—¡Su majestad, soy tu médico! — se exaltó Yurina preocupada— Si digo que no estás bien, entonces venga conmigo y- El joven Rey Maitano en ese momento jaló del brazo a Yurina acercándola a si mismo. —No grites eso, podrían escucharte —la regañó él. Yurina reaccionó, dándose cuenta que su esposo tenía razón y suspiró intentando calmarse a si misma. —Esta bien, pero ven conmigo por favor… —se le quedó viendo ella con preocupación. Él cepilló su cabellera con su mano enguantada viendo hacia los caballeros que le protegían y estaban a distancia. —Iré contigo, pero será solo un rato, tengo que prepararme para- —Si, si, ya sé que tienes que ver a tu segunda esposa… —comentó Yurina de mala gana tomando la mano de su marido y yendo con él al interior del castillo. ••••••••••5: 30 pm. Landel se encontraba en le laboratorio de Yurina, observando desde las ventanas el colorido cielo del atardecer. Su mente pensativa se dividía entre si darle los medicamentos que él ingirió o no hacerlo.
—No. La respuesta del Rey Maitano fue rápida y simple. Él no estaba interesado en pasar la noche con Karla. La única razón que le unió en un matrimonio con esa mujer noble, fue probar si el del problema para procrear, era él o era su primera esposa Juliana. Finalmente lo confirmó, Juliana estaba bien y él era el que tenía problemas. El médico Real lo atribuyó de inmediato a una secuela del veneno que ingirió a sus cuatro años. Landel se lo tomó en serio y se desahogó con el único hombre en el que podía confiar plenamente… Su tío materno, el marqués Forsten. Este último se había ocupado de que Juliana Heliar quedará estéril para culparla a ella y librar de las cargas a Landel. El único problema es que si iban también por Karla, sería demasiado sospechoso para todo el Reino, así que la dejaron tal cual. Desde entonces, Landel tenía prohibido acostarse con sus dos esposas… y si bien, podía buscar una o unas amantes casuales… No era algo que él quisiera. ….."Mi padre tenía una
"¿Landel ha venido a verme?" Pensó Yurina preocupada, poniéndose de pie de inmediato. "¡Debe sentirse mal!" —Lo siento mucho Caroline, pero- —Lo entiendo~ —sonrió la mujer de cabello rubio— es tu deber atender a mi primo, no te preocupes, aún me quedaré unos días más, podemos hablar en otra ocasión. Yurina asintió. —Agradezco tu comprensión —decía la tercera concubina del Rey Maitano, haciendo una reverencia a Lady Forsten. …..La futura marquesa se dirigió a la salida, encontrándose con Landel en el camino. El joven Rey se sorprendió al verla a ella salir de ahí. —Caroline, no sabía que estabas con Yurina. —Ahora lo sabes, acabas de interrumpir mi cita con mi nueva amiga~ —reía la mujer rubia— sin embargo, tengo que estar agradecida, justo había iniciado un tema del que no tenía ánimos de hablar. Landel se le quedó viendo confundido, sin saber a qué se refería Caroline. Ella le pasó de lado y continúo yéndose de esa planta en el sector sur del castillo principal. …..—No
Landel exhaló y posó sus ojos dorados en la hermosa luna notoria desde ese balcón. —Es mi obligación mantener las alianzas que mi padre dejó, pero… Jhonn nunca ha querido tratar conmigo y no lo culpo… Nunca fuí un buen hermano mayor. —Mentiría si dijera que sé de qué hablas. Ya que nunca tuve hermanos, pero… ¿por qué crees que no fuiste buen hermano con él? —En el último verano que visitó Maita, tuve una charla con él que no terminó muy bien… cometí un error imperdonable. Fuí egoísta y avaricioso, pensé en mí en lugar de en ambos —confesó Landel recordando…••••••••••Hace tres años atrás. ••••••••••11: 30 pm. En el castillo principal de Maita. —Pensé que ya te habías dormido —dijo Landel al ingresar a la habitación donde se estaba quedando Jhonn. Él veía a su hermano menor sosteniendo un copa de vino que veía con una extraña expresión seria. —No, últimamente sufro de insomnio… —susurró Jhonn sentado en un sofá de esa oscura sala, nada más iluminada por la luz de la luna que
—¡Espera! —exclamó Yurina deteniendo de la mano al Rey Maitano— No tienes que desquitarte conmigo solo por que no entiendo… Yo… Sé que desconozco de muchas cosas, que no se de Maita, Gorian, ni la relación que existe entre ambas naciones… A duras penas aprendí de Romian por que me obligaban a ser la Reina.Landel veía con frialdad a su esposa, sin embargo, no decía nada, el silencio de ese Rey causó que ella se sintiera aún más nerviosa. —¡Aprenderé! No quiero sentirme como una ignorante y estar al margen mientras vivo en Maita así que, aprenderé lo que deba… Puedes volver a organizar mi agenda si no es mucho pedir… —decía ella con su rostro rojizo de la pena. Landel exhaló y se soltó del agarre que su tercera esposa ejercía en él. —Está bien… —decía él para segundos después, volver a intentar irse, y ser nuevamente retenido por ella. Yurina sostenía la mano derecha de Landel con sus dos manos. —¿Hay algo más que quieras decirme? —preguntó Landel de mala gana. Ella asintió e inc
••••••••••5: 00 pm. Esa tarde en el este de Maita, el Conde Alfred Heliar, había finalizado su trabajo del día. —El carruaje está en camino mi Lord —decía uno de sus fieles mayordomos que había ido con él a atenderle— se a preparado una mansión cercana, para usted y su gente. —Buen trabajo —felicitó Alfred a su mayordomo— Iré a dar una última mirada por el campamento cercano, si existe algún nuevo Maitano que se ha escondido, probablemente estará llegando a estás horas, cuando entregan las raciones de la cena en los campamentos. —Tenga cuidado, mi Lord —dijo el mayordomo viendo como su señor se iba con un pequeño grupo de sus caballeros más capaces. …..Minutos después, el Conde bajó de su caballo y comenzó a caminar por el sector en ruinas de lo que una vez fue un pueblo bastante próspero en Romian. Un pueblo que fue atacado por los cañones Maitanos a mediados del año de guerra por su gran concentración de soldados Romianos en la zona. Sí, Maita había obtenido el control poc
••••••••••7: 30 pm. Esa noche, en el castillo de las concubinas, de Maita. Ambas mujeres estaban reunidas cenando, como era bastante habitual en ellas dos. —¿Escuchaste que su majestad no ha ido a ver a esa mujer desde hace un día? —preguntaba con una gran sonrisa, Karla Gerkan a Juliana Heliar. —¿Es así?, pero… Seguro irá. Él dice que la ama, ¿tan rápido se le acabó el amor? —¡Tan rápido como se le acabó el deseo por nosotras probablemente! —exclamó Karla frunciendo el ceño—, su majestad el Rey, siempre ha sido muy extraño, probablemente se vuelva un mujeriego como el Rey anterior~ cuando veamos se casará con cada mujer de nación conquistada jaja~ —No insultes así a nuestro marido~ él no es como ese Rey anterior… Escuché que ese señor se acostaba con todo lo que fuera mujer jaja~ daba igual que tan pobre o sirvienta sucia era —se burlaba Juliana. —En eso te doy la razón~ —sonrió Karla, tomando un poco del vino en su elegante copa dorada, para seguidamente dejarlo sobre la mes
••••••••••Tres días después. 10: 00 am. —Yuriiii~ —llamaba a distancia, Caroline, a la tercera concubina de Maita. La joven ex Reina Romiana, daba su caminata matutina junto a su asistente Margoth y su guardián Dimitri que la seguían a una considerable distancia. Los ojos verdes esmeraldas de esa concubina se posaron en esa jovencita de cabello rubio largo que resaltaba tanto con el pomposo vestido rosa pastel que llevaban puesto, como una bella flor. —¡Yuri! Que difícil es dar contigo~ —reía Caroline Forsten, quien esos día aprovechó para ir más a la capital y pasar tiempo conociendo a esa concubina. Aunque Yurina no fue de muchas palabras, y tampoco le comentó de ningún tema relevante; aprovechó y aprendió de Maita, sus costumbres y la nobleza, todo gracias a Caroline. —¿Cómo te está yendo con el pastelero Real, te ayuda a aprender? ¡Me hubiera encantado quedarme y ver la expresión de mi primo cuando lo sorprendas! —¿Te hubiera?, acaso... ¿tienes que irte? aún no ha pasado