.....Unos minutos más tarde, me encontraba con Yuri en el laboratorio de ella. —¡Si te ríes de mí, jamás volveré a dirigirte la palabra! —me amenazó ella viéndome seriamente, mientras en sus manos sostenía varias hojas que con nerviosismo me pasó. Las sostuvo y comencé a ver dibujo tras dibujo. Parecían exactamente los mismos que estaban votados en el basurero la última vez que vine al laboratorio de ella... Todos eran demasiado similares. —Yuri... —¿Qué? —preguntó ella de mala manera, quizá pensando que haría un comentario burlista. —¿Me permites ayudarte?, me gustaría hacer los dibujos por ti. —¡¿AH?!, ¿cómo si fueras mi empleado?, ¡Eres el Rey, no puedo hacer eso! —Puedes no verme como el Rey y ser solo "Landel" para ti, cuando estamos solos. —¿Solo... Landel? —susurró ella viéndome seriamente— debes estar sintiéndote mal para decirme algo como eso jaja~ —sonrió ella con un poco de nerviosismo que la hizo lucir bastante tierna— Ya casi es hora del almuerzo y deberías ir-
Una sonrisa curvó los labios de Yurina, quien al ver ese dibujo… Se sintió avergonzada y… Bastante feliz. —Lo voy a atesorar… —susurró ella. La ex Reina Romiana, posó con cariño su mirada verde esmeralda en ese dibujo del momento en el que recibió a su hija frente a la mansión. Yurina abrazaba a la pequeña princesa Amanda con tanto amor y las sonrisas cálidas en el rostro de ambas, era lo que más detalles tenía… Parecía un retrato hecho con mucho cariño y dedicación. Aunque era solo un dibujo sencillo y sin colores a diferencia de las pintura, y aunque estaba en una hoja de papel… La tercera concubina no pudo evitar sentir que era invaluable. "¿Es debido al arte que maneja este Rey?""¿Debido a la elegancia de cada línea?" "Quizá… Es el momento, la emoción que sentí reflejada en papel" "Quizá es el cariño con el que parece haber sido hecha…" "Tal vez…" Los pensamientos de la mujer de cabello corto oscuro cesaron, ella se sentó justo al lado donde estaba ese Rey aún dormido. N
••••••••••En ese mismo momento, pero en la oficina del Rey Maitano. —¿Esto es todo? —preguntó Landel sosteniendo el informe en sus manos, mientras estaba sentado en un sofá de la sala en su oficina. A pocos metros, en otro cómodo sofá, se encontraba el Conde Heliar. —Sí. Parece que los demás encargados están haciendo un buen trabajo en la organización de los pequeños pueblos. Los nuevos Maitanos se encuentran bien, a pesar que muchos resultaron heridos en la guerra han sido atendidos por los grupos médicos enviados y ya están recuperándose. —¿No hubo ninguna emergencia?, en tu informe dice que uno de tus caballeros murió. Alfred desvío su mirada de la del Rey Maitano, el Conde hizo un gesto de tristeza. —Sí… Lamentablemente falleció uno de mis mejores caballeros… —Lo lamento Alfred, sin embargo, no especificaste nada de su muerte y el informe debe estar bastante detallado. Mañana todo el consejo lo sabrá en la reunión. Te daré tiempo a que lo agregues. —Si, Lan, muchas grac
—Es cierto, pero ya no hay que fingir —decía Landel más tranquilo, ahora sentandose sobre un sofá, con el libro en sus manos al que echó un vistazo por curiosidad. Yurina por otro lado tomó su copa y vertió más vino en ella. —¿No quieres un trago? —preguntó ella al Rey. —No, estoy bien así. Ella curiosa se levantó de su asiento y se sentó en uno de los descansa brazos del sofá donde estaba Landel. Él posó sus ojos dorados en ella por unos segundos, para después sin darle mayor importancia, continuar viendo el libro. —¿Por qué estás estudiando plantas tóxicas conocidas en el continente? —preguntó él a su esposa. —El clima en cada Reino tiene sus diferencias, hay plantas que son únicas también en cada nación, quería ver qué tan diferentes eran las de Maita con los demás… No sabía que tenían una recopilación de otros Reinos, especialmente Gorian. —Sí, aunque es bastante antiguo, ¿por qué necesitas este conocimiento? —preguntó él interesado en el tema. Yurina tomó unos tragos más
Yurina al ser apartada por ese Rey, terminó cayendo acostada sobre la cama. —Landel~ —sonrió con su rostro ruborizado— eres malo, no me dejaste probar de nuevo~ —reprochó ella haciendo un puchero. —¡¿Yurina Beforth, qué te pasa, acaso estás ebria?! Yurina se volvió a sentar en la cama. —¿Ebria, yo?, no, mira~ —señaló ella la botella y Landel volvió a ver a la mesa— te dejé un poquito~ —¡Es increíble!, realmente te la pasaste tomando… Maldición… —susurró Landel apoyando su mano en su nuca."¿Ahora qué hago?, no quiero estar con una mujer medio ebria, pero tampoco puedo irme…" "Si me voy, quedará como que la he rechazado y todo el plan se caerá" Yurina se sentó sobre la cama y recostó su cabeza en el hombro de ese apuesto Rey. —Lo siento… No tienes que enojarte, solo iba a besarte un poquito… —¿Ah? —él volvió a verla incómodo— ¿por q
> La tercera esposa del Rey Maitano no dejaba de pensar en lo que había dicho esa noche a ese hombre. Caminaba por ese jardín en el que quedó a encontrarse con la futura marquesa Caroline Forsten. Yurina veía desde el jardín a la distancia, ese glamuroso y grande castillo principal. "El territorio de la realeza… Los Lamparth si que tienen una enorme fortuna. Entiendo por que Landel decía que no necesitaba usar mis habilidades para ganar algo a parte de su salud" "Romian no era un Reino tan grande y también tenía muchas carencias por la administración del Linaje Real Lerylan" "Ángel me utilizó por años para mantener una fortuna y economía estable en su familia" "Pero Romian seguía en decadencia… Tarde o temprano sus mismos nobles hubieran terminando llevando a la ruina al país" "Su futuro era desaparecer aunque Maita no lo haya dominado" Pensaba ella suspirando y recostándo su espalda a uno de los frondosos árboles de cedro.
"Puede que los de Bushlak hayan querido desde un principio deshacerse de Yurina" "Que la hayan dejado ir con Romian a propósito..." Pensó el marqués Sebastián Forsten. —No, no es nada. Olvida esa absurda idea, Landel, tenemos cosas mas importantes de las que ocuparnos que investigar el pasado de una simple concubina. Landel guardó silencio. Sabía que su tío tenía razón. Sabía que tenía cosas más importantes de las que ocuparse, como reorganizar Maita ahora que extendieron su territorio, vigilar las fronteras con Bushlak al este y Gorian al norte que había estado dando problemas en el último año. Sin embargo, a pesar de todo eso, ese joven Rey quería saber de Yurina. Toc~ toc~ —Su majestad, el mensajero Real está aquí —avisó el guardián principal del Rey Maitano del otro lado de la puerta. —Que pase —accedió Landel Lamparth. Seguidamente ingresó el hombre rubio haciendo una reverencia al Rey y seguidamente al marqués Forsten. —Su majestad, ha llegado el carruaje de la casa
••••••••••Una vez que el Rey Landel Lamparth ingresó al salón para visitas especiales, vió a su padre esperando.El Rey retirado Lance, se encontraba sentado en uno de los sofás individuales. —Padre, no te esperaba… —Lo sé. No avisé que vendría. —No es normal en ti llegar de sorpresa. —¿No?, bueno, simplemente quise hacerlo — respondió Lance cruzándose de piernas y brazos. —No pareces estar muy- —Sé del problema que tienes en tu harem. Landel veía seriamente a su padre, sin sorpresa alguna, pues ya tenía la sospecha de que Margoth le habló al respecto. —Se nos informó a Virginia y a mí de que tu tercera concubina fue atacada y sigues sin "descubrir" lo que realmente sucedió en ese atentado. Permites que una simple concubina viva en el castillo principal y hay rumores de infiltrados de otros Reinos desde la frontera del este.Landel tensó su expresión.—Me estoy ocupando de todo eso. Les pedí amablemente a mi madre y a ti que confíen en mí y- Lance se levantó del sofá en ese