—Siéntase segura, daré lo mejor de mí por protegerla —le dijo sonriente, el caballero pelirrojo de la casa Arlik. Yurina asintió y antes de ella decir algo, vió a distancia a una persona que se le hizo inmediatamente familiar. "¡¿Caroline Forsten?!" Pensó Yurina sorprendida, al ver a la mujer rubia que resaltaba como una hermosa flor veraniega acercarse a ella. Cuando Yurina sonrió hacia Caroline, como un gesto de educación. Dimitri volvió a ver hacia atrás, para ver qué sucedía. Él observó que Caroline se acercaba. La joven rubia se detuvo frente a Yurina y ambas de quedaron viendo fijamente. "Se nota lo joven que es, escuché que tenía solo diecisiete años" "Tiene un rostro angelical" Pensó Yurina de Caroline. —Señorita Forsten, no pensé que vendría tan rápido —dijo Dimitri sin pensarlo. Yurina volvió a ver a su caballero y le preguntó: —¿Se conocen? Dimitri desvío su mirada avergonzado por haberse metido entre ambas mujeres que ni siquiera se habían conocido formalmente
Yurina ingresó a su laboratorio en el sector sur del castillo principal. Ella de inmediato notó que su escritorio estaba distinto a como lo había dejado. Alguien lo había ordenado e incluso limpiado...Tap~ tap~ Yurina caminó hasta detenerse frente al escritorio y sostuvo en sus manos las hojas apiladas. ¡Se sorprendió! ¿Cómo no estarlo? Jamás se su vida había visto dibujos tan bien hechos y detallados, aunque la letra no había sido puesta al lado de cada dibujo de plantas...Era reconocible a simple vista de cual se trataba por tan buen trabajo artístico. Ella dirigió su mirada al basurero que había llenado de trabajo mal hecho… Estaba ahora vacío. —Pero quién hizo… —susurró la ex Reina Romiana paseando su mirada a sus alrededores. Nadie estaba en el laboratorio además de ella, pero pocos eran los que sabían de su existencia y ubicación… Y solo un hombre capaz de algo así cruzó por su mente. —¿El Rey? Yurina tomó los dibujos y los guardó cuidadosamente en uno de los cajones
El Rey Maitano vio a distancia a su tercera esposa. "¿Qué hace ella aquí?"Pensó Landel, para solo segundos después caer en cuenta que ella ya había visto el "pequeño obsequio" que él dejó en su laboratorio. Landel hizo un gesto con su mano ordenando a sus caballos que ayudaban con su entrenamiento de esgrima que se detengan. Él se dirigió de inmediato hacia esa mujer quien al ver que él se acercaba, le pasó de lado al caballero que le estaba bloqueando el paso y corrió hacia su esposo. —¡Su majestad! —exclamó ella lanzándose a abrazarlo— ¿podemos hablar? —susurró Yurina al oído de ese alto hombre. Landel asintió y le tomó de la mano casualmente, caminando por el jardín de ese sector. —¿No escucharán tus caballeros? —No si no gritas~ —sonrió él. "Parece que él está de buen humor" "Debe ser por que su prima está en el territorio Real y escuché que son muy buenos amigos" Pensó Yurina, para después posar sus ojos al camino frente a ellos. —¿Por qué has hecho eso por mí? —pregun
—¡Su majestad, soy tu médico! — se exaltó Yurina preocupada— Si digo que no estás bien, entonces venga conmigo y- El joven Rey Maitano en ese momento jaló del brazo a Yurina acercándola a si mismo. —No grites eso, podrían escucharte —la regañó él. Yurina reaccionó, dándose cuenta que su esposo tenía razón y suspiró intentando calmarse a si misma. —Esta bien, pero ven conmigo por favor… —se le quedó viendo ella con preocupación. Él cepilló su cabellera con su mano enguantada viendo hacia los caballeros que le protegían y estaban a distancia. —Iré contigo, pero será solo un rato, tengo que prepararme para- —Si, si, ya sé que tienes que ver a tu segunda esposa… —comentó Yurina de mala gana tomando la mano de su marido y yendo con él al interior del castillo. ••••••••••5: 30 pm. Landel se encontraba en le laboratorio de Yurina, observando desde las ventanas el colorido cielo del atardecer. Su mente pensativa se dividía entre si darle los medicamentos que él ingirió o no hacerlo.
—No. La respuesta del Rey Maitano fue rápida y simple. Él no estaba interesado en pasar la noche con Karla. La única razón que le unió en un matrimonio con esa mujer noble, fue probar si el del problema para procrear, era él o era su primera esposa Juliana. Finalmente lo confirmó, Juliana estaba bien y él era el que tenía problemas. El médico Real lo atribuyó de inmediato a una secuela del veneno que ingirió a sus cuatro años. Landel se lo tomó en serio y se desahogó con el único hombre en el que podía confiar plenamente… Su tío materno, el marqués Forsten. Este último se había ocupado de que Juliana Heliar quedará estéril para culparla a ella y librar de las cargas a Landel. El único problema es que si iban también por Karla, sería demasiado sospechoso para todo el Reino, así que la dejaron tal cual. Desde entonces, Landel tenía prohibido acostarse con sus dos esposas… y si bien, podía buscar una o unas amantes casuales… No era algo que él quisiera. ….."Mi padre tenía una
"¿Landel ha venido a verme?" Pensó Yurina preocupada, poniéndose de pie de inmediato. "¡Debe sentirse mal!" —Lo siento mucho Caroline, pero- —Lo entiendo~ —sonrió la mujer de cabello rubio— es tu deber atender a mi primo, no te preocupes, aún me quedaré unos días más, podemos hablar en otra ocasión. Yurina asintió. —Agradezco tu comprensión —decía la tercera concubina del Rey Maitano, haciendo una reverencia a Lady Forsten. …..La futura marquesa se dirigió a la salida, encontrándose con Landel en el camino. El joven Rey se sorprendió al verla a ella salir de ahí. —Caroline, no sabía que estabas con Yurina. —Ahora lo sabes, acabas de interrumpir mi cita con mi nueva amiga~ —reía la mujer rubia— sin embargo, tengo que estar agradecida, justo había iniciado un tema del que no tenía ánimos de hablar. Landel se le quedó viendo confundido, sin saber a qué se refería Caroline. Ella le pasó de lado y continúo yéndose de esa planta en el sector sur del castillo principal. …..—No
Landel exhaló y posó sus ojos dorados en la hermosa luna notoria desde ese balcón. —Es mi obligación mantener las alianzas que mi padre dejó, pero… Jhonn nunca ha querido tratar conmigo y no lo culpo… Nunca fuí un buen hermano mayor. —Mentiría si dijera que sé de qué hablas. Ya que nunca tuve hermanos, pero… ¿por qué crees que no fuiste buen hermano con él? —En el último verano que visitó Maita, tuve una charla con él que no terminó muy bien… cometí un error imperdonable. Fuí egoísta y avaricioso, pensé en mí en lugar de en ambos —confesó Landel recordando…••••••••••Hace tres años atrás. ••••••••••11: 30 pm. En el castillo principal de Maita. —Pensé que ya te habías dormido —dijo Landel al ingresar a la habitación donde se estaba quedando Jhonn. Él veía a su hermano menor sosteniendo un copa de vino que veía con una extraña expresión seria. —No, últimamente sufro de insomnio… —susurró Jhonn sentado en un sofá de esa oscura sala, nada más iluminada por la luz de la luna que
—¡Espera! —exclamó Yurina deteniendo de la mano al Rey Maitano— No tienes que desquitarte conmigo solo por que no entiendo… Yo… Sé que desconozco de muchas cosas, que no se de Maita, Gorian, ni la relación que existe entre ambas naciones… A duras penas aprendí de Romian por que me obligaban a ser la Reina.Landel veía con frialdad a su esposa, sin embargo, no decía nada, el silencio de ese Rey causó que ella se sintiera aún más nerviosa. —¡Aprenderé! No quiero sentirme como una ignorante y estar al margen mientras vivo en Maita así que, aprenderé lo que deba… Puedes volver a organizar mi agenda si no es mucho pedir… —decía ella con su rostro rojizo de la pena. Landel exhaló y se soltó del agarre que su tercera esposa ejercía en él. —Está bien… —decía él para segundos después, volver a intentar irse, y ser nuevamente retenido por ella. Yurina sostenía la mano derecha de Landel con sus dos manos. —¿Hay algo más que quieras decirme? —preguntó Landel de mala gana. Ella asintió e inc