—Es cierto, pero ya no hay que fingir —decía Landel más tranquilo, ahora sentandose sobre un sofá, con el libro en sus manos al que echó un vistazo por curiosidad. Yurina por otro lado tomó su copa y vertió más vino en ella. —¿No quieres un trago? —preguntó ella al Rey. —No, estoy bien así. Ella curiosa se levantó de su asiento y se sentó en uno de los descansa brazos del sofá donde estaba Landel. Él posó sus ojos dorados en ella por unos segundos, para después sin darle mayor importancia, continuar viendo el libro. —¿Por qué estás estudiando plantas tóxicas conocidas en el continente? —preguntó él a su esposa. —El clima en cada Reino tiene sus diferencias, hay plantas que son únicas también en cada nación, quería ver qué tan diferentes eran las de Maita con los demás… No sabía que tenían una recopilación de otros Reinos, especialmente Gorian. —Sí, aunque es bastante antiguo, ¿por qué necesitas este conocimiento? —preguntó él interesado en el tema. Yurina tomó unos tragos más
Yurina al ser apartada por ese Rey, terminó cayendo acostada sobre la cama. —Landel~ —sonrió con su rostro ruborizado— eres malo, no me dejaste probar de nuevo~ —reprochó ella haciendo un puchero. —¡¿Yurina Beforth, qué te pasa, acaso estás ebria?! Yurina se volvió a sentar en la cama. —¿Ebria, yo?, no, mira~ —señaló ella la botella y Landel volvió a ver a la mesa— te dejé un poquito~ —¡Es increíble!, realmente te la pasaste tomando… Maldición… —susurró Landel apoyando su mano en su nuca."¿Ahora qué hago?, no quiero estar con una mujer medio ebria, pero tampoco puedo irme…" "Si me voy, quedará como que la he rechazado y todo el plan se caerá" Yurina se sentó sobre la cama y recostó su cabeza en el hombro de ese apuesto Rey. —Lo siento… No tienes que enojarte, solo iba a besarte un poquito… —¿Ah? —él volvió a verla incómodo— ¿por q
> La tercera esposa del Rey Maitano no dejaba de pensar en lo que había dicho esa noche a ese hombre. Caminaba por ese jardín en el que quedó a encontrarse con la futura marquesa Caroline Forsten. Yurina veía desde el jardín a la distancia, ese glamuroso y grande castillo principal. "El territorio de la realeza… Los Lamparth si que tienen una enorme fortuna. Entiendo por que Landel decía que no necesitaba usar mis habilidades para ganar algo a parte de su salud" "Romian no era un Reino tan grande y también tenía muchas carencias por la administración del Linaje Real Lerylan" "Ángel me utilizó por años para mantener una fortuna y economía estable en su familia" "Pero Romian seguía en decadencia… Tarde o temprano sus mismos nobles hubieran terminando llevando a la ruina al país" "Su futuro era desaparecer aunque Maita no lo haya dominado" Pensaba ella suspirando y recostándo su espalda a uno de los frondosos árboles de cedro.
"Puede que los de Bushlak hayan querido desde un principio deshacerse de Yurina" "Que la hayan dejado ir con Romian a propósito..." Pensó el marqués Sebastián Forsten. —No, no es nada. Olvida esa absurda idea, Landel, tenemos cosas mas importantes de las que ocuparnos que investigar el pasado de una simple concubina. Landel guardó silencio. Sabía que su tío tenía razón. Sabía que tenía cosas más importantes de las que ocuparse, como reorganizar Maita ahora que extendieron su territorio, vigilar las fronteras con Bushlak al este y Gorian al norte que había estado dando problemas en el último año. Sin embargo, a pesar de todo eso, ese joven Rey quería saber de Yurina. Toc~ toc~ —Su majestad, el mensajero Real está aquí —avisó el guardián principal del Rey Maitano del otro lado de la puerta. —Que pase —accedió Landel Lamparth. Seguidamente ingresó el hombre rubio haciendo una reverencia al Rey y seguidamente al marqués Forsten. —Su majestad, ha llegado el carruaje de la casa
••••••••••Una vez que el Rey Landel Lamparth ingresó al salón para visitas especiales, vió a su padre esperando.El Rey retirado Lance, se encontraba sentado en uno de los sofás individuales. —Padre, no te esperaba… —Lo sé. No avisé que vendría. —No es normal en ti llegar de sorpresa. —¿No?, bueno, simplemente quise hacerlo — respondió Lance cruzándose de piernas y brazos. —No pareces estar muy- —Sé del problema que tienes en tu harem. Landel veía seriamente a su padre, sin sorpresa alguna, pues ya tenía la sospecha de que Margoth le habló al respecto. —Se nos informó a Virginia y a mí de que tu tercera concubina fue atacada y sigues sin "descubrir" lo que realmente sucedió en ese atentado. Permites que una simple concubina viva en el castillo principal y hay rumores de infiltrados de otros Reinos desde la frontera del este.Landel tensó su expresión.—Me estoy ocupando de todo eso. Les pedí amablemente a mi madre y a ti que confíen en mí y- Lance se levantó del sofá en ese
Yurina observaba sorprendida el lugar al que fue llevada. Ese río al que habían ido…Entre los árboles de ese bosque, había un camino por dónde se abría paso el río en la montaña, un campo espacioso al lado ideal para pasar una agradable tarde de picnic. Los rayos del sol filtrándose por la copas de los grandes árboles, la refrescante brisa acompañando el sonido del agua recorriendo y las aves cantando. Era relajante… Yurina recordó el día anterior, cuando encontró a Landel dormido. "Este podría ser un lugar al que él le guste… Me pregunto si lo conocerá" Pensó ella sonriente.—Es aquí donde venía todos los veranos con Jhonn~ disfrutaba en el río, hablamos por horas comiendo frutas, diciéndole que cosas había vivido en el año~ —contaba la futura marquesa Caroline Forsten emocionada. —¿Te dejaban venir sola con él? —Sí, ¿por qué? —No, es solo… Se me hacía que el marqués tiene esa aura de ser un padre estricto, sobreprotector y bastante celoso jaja~ —reía Yurina, nerviosa. —Lo
"¿Enamorarme del Rey?"Pensó Yurina sorprendida. No era un secreto que ocular, ella era su tercera esposa y después de todo...Todos en el Reino ya pensaban que ella estaba muy enamorada por que debía fingirlo para poder vivir en el castillo principal. —Enamorada… Yo… Creo que lo estoy —admitió Yurina. Caroline confundida apoyó sus manos enguantadas en los hombros de la tercera concubina. —¡Así no se debe decir!, tienes que tener la convicción, si no la tienes, no estás enamorada, ¿por qué dices que crees?, ¿cuál es tu duda?Yurina sonrió al ver la emoción y la seriedad con que Caroline quien era ocho años menor a ella, se expresaba. —¿Duda?, sí, creo que tengo una… Anoche… Me confesé a Landel y él me dijo que esos no son mis sentimientos —confesó ella sintiéndose avergonzada de hablar de ello— dijo que yo solo estaba confundida por que él ha sido un poco bueno conmigo… —¡Landel es un tonto!, ¡¿cómo pudo decirte algo tan odioso?!, ¡lo regañaré cuando lo vea! —Jajaja~ —Yurina c
—¡Su majestad! —exclamó Yurina al ver a ese Rey ingresar al sector experimental de su laboratorio. Landel observó que ella agregaba una sustancia de un rojizo oscuro a tres plantas distintas. La mujer de cabello corto dejó de inmediato el frasco de cristal con la sustancia sobre la mesa y se acercó a Landel tomándolo de la muñeca y sacándole de ahí. —¿Qué sucede?, ¿que hacías ahí dentro? —preguntó él curioso. —No, ¿qué haces aquí?, no deberías estar aquí. Escuché que tenías una reunión. —Ya terminó. Yurina soltó la muñeca de Landel y se cruzó de brazos viéndolo seriamente. —Aun así. Eres muy ocupado… ¿No tienes trabajo que hacer? —No quiero trabajar más por hoy… Ella se acercó a Landel y se le quedó viendo detenidamente. —¿No te sientes bien? —Un poco agotado, pero es lo normal después del día que tuve y más tarde tengo una cena con importantes nobles y mi… —Landel hizo una pausa en ese momento. —¿Y tu qué? —preguntó Yurina. —Mi padre… —¡¿AH?!, ¡¿ese Rey retirado está aq