CAPÍTULO 76: YO NO SOY A QUIEN BUSCASClara BeaumontMi reflejo en el espejo me devuelve la mirada con lástima. «Eres patética, Clara», responde mi mente. Estoy aquí en la mansión de Maxwell, durmiendo en su cama, comiendo su comida y a veces hasta usando su ropa; lo tengo todo, menos a él.—¿Qué se supone que tiene esa mujercita que no tenga yo? Soy más bonita, tengo dinero y una familia con un buen apellido, además soy igual a su exesposa muerta, ¿qué más quiere?Y es que desde que lo amenacé con suicidarme y le conté la verdad al abuelo, han pasado varios días y aun así, Maxwell no se ha dignado en regresar a casa. De hecho, envió a sus hijos a Disney World con la niñera y se está quedando en la casa de su mejor amigo.¿Realmente sirvió de algo lo que hizo Jonathan? Me aseguró que lograría que se casase conmigo, pero hasta ahora no ha hecho más que aumentar la lástima que tengo por mí misma.Salgo del baño después de lavarme la cara y pensar durante muchas, muchas horas, lo que est
CAPÍTULO 77: DESTRUIRTE POR COMPLETOClara BeaumontNo pensé que esa negociación con el hombre que se hace llamar “lobo” me fuese a salir bien, sin embargo, ni en mis mejores sueños húmedos hubiese podido urdir un plan tan perfecto. Tal vez antes no pude deshacerme de Hannah, pero ahora no hay manera de que esa mujer consiga salir bien librada de todo esto. Tanto que ellos se deshagan del problema, como que Maxwell haga algo para salvarla, de cualquier forma se irá para siempre.Resultó que la camioneta negra había dado la vuelta. Los tipos me dejaron en mi casa con la promesa de que escucharía de ellos nuevamente cuando todo resultase. Me tomé el atrevimiento de sugerirle una idea mucho mejor que solo secuestrarla. Eso sería demasiado sencillo y si Maxwell los encuentra, seguramente irán a la cárcel.Es mucho mejor el trabajo psicológico para estas cosas.No voy a mentir, sentí miedo en un momento, sin embargo, si de algo puedo enorgullecerme, es que soy capaz de doblegar a cualquier
CAPÍTULO 78: TRAIDOR—Maxwell estoy muy nerviosa —le digo mientras me arreglo por enésima vez los puños de la camisa.A pesar de todo, Jonathan Wells ha decidido seguir adelante con la demanda en mi contra, se supone que hoy nos reuniremos con sus abogados y los míos para tratar de llegar a un acuerdo amistoso. Para ser sincera, dudo mucho que algo así sea posible.—Tranquila, te aseguro que Johanne es la mejor abogada que podrías tener —dice acariciando mis hombros. Contratamos a una abogada que nos recomePor hoy, me está acompañando en casa de Kendra. Ella cuidará a Sofía mientras nosotros estamos en la empresa.—No es eso lo que me preocupa, es que estoy segura de que esto es una trampa. Él se veía muy decidido a llevarme a la corte, y ahora resulta que intentará algo más amistoso; no lo sé.—A mí tampoco me da buena espina, pero tendremos que ir a ver qué quiere.Suspiro con pesadez. Nos encaminamos hacia el auto después de despedirnos de nuestra hija. Se siente extraño decirlo a
CAPÍTULO 79: EL ÚLTIMO DÍAMaxwellAlgunos días han pasado desde esa desastrosa reunión con mi abuelo. Todavía me hierve la sangre de la furia al saber que está consiguiendo salirse con la suya. Como si no fuera suficiente, Clara sigue aferrada a mi casa cual caracol que ha encontrado un caparazón, y se niega a irse a pesar de que ya he conseguido compradores para la mansión.Hannah y yo estamos dejando listos los últimos detalles para nuestra mudanza, de hecho, ahora mismo creo que me espera en la casa. Sin embargo yo tengo que sacar a Clara de la mansión pues el agente inmobiliario me dijo que, si no la echaba, no podrían concretar la venta.Mis hijos regresan hoy de Disney World, así que veré si con esto mato dos pájaros de un tiro.Estaciono en frente y dejo salir un largo suspiro antes de bajarme. Dejar este lugar significa mucho más para mí de lo que pensé. Aquí forjé muchos recuerdos con Celeste, el nacimiento de mis hijos y también su muerte. Pero además, Hannah también se con
CAPÍTULO 80: UNA AMENAZA QUE NO PUEDO IGNORARMaxwellLa cabeza me da vueltas, me siento pesado y atontado. Lentamente regreso a la realidad. Hago el amago de abrir los ojos y el pánico me invade al descubrir que no puedo ver nada. Una tela gruesa me cubre el rostro. Intento mover las manos, pero están atadas en mi espalda. No necesito ser un genio para comprender la situación bastante rápido: estoy secuestrado.—¡Den la cara! ¡¿Quién eres, maldito?!La pregunta es meramente confirmativa, porque con la llamada que me hizo Félix, no me queda ninguna duda de quién está detrás de todo esto.—El luchador estrella se despertó —canturrea el lobo.—¡Maldito, hijo de…! —De pronto siento que me ponen una mordaza en la boca, está húmeda y ni siquiera quiero poner mi lengua contra la tela, pero no me dejan opción.—Cállate un poco, ¿sí? Antes de ponerte a insultar deberías escucharme.Trato de removerme en la silla, patalear, gritar, pero estoy atado de pies y manos y ahora no puedo ni hablar.La
CAPÍTULO 81: ¿ESTO ES UNA PESADILLA?No había podido dormir en toda la noche después de que los gemelos y Francis llegaron a la casa. Se suponía que Maxwell llegaría pronto y por fin estaríamos juntos como una gran familia, pero eso no pasó porque él nunca llegó.Pensé lo peor, creí que lo habían asaltado o golpeado como la última vez. Llamé a la policía, incluso a su mejor amigo, pero Félix no me contestó. Traté de disimular mi preocupación frente a los niños, pero eso no evitó que se dieran cuenta de que algo malo pasaba.Sin embargo, ahora que veo a Maxwell frente a la puerta con una mirada tan sombría, mi corazón se agita y no puedo evitar pensar que lo que ocurrió es mucho más grave de lo que imagino.—Hannah, tenemos que hablar —suelta con seriedad.Esas son las tres peores palabras que cualquiera podría escuchar en una relación. ¿Es que acaso ocurrió algo más?—¿Qué sucede?—Tiene que ser en privado.—¡Papá! —exclama Sofía, los gemelos se sorprenden porque todavía no les he dic
CAPÍTULO 82: LO HAGO POR TIMaxwellNo sé cómo contengo el nudo en mi garganta mientras veo a Hannah marcharse con nuestra hija. Se sube a un taxi ante la mirada atónita de Francis y de mis gemelos que no entienden lo que sucede. Odio tener que hacerles esto una vez más. ¡Maldit4 sea, le firmé el divorcio!Tengo el documento en mi bolsillo con ganas de hacerlo mil pedazos, estoy a punto de decirle que regrese, pero entonces observo hacia el lugar desde donde calculo que el degenerado de mierd4 las observa y aunque no lo veo, no puedo quitarme la sensación de que está ahí.No puedo hacer que regresen, no hasta que me encargue de todos y cada uno de ellos. Sofía se sube en el taxi con los ojos rojos, está a punto de llorar y yo solo puedo sentirme una completa mierd4. ¿Estaré haciendo lo correcto? ¿Realmente esta es la mejor forma de protegerlas?Aunque quisiera, ya no puedo retroceder. Echarme para atrás no es una opción.Una vez que se van, me encierro en el baño a pesar de que mis hi
CAPÍTULO 83: NO DE NUEVO—Mami, ¿por qué nos estamos yendo sin papá? ¿y por qué estás llorando?A pesar de que estoy intentando no demostrarle lo que me pasa a Sofía, los sentimientos me ganan. Tomé el primer vuelo que encontré disponible para Cancún, ni siquiera me ha importado dejar lo de la demanda a medias. Ricardo todavía sigue en Miami, así que lo dejé a cargo de todo eso. No puedo quedarme ni un segundo más en este lugar.De alguna forma sigo en negación, mi corazón se niega a aceptar lo que mi cerebro me repite sin descanso: él se volvió a burlar de mí.—Tenemos que volver a casa, hija. Ha pasado algo con tu abuelito.No quería tener que decirle sobre la muerte de su abuelo, pero prefiero que llore por eso a saber lo que dijo su padre de ella. Se le rompería el corazón en mil pedazos si supiese que Maxwell no la quiere. Ver que va aferrada a ese peluche de pingüino solo hace que mi corazón se estruje aún más haciendo de esto un dolor insoportable.—¿Qué pasó mami?—¿Recuerdas