Rio de Janeiro.Desde la enorme ciudad costera de Brasil, estos febriles enamorados se juran amor eterno, al pie de la figura del Cristo Redentor, esta imponente estatua mide aproximadamente 38 metros de alto, se halla en el popular morro Pan de Azúcar.—Te presento amor, a una de las siete maravillas del mundo. El Cristo Redentor—apunta Maya con orgullo.—Este lugar es impresionante, tu país es hermoso mi vida.—Deja que te lleve, a las playas de Copacabana e Ipanema.—¡Obrigado! —asevera Alan con gracia.—Hablas el portugués muy bien querido.—Como me gustaría, que mi hermana conociera este lugar—se llena rápidamente Alan de nostalgia.—Tranquilo cariño, todo está bien con ella.—¿Cómo sabes? —le pregunta a Maya con rareza.—Corazonada de mujer, seguramente tu hermana está tan feliz como yo, al lado del amor de su vida—expone Maya, dándole un tierno beso en los labios.—Es muy distinto Maya, al menos nosotros no escondemos nada. Estoy seguro, que el esposo de mi hermana si y mucho—m
Ipanema, Rio de Janeiro.Sale Maya del mar, como una hermosa sirena. Las miradas de los caballeros en la playa, se posan sobre ella, su firme e imponente anatomía no pasa desapercibida, Alan lo nota y se le acerca con la toalla, con la intención de cubrir su bien moldeado cuerpo.—¡¿Estás celoso?! —murmura Maya con picardía.—Realmente no, ellos no tienen el privilegio de abrazarte, acariciarte y besarte como yo—presume Alan, mientras la llena de mimos.—Tonto. Mejor vamos a comer, muero de hambre.—Quiero probar, todas estas delicias caribeñas.Caminan por la playa, hasta llegar a un pequeño restaurante. Los atienden muy gratamente, mientras esperan se disponen a conversar un poco.—¿Te ha gustado Brasil?—Mucho querida, hasta quisiera que tengamos una casita en la playa. Es muy diferente al clima de Nueva York.—Aquí es más cálido—asienta Maya y se le acerca para besarlo.—No te me acerques mucho, haces que suba el termostato—dice Alan con gracia.—Ja, ja, ja, gracioso.—Contigo soy
Mansión Greco.—¡Dios mío! Todo eso pasó aquí, menos mal que estaba con Mark—asienta Helen con cara de pánico, ante todo lo que cuenta Sofía.—Bueno ya todos estaremos bien, mande a redoblar la seguridad y también, tengo un arma bajo la almohada—manifiesta Sofía.—¡Mamá! —exclama Ángel con ligero asombro.—Tu padre no sabe lo que le espera, si se te atreve aparecerse de nuevo por aquí.—Yo hablaré muy seriamente con él, papá no se atreverá a lastimarlas. Primero lo mato.—Ángel por favor, no hables de muerte en qué quedamos—lo reprocha Inmaculada y lo mira con aprensión.—Lo siento mi santa, bueno muchachas yo me voy a Garrett, tengo días que no me aparezco por la oficina—indica Ángel.—La luna de miel, se ha hecho larga por lo visto—señala Sofía bosquejando una sonrisa traviesa.—Aún no hemos tenido luna de miel—señala Ángel sonriendo.—Vaya, ja, ja, ja—se carcajea Sofía.—Ya me voy, adiós cariño. Hasta pronto madre, me despiden de Gianna. Te felicito por tu embarazo Helen—asienta Án
Días después…Club Galicia VIP.Todo está listo, para la gran inauguración del club para caballeros, la fachada está completamente cubierta gracias a Ángel, quien se encargó de todo el aspecto legal del fino antro. Gio está al frente de la inauguración e Ítalo está a la cabeza, como observador sin mover un solo dedo, los demás hacen el trabajo sucio por él, así es que le fascina y le place, como se mueve su mundo. A un costado, le hace un gesto a Gio para que se acerque:—Sigues siendo mi mejor elemento, trabajas como hormiga y lo que es mejor sin quejarte.—No quiero darte molestias Ítalo.—Así me gusta, por eso estarás al frente de la organización querido Gio. Lo pensé muy bien y lo consulté con la almohada, Elías no te llega ni a los talones, lo tendré para otros trabajos. Tu seguirás como el segundo al mando junto con mis hijos.—¿Le dirás Mark que es tu hijo?—Eso nunca, para todo el mundo mi único hijo es Ángel, Mark es un buen muchacho y muy capaz. Pero no está a la altura de s
Horas más tarde…—¿Dónde está Elías? — pregunta Ítalo Greco a Gio. Estaba junto con Gio y Jimmy en su oficina.—No lo sé Ítalo, debe estar por allí—responde Gio.—No lo descuiden, aunque trabajó muy bien para mí dentro de la organización Venegas. No es de fiar, como ustedes mis mejores aliados.—Tranquilo jefe, lo mantendré vigilado—afirma Jimmy.—Todo salió a la perfección, esta reapertura fue todo un éxito y dejen que traigas brasileras. El lugar se pondrá a reventar todos los días.—Muy astuto de su parte jefe—lo alaba Jimmy.—Jimmy quiero que te ocupes de Elías, y también de un nuevo cargamento de drogas, que me llegará mañana mismo desde Colombia. Trabaja en eso—ordena Ítalo.—Si jefe ya me encargo, con permiso—afirma Jimmy y sale.—Vas muy en serio con el negocio de las drogas—asienta Gio con seriedad.—¡¿Cuándo no cumplo lo que digo Gio?! Ese terreno estaba ocioso, solo lo puse a producir nada más. Mi hijo es un perezoso.—¿Necesitas algo mas Ítalo? —se incomoda Gio, odia que Í
Empresas Garrett.Se para frente a Ana la secretaria de Ángel, una esbelta mujer de origen francés, su bella y fina estampa, indica que es una modelo de la agencia, no obstante, Ana no la distingue y le pregunta:—¿En qué puedo ayudarla señorita?—Buen día, mi nombre es Charlotte Bernard. Vengo a ver al señor Ángel Greco.—¿Tiene cita?—No disculpe, soy una buena amiga. He llegado desde Paris y quise venir a saludarlo.Ana ingresa de inmediato a la oficina de Ángel, para anunciar a Charlotte. Éste rápidamente accede con agrado. Al entrar a la oficina, la hermosa francesa bosqueja una gran sonrisa y él se emociona al verla:—Charlotte querida tiempo sin verte—señala Ángel, mientras le da un abrazo de cortesía.—Ángel Greco, sigues intacto. Con tu misma estoica mirada—manifiesta Charlotte, rozando sus mejillas.—Ya un poco más viejo.—Para nada.—¿Qué te trae por lo Estados Unidos?—Participaré en la próxima campaña de Garrett, me convocaron y accedí.—Claro es el lanzamiento de la firm
Mansión Greco.Le cuenta Sofía a Gianna, lo sucedido esta tarde en el restaurante.—Fue muy desagradable ver a Charlotte en compañía de Ángel, mi niña estaba muy incómoda, apenas si probó bocado.—Esto es obra de Ítalo Greco, odia la felicidad de los demás.—Por supuesto que lo es, lleva su sello. Mañana mismo iré hablar con él.—Es peligroso Sofía, te puede hacer daño.—Daño es, lo que no le voy a permitir, que nos haga a todos. Tengo que actuar, no voy a consentir que arruine la relación de mis hijos. Sabes lo mucho que quiero a Inmaculada, la defenderá a ella también como una madre.—Me emociona oírte tan decidida, así se habla amiga. Está de más decirte, que cuentas conmigo.—Lo sé Gianna, pero esto debo resolverlo sola. Ítalo no intentará nada estúpido en mi contra.—¿Tienes un as bajo de la manga?—Tengo muchos, pero todo a su tiempo Gianna. Con Ítalo hay que ir con cuidado, con paso firme, pero con cuidado.Toca a la puerta Gio, y al entrar hace contacto visual con ellas, sin e
Mansión Greco. Despacho de Ángel.Estaban los tres reunidos, Ángel, Gio y Mark.—Lo que dices Gio es terrible, el jefe se volvió loco. Yo no pienso matar a nadie, he peleado a capa y espada por defender los intereses de la organización, pero ya matar a un cristiano eso es demasiado. Al menos no lo haré yo, me niego. Que mande a Jimmy—asevera Mark con firmeza.—No te preocupes Mark, yo me encargo de ese asunto—dice Gio.—Nadie te obligará hacer algo que tú no quieras, y por mi papá no te preocupe ya se cómo mantenerlo a rayas. Debemos ocuparnos de Solís, buscarle protección sin que se entere—manifiesta Ángel preocupación por su cuñado.—Sin que se entere está difícil, Solís es un policía muy hábil—indica Mark.—Tú te podrías encargar de eso Mark, así no levantaríamos sospechas—señala Ángel con rapidez.—Es muy arriesgado—dice Mark.—Es buena idea, tú eres el hombre indicado para proteger a Solís—afirma Gio.—No me ven así, está bien—accede Mark frunciendo el ceño.—Gracias Mark, yo me