CAPÍTULO 7: TRES SEMANAS. DOS MESES Las cosas han estado sorpresivamente mejor luego de aquella confrontación que tuve con Maxwell. Han pasado tres semanas y media, o algo así; no llevo la cuenta. No obstante, se ha portado… detallista conmigo. Algo que no hacía desde… pues, nunca.Sin embargo, me ha estado enviando rosas con notas románticas y dulces que me hacen suspirar. Tal vez por fin le he abierto los ojos a lo que tiene. Una esperanza abrumadora se asienta en mi pecho, estoy segura de que las cosas ahora sí van a ser diferentes, y por fin Maxwell y yo podremos vivir como esposos en toda la regla.Esta mañana me levante de mejor humor que nunca. Incluso se me antojó cocinar unas galletas con chispas de chocolate. Los gemelos estuvieron de acuerdo, así que Francis me ayudó a encontrar sus gorros de chef y enseguida nos pusimos manos a la obra.—¡Yo quiero hacer la masa! —exclama Isaac con una cuchara de palo en las manos.—¡No! La voy a hacer yo —le refuta Lucas.—¡Ey! Tranquilo
CAPÍTULO 8: ESTO SE ACABÓ Regresar a esa mansión se siente como un castigo. Como la condena que debo pagar por haber sido tan idi0ta. Eso es lo que soy. Una gran tonta que se dejó embaucar por un imbéc1l que solo ha sabido jugar conmigo.Lloro como una condenada en el auto. Me tomo mi tiempo para dejar fluir las lágrimas, para asentar la rabia dentro de mí. Cualquier rastro de amor que pudiese sentir por él se ha convertido en odio y desprecio.—¿Cómo pudo hacerme esto? ¡¿Por qué?! —grito dentro del carro.Ahí nadie puede oírme ni verme. Sujeto con fuerza el volante, tengo ganas de destruirlo todo, de dejar todo. Mientras desahogo mi dolor solo puedo pensar en lo que haré. Se acabó la Hannah buena y sumisa, se acabó la Hannah que se deja manipular por los deseos de un hombre egoísta y narcisista que solo me utiliza como su juguete sexu4l. ¡Se acabó!Me limpio los ojos y con el maquillaje de repuesto que tengo en el auto acomodo mi rostro para que, ni los gemelos ni Francis se den cu
CAPÍTULO 9: ELLA APARECEMi fuero interno está que arde de la furia y mi corazón late a toda prisa lleno de miedo e incertidumbre. De verdad lo hice. De verdad le he pedido el divorcio a Maxwell.No sé bien ni cómo sentirme. Si yo fuese otra tal vez estuviese emocionada, feliz; pero ese no es mi caso. No puedo estar feliz, de hecho, me estoy muriendo por dentro. El dolor que siento en este momento no se compara con nada que hubiese experimentado antes.Él me engañó, me trató como quiso todo este tiempo y yo lo soporte solamente porque creí que de alguna forma lo superaría. Pensé que llegaría a amarme como la amaba a ella. Pero es evidente que solo fui una ilusa de mis propios sentimientos.Me cegué, me puse una venda en los ojos para no ver la realidad de lo que él estaba haciendo conmigo.De algún modo consigo conducir hasta llegar a la casa. El camino se me hizo borroso en varios momentos debido a las lágrimas que inundaban mis ojos. Me bajo arrastrando los pies, el cielo se ha nub
CAPÍTULO 10: NO ES ELLA, PERO CASILa mujer frente a mí hace caso omiso a mi advertencia. En cambio, me empuja abriéndose paso dentro de la casa.—¡Oiga! No puede estar aquí.Landon se queda boquiabierto al verla, él debió conocer a la antigua mujer de Maxwell, así que no son cosas mías, sí se parece mucho.—Mira niña, si no te avisaron que vendría, no es mi problema. Maxwell me dijo que podía ir poniéndome cómoda, así que, anda, corre. Prepárame una habitación y hazme un té verde caliente.Debo estar alucinando, de otro modo no entiendo qué es lo que está ocurriendo. No sé qué se cree, tal vez Maxwell le dijo que viniese ya que yo le pedí el divorcio. Es tan descarado que ya va a meter a su amante aquí a pesar de que todavía seguimos casados.Regreso hasta donde Landon y empujo los papeles en su dirección.—Creo que esto responde tu pregunta. Ese es el motivo —susurro. —Entiendo —dice con más profesionalismo del que esperaba.—¿Puedes tenerlo listo esta misma tarde? Por favor, lo n
CAPÍTULO 11: EXCUSA BARATAMe encierro en mi habitación y cierro la puerta con seguro para que no pueda entrar. Aunque eso no es ningún impedimento, él tiene las llaves de toda la casa. Me echo sobre la cama y lloro desconsolada. El dolor que siento oprime mi pecho y no me deja respirar. Un cólico insoportable azota mi vientre, este estrés no es bueno para mi embarazo, pero no puedo evitarlo. Rápidamente me tomo una de las pastillas que me mandó el doctor y trato de mantener la calma, pero es difícil. La traición me quema, incluso respirar es una tortura y con mis hormonas alteradas, las emociones se sienten mucho más intensas.Unos momentos después escucho su toque en la puerta.—Hannah, sal por favor, necesitamos hablar.—Vete, yo no tengo nada que hablar contigo —espeto desde la cama. Mi único consuelo es abrazar una enorme almohada, pero todo en este lugar me recuerda a él. Lo mucho que lo amo y lo mucho que me destroza que me haya engañado. —Hannah, no me obligues a entrar po
CAPÍTULO 12: ME VOY PARA SIEMPRELas palabras de Maxwell rondan mi cabeza toda la maldit4 noche. Apenas y puedo conciliar el sueño, pero mi decisión es irreversible. No pienso quedarme ni un minuto más en esta casa.Empiezo a armar mis maletas con la salida del sol. Una a una, guardo las prendas que me pertenecen. Cualquier otra cosa que él me haya regalado o se haya comprado con su dinero, no la quiero. Sé que es mi orgullo hablando por mí, pero me niego a llevarme ni una sola de las cosas que me vinculan a él. No quiero que tenga eso como una excusa para reclamarme algo en el futuro.He llorado tanto que ya me he quedado sin lágrimas, aun así, el dolor en mi pecho no aminora. Cuando he terminado de guardar mis cosas, arrastro la maleta por el suelo con parsimonia. Quiero irme sin que nadie lo note, en especial los gemelos.No obstante, antes de salir al pasillo escucho voces apresuradas.Me detengo en la puerta y pego el oído a la madera. Es Clara y Maxwell.—¿Es que no lo entiendes
CAPÍTULO 13: TODO TIENE UNA EXPLICACIÓNMaxwell«Llamas a esto ¿darme lo que necesito? No seas hipócrita Maxwell». No dejo de repetir esa frase en mi mente una y otra vez. Hannah merecía más de lo que le ofrecí, tiene razón. Ella merecía amor, respeto y apoyo, y yo fallé miserablemente en proporcionárselos. Ahora, siento cómo nuestro matrimonio se desintegra ante mis propios ojos, pero, aunque sé esto, no es lo que podía darle.Cuando conocí a Hannah estaba en el momento más vulnerable de mi vida. Había perdido a Celeste, la mujer que amé con locura, la madre de mis hijos, y a la que perdí por mi propia culpa.Era yo quien iba conduciendo ese día, fue mi culpa cruzar la avenida sin fijarme porque esa noche estábamos discutiendo. Las últimas palabras que le dije a mi esposa fueron “Ojalá que esto se acabe, así ya no seré una molestia para ti”. Para ser sincero, ni siquiera recuerdo por qué discutíamos. Estoy seguro de que era una tontería. Lo curioso es que ese día las cosas sí se ac
Clara Beaumont Maxwell va sumamente callado desde que subimos de vuelta en el auto. Y es que no esperaba que me saliese con la noticia de que ya está casado. Suspiro con fastidio, él ni siquiera se da cuenta. Aun así, mis planes no han cambiado, tengo que atrapar a Maxwell Kingsley sea como sea. Todavía recuerdo muy bien cuando mi hermanita gemela se casó con él. Desde que lo vi me pareció un bombón. Muy atractivo sin duda, pero lo que más me gustó de él fue su billetera. Sin duda mi hermana había conseguido un buen partido, pero era de ella y por más que quisiera, no iba a poder meterme en su relación. Él estaba muy enamorado, por eso ni me molesté en aparecerme en la boda, aunque sí que lo he visto más veces de lo que cree. Aprovechaba cuando Celeste se quedaba en casa con los niños y me colaba en su oficina fingiendo ser ella. Eso fue muy divertido, hasta que murió. Quisiera decir que me dolió su muerte, era mi gemela después de todo, pero ella y yo siempre nos odiamos. —¿Está