••••••••••Tres días después. 10: 00 am. —Yuriiii~ —llamaba a distancia, Caroline, a la tercera concubina de Maita. La joven ex Reina Romiana, daba su caminata matutina junto a su asistente Margoth y su guardián Dimitri que la seguían a una considerable distancia. Los ojos verdes esmeraldas de esa concubina se posaron en esa jovencita de cabello rubio largo que resaltaba tanto con el pomposo vestido rosa pastel que llevaban puesto, como una bella flor. —¡Yuri! Que difícil es dar contigo~ —reía Caroline Forsten, quien esos día aprovechó para ir más a la capital y pasar tiempo conociendo a esa concubina. Aunque Yurina no fue de muchas palabras, y tampoco le comentó de ningún tema relevante; aprovechó y aprendió de Maita, sus costumbres y la nobleza, todo gracias a Caroline. —¿Cómo te está yendo con el pastelero Real, te ayuda a aprender? ¡Me hubiera encantado quedarme y ver la expresión de mi primo cuando lo sorprendas! —¿Te hubiera?, acaso... ¿tienes que irte? aún no ha pasado
CLAC~Una vez Landel cerró la puerta. Él me quedó viendo fijamente... Esa mirada dorada que siento que me escudriña me pone nerviosa siempre. —¿Qué hablabas con el Conde? —preguntó él de inmediato. —¿Ah? —hice una expresión de confusión... Yo no entendí el por qué de su pregunta. —¡Contesta, Yurina! —Nada... Yo, ¿saludar?, no lo conocía, no tenía idea que era el Conde Heliar hasta que él- —No quiero que vuelvas a hablar con él, ¿lo has entendido? Landel me veía imponente y yo... ¡me moleste!Simplemente no pude evitar sentir que "mi sangre hervía de ira" si él se ponía a decirme todo aquello, sin que yo entienda. —¡Solo lo saludé!, ¡soy una simple concubina, si un noble me saluda, debo corresponder!, si mi invitan debo aceptar, si me piden algo y está a mi alcance y es correcto en la ley, entonces darlo... ayudar y- —Asi que has estado estudiando... —susurró Landel, su expresión había cambiado, ahora él me veía, más... Pacífico. —¡Sí, te dije que lo haría!, me lo tomó muy en
.....Unos minutos más tarde, me encontraba con Yuri en el laboratorio de ella. —¡Si te ríes de mí, jamás volveré a dirigirte la palabra! —me amenazó ella viéndome seriamente, mientras en sus manos sostenía varias hojas que con nerviosismo me pasó. Las sostuvo y comencé a ver dibujo tras dibujo. Parecían exactamente los mismos que estaban votados en el basurero la última vez que vine al laboratorio de ella... Todos eran demasiado similares. —Yuri... —¿Qué? —preguntó ella de mala manera, quizá pensando que haría un comentario burlista. —¿Me permites ayudarte?, me gustaría hacer los dibujos por ti. —¡¿AH?!, ¿cómo si fueras mi empleado?, ¡Eres el Rey, no puedo hacer eso! —Puedes no verme como el Rey y ser solo "Landel" para ti, cuando estamos solos. —¿Solo... Landel? —susurró ella viéndome seriamente— debes estar sintiéndote mal para decirme algo como eso jaja~ —sonrió ella con un poco de nerviosismo que la hizo lucir bastante tierna— Ya casi es hora del almuerzo y deberías ir-
Una sonrisa curvó los labios de Yurina, quien al ver ese dibujo… Se sintió avergonzada y… Bastante feliz. —Lo voy a atesorar… —susurró ella. La ex Reina Romiana, posó con cariño su mirada verde esmeralda en ese dibujo del momento en el que recibió a su hija frente a la mansión. Yurina abrazaba a la pequeña princesa Amanda con tanto amor y las sonrisas cálidas en el rostro de ambas, era lo que más detalles tenía… Parecía un retrato hecho con mucho cariño y dedicación. Aunque era solo un dibujo sencillo y sin colores a diferencia de las pintura, y aunque estaba en una hoja de papel… La tercera concubina no pudo evitar sentir que era invaluable. "¿Es debido al arte que maneja este Rey?""¿Debido a la elegancia de cada línea?" "Quizá… Es el momento, la emoción que sentí reflejada en papel" "Quizá es el cariño con el que parece haber sido hecha…" "Tal vez…" Los pensamientos de la mujer de cabello corto oscuro cesaron, ella se sentó justo al lado donde estaba ese Rey aún dormido. N
••••••••••En ese mismo momento, pero en la oficina del Rey Maitano. —¿Esto es todo? —preguntó Landel sosteniendo el informe en sus manos, mientras estaba sentado en un sofá de la sala en su oficina. A pocos metros, en otro cómodo sofá, se encontraba el Conde Heliar. —Sí. Parece que los demás encargados están haciendo un buen trabajo en la organización de los pequeños pueblos. Los nuevos Maitanos se encuentran bien, a pesar que muchos resultaron heridos en la guerra han sido atendidos por los grupos médicos enviados y ya están recuperándose. —¿No hubo ninguna emergencia?, en tu informe dice que uno de tus caballeros murió. Alfred desvío su mirada de la del Rey Maitano, el Conde hizo un gesto de tristeza. —Sí… Lamentablemente falleció uno de mis mejores caballeros… —Lo lamento Alfred, sin embargo, no especificaste nada de su muerte y el informe debe estar bastante detallado. Mañana todo el consejo lo sabrá en la reunión. Te daré tiempo a que lo agregues. —Si, Lan, muchas grac
—Es cierto, pero ya no hay que fingir —decía Landel más tranquilo, ahora sentandose sobre un sofá, con el libro en sus manos al que echó un vistazo por curiosidad. Yurina por otro lado tomó su copa y vertió más vino en ella. —¿No quieres un trago? —preguntó ella al Rey. —No, estoy bien así. Ella curiosa se levantó de su asiento y se sentó en uno de los descansa brazos del sofá donde estaba Landel. Él posó sus ojos dorados en ella por unos segundos, para después sin darle mayor importancia, continuar viendo el libro. —¿Por qué estás estudiando plantas tóxicas conocidas en el continente? —preguntó él a su esposa. —El clima en cada Reino tiene sus diferencias, hay plantas que son únicas también en cada nación, quería ver qué tan diferentes eran las de Maita con los demás… No sabía que tenían una recopilación de otros Reinos, especialmente Gorian. —Sí, aunque es bastante antiguo, ¿por qué necesitas este conocimiento? —preguntó él interesado en el tema. Yurina tomó unos tragos más
Yurina al ser apartada por ese Rey, terminó cayendo acostada sobre la cama. —Landel~ —sonrió con su rostro ruborizado— eres malo, no me dejaste probar de nuevo~ —reprochó ella haciendo un puchero. —¡¿Yurina Beforth, qué te pasa, acaso estás ebria?! Yurina se volvió a sentar en la cama. —¿Ebria, yo?, no, mira~ —señaló ella la botella y Landel volvió a ver a la mesa— te dejé un poquito~ —¡Es increíble!, realmente te la pasaste tomando… Maldición… —susurró Landel apoyando su mano en su nuca."¿Ahora qué hago?, no quiero estar con una mujer medio ebria, pero tampoco puedo irme…" "Si me voy, quedará como que la he rechazado y todo el plan se caerá" Yurina se sentó sobre la cama y recostó su cabeza en el hombro de ese apuesto Rey. —Lo siento… No tienes que enojarte, solo iba a besarte un poquito… —¿Ah? —él volvió a verla incómodo— ¿por q
> La tercera esposa del Rey Maitano no dejaba de pensar en lo que había dicho esa noche a ese hombre. Caminaba por ese jardín en el que quedó a encontrarse con la futura marquesa Caroline Forsten. Yurina veía desde el jardín a la distancia, ese glamuroso y grande castillo principal. "El territorio de la realeza… Los Lamparth si que tienen una enorme fortuna. Entiendo por que Landel decía que no necesitaba usar mis habilidades para ganar algo a parte de su salud" "Romian no era un Reino tan grande y también tenía muchas carencias por la administración del Linaje Real Lerylan" "Ángel me utilizó por años para mantener una fortuna y economía estable en su familia" "Pero Romian seguía en decadencia… Tarde o temprano sus mismos nobles hubieran terminando llevando a la ruina al país" "Su futuro era desaparecer aunque Maita no lo haya dominado" Pensaba ella suspirando y recostándo su espalda a uno de los frondosos árboles de cedro.