—¡Su majestad! —exclamó Yurina al ver a ese Rey ingresar al sector experimental de su laboratorio. Landel observó que ella agregaba una sustancia de un rojizo oscuro a tres plantas distintas. La mujer de cabello corto dejó de inmediato el frasco de cristal con la sustancia sobre la mesa y se acercó a Landel tomándolo de la muñeca y sacándole de ahí. —¿Qué sucede?, ¿que hacías ahí dentro? —preguntó él curioso. —No, ¿qué haces aquí?, no deberías estar aquí. Escuché que tenías una reunión. —Ya terminó. Yurina soltó la muñeca de Landel y se cruzó de brazos viéndolo seriamente. —Aun así. Eres muy ocupado… ¿No tienes trabajo que hacer? —No quiero trabajar más por hoy… Ella se acercó a Landel y se le quedó viendo detenidamente. —¿No te sientes bien? —Un poco agotado, pero es lo normal después del día que tuve y más tarde tengo una cena con importantes nobles y mi… —Landel hizo una pausa en ese momento. —¿Y tu qué? —preguntó Yurina. —Mi padre… —¡¿AH?!, ¡¿ese Rey retirado está aq
El Rey Maitano alejó a su tercera esposa lentamente de su lado. —El actual Vizconde Arlik estará presente en esa cena —comentó Landel, cambiando de tema—. Aunque la mayoría de nobles no son parte del consejo, las cabezas y sus sucesores estarán en el evento, se dará un anuncio importante… Te explico eso, por que Dimitri Arlik debe asistir, así que- —¿Me vas a dejar desprotegida? —preguntó Yurina, frunciendo el ceño. —No —exclamó Landel de inmediato— te quedarás aquí resguardada con los guardias de- —¡Sabes que en la planta donde estoy viviendo ya fuí atacada una vez! —Eso no se repetirá, la seguridad externa aumentó. "Si es así… Probablemente esté… ¡Oh, tengo una idea!" Pensó Yurina animada. —¿Puedo volver a mi sección en el castillo de las concubinas? Landel se sorprendió con la pregunta de su esposa. —¿Estás tan enojada conmigo, cómo para querer irte ahí? —preguntó él con frialdad. "No tengo más elección, probablemente no me deje ir si digo la verdad…" Pensó ella cautel
Una vez el Vizconde Arlik ingresó a ese salón de estar. Yurina cerró la puerta. —¿Sabe que soy una médico de su majestad, verdad? El hombre pelirrojo asintió. —Perfecto. Será más fácil explicarlo… Necesito ir a ese evento, todo por una investigación que tengo que hacer. —¿Ir al evento?, ¿habla de la cena de la nobleza? —Sí. —¿Por qué no se lo dijo a su majestad?, él hubiera entendido. —Lo hice, no entendió; por eso necesito que tú me ayudes a asistir. —¿Yo? —Dimitri sonrió incrédulo— Eso es imposible, alteza, aunque pueda sacarla de aquí, ¿cómo piensa ir a esa cena sin ser descubierta? —Iré como tú acompañante, me voy a disfrazar y nadie se dará cuenta, no voy a encontrarme directamente con el Rey. Así que todo irá bien, lo único que necesito es ingresar a ese salón. El futuro Vizconde se quedó pensativo por un momento. "Es algo bastante arriesgado, sé que es una médico y que necesitan que esté a salvo" "Cuál es su trabajo exactamente, es algo que desconozco por completo
—Sí hijo, ve. El Rey ya llegó con la hija de la casa Heliar, decían que se había enamorado de la tercera concubina, la ex Romiana. Es raro que no la haya traído —decía el actual Vizconde Arlik. —Su majestad es un hombre muy atento y que respeta mucho a su pueblo, probablemente no la trajo por la oposición e incomodidad que puede representar para algunos nobles —respondió Dimitri a su padre adoptivo. —Si… —susurró el Vizconde con una expresión seria que llamó la atención de Yurina. En ese momento, antes de que ella se retire con Dimitri, vieron que también llegaba otro noble por ese pasillo. Cabello rubio y de llamativos ojos verdes limón, un hombre que vestía de blanco y dorado, con un emblema importante en sus ropas. Uno al que Yurina le pareció haber estudiado. —¿Es del Ducado Brown? —preguntó ella curiosa a Dimitri, en un susurro. De inmediato el Vizconde y Dimitri hicieron una reverencia cuando ese imponente hombre rubio pasó cerca, una que Yurina imitó nerviosa. —Es un ho
Yurina se soltó de los brazos del Barón Lerrin. —Disculpe, tengo que irme —dijo ella siguiendo a Juliana. —¿Qué?, pero señorita… —reprochó el Barón Lerrin siguiendo a Yurina. Yurina se detuvo a distancia… No llegó a tiempo para ver qué hizo juliana pero sí observaba como ella movía una de las copas sospechosa como si estuviera mezclando algo. ¡A esa médico no la iba a engañar! Yurina siguió a Juliana a distancia viendo como entregó la copa al Rey. "¡OH NO! ¡LANDEL!" Pensó ella corriendo hacia el Rey. En ese instante, el Barón que la seguía la detuvo del brazo, ella ágilmente se soltó y lo empujó. El hombre rubio la veía indignado y Yurina sin darle atención corrió hacia Landel. —¡NO LO TOMES! —gritó ella que se acercó justo antes de que Landel llevara la copa a su boca. ¡CLANK! Sonó la copa al romperse en el lujoso piso tras el violento impacto. Todos en el salón guardaron absoluto silencio volviendo a ver a la atrevida mujer que se acercó y le dió un manotazo a la mano d
—¡¡¡LANDEL!!! —alzó la voz, el marqués Forsten al ingresar a esa sala. El Rey Maitano y su tercera esposa volvieron a ver a ese señor de cabello oscuro.Landel soltó a Yurina, sin embargo, el marqués que no la reconoció al ella estar disfrazada aún, se acercó rápidamente a ella y la jaló con fuerza del brazo. —¡¿Quién eres tú y por qué hiciste eso arruinando el evento del Rey?! —Tío… Ella en realidad es… —le interrumpía el joven Rey Maitano con una inocente sonrisa. Yurina clavó su mirada verde esmeralda en el marqués y él en ese instante la soltó, reconociendo el rostro de ella. —Soy Yurina —contestó la mujer, comenzando a quitarse la pesada e incómoda peluca que llevaba puesta. —¿Es esto una maldita burla? —el marqués volvió a ver a su sobrino— ¿tú le has permitido venir a- —¡No lo hizo!, ¡yo vine infiltrada por mi propia-—¡JA!, no mientas niña —la interrumpió el marqués, molesto—. ¿Quién te ayudó?, ¿fue Dimitri? Yurina asintió lentamente.Sabía que ese hombre era realme
—¿Qué puedes hacer? —preguntó el marqués Forsten a Yurina—. Nada, ya que no es algo que te incumba. La tercera concubina secaba las lágrimas que caían por sus mejillas. "No quería que las cosas fueran en esta dirección" "No… ¿Acaso todo lo hago mal?" Pensaba ella deprimida. Clac~ En ese momento, la puerta se abrió. El marqués dirigió su mirada con sorpresa. Yurina al ver la expresión de ese señor, volvió a ver hacia atrás. Ahí estaba Landel de pie y detrás de él, su padre el Rey retirado y una sirvienta que llevaba consigo unas cajas rectangulares. —Yuri… ¿Por qué estás llorando? —preguntó Landel a su esposa, seguidamente la mirada dorada del Rey Maitano se clavó en su tío materno— ¿Le hiciste algo? —No — respondió Sebastián sin quitar su fría mirada del Rey retirado, Lance Lamparth. —No, no me hizo nada, el marqués Forsten solo… Lo siento por presentarme así ante ustedes, majestades… —decía Yurina avergonzada, haciendo una reverencia. —Deja las etiquetas, Yuri, ven —Lan
***************••••••••••***************>>> Yurina Beforth: Cuando los labios de Landel se alejaron de mí… Me sentí aturdida, confundida… ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué correspondió mi beso? Quería preguntarle… Debí hacerlo, pero… Tuve miedo. ¿Está bien querer engañarme a mí misma? No, claro que no… Pero duele cuando es claro con sus sentimientos.Sé que no me quiere… Pero prefiero que no lo diga. —¿Debería cambiarme de ropas? —le pregunté nerviosa y él asintió y se dirigió a la salida. Seguidamente ingresó la sirvienta que me ayudaría a prepararme para asistir a ese evento. ¡Estaba nerviosa! Suspiraba de ves en cuando y ella se dió cuenta. —Luce muy bien, su alteza —opinó la mujer cuando terminé de colocarme ese pomposo vestido verde oscuro con decoraciones negras y doradas.Salí nerviosa a la sala en el anexo y no mire ni a Landel, ni al marqués Forsten… Ahí solo estaba el Rey retirado, Lance Lamparth. ¡Me sentí nerviosa! ¡Landel no me dijo que hablaría con él de inmediat