar apartado de la ciudad, pacta el ex comisario de la policía de Nueva York, Lenin Scocci su furtivo reencuentro con Ítalo Greco, sus miradas se cruzan cargadas de odios y mezcolanzas. Son muchas las cosas, que tiene Scocci que escupirle a la cara al temido capo. Al que creyó muerto todo este tiempo.—Tienes más vida que un gato—señala Lenin mirando a Ítalo muy fijamente.—Al grano Scocci, no tengo tu tiempo.—Te puedo volver acribillar. Que ganas tengo de matarte maldito—lo apunta con su arma.—Esta vez serias tú el muerto y no creo que regreses desde el infierno—declara Ítalo con ironía.—Quiero que dejes en paz a Alan Solís. Sé que es tu próximo objetivo, ese chico me trae recuerdos de mi juventud.—Con más razón para matarlo.—No te equivoques, Ítalo.—¿Qué tienes que ver tú con ese chico?—Ese chico, es mi hijo e Inmaculada también, tu nuera—expone Lenin una extraña verdad, que deja a Ítalo con la boca abierta, sin embargo, se burla diciendo:—Ja, ja, ja. La vejez y la s