CAPÍTULO 27: NADIE SABE LO QUE TIENE…MaxwellSoy un idiota. Por mi culpa a Hannah le dio un ataque de nervios y ahora está en el hospital y ni siquiera me deja estar a su lado. Estar en este lugar me trae malos recuerdos, cosas que preferiría dejar enterradas en mi oscuro pasado y no volver a pensar nunca más.No quiero alterarla, pero la incertidumbre de saber lo que le pasa me está matando. Sin poder hacer nada más, regreso a la mansión junto a los gemelos. Me saludan con entusiasmo cuando me ven llegar, pero yo a penas y puedo esbozar una sonrisa fingida. —¡Papá! ¿Qué tienes? —me pregunta Lucas después de cenar. —Nada, solo estoy cansado.—¡Oh! Isaac y yo queríamos jugar contigo a los superhéroes, ¿puedes? ¡por fis! ¡por fis! —insiste. No obstante, mi cabeza palpita de la migraña hecha un lío.—Niños, no molesten a su padre, ¿no ven que está cansado? Mejor vayan a dormirse, mañana tienen que estudiar —interviene Clara levantándose de la silla.—Pero, papá —protesta Isaac.—Ya o
CAPÍTULO 28: HASTA QUE LO PIERDEMaxwellTres maldit4s semanas. Ese es el tiempo que llevo esperando recibir noticias de Hannah, pero el investigador privado ha tenido problemas para encontrarla. Debo admitir que en parte ha sido mi culpa. Ahora mismo me doy cuenta de lo imbécil que fui con ella. ¿Cómo es posible que ni siquiera sepa dónde vive su familia en México? Todo lo que tengo son sus nombres completos y la certeza de que debe estar en ese país. Si no es ahí, ¿dónde más podría estar? La sola idea de pensar que tal vez se fue a otro lado y que nunca voy a poder encontrarla me carcome y me mata por dentro. No soy capaz de concentrarme en el trabajo como antes. Tengo horas sentado frente a la computadora intentando comprender un informe de los proveedores que surten a la fábrica de alimentos, pero no he podido ni pasar de la primera página. Agito el lapicero entre mis dedos de forma compulsiva. Todo esto me está enloqueciendo. Llevo días pensando en volver a mis antiguas andan
CAPÍTULO 29: UN NUEVO COMIENZOLa hermosa ciudad de Cancún se abre ante mí desde la ventanilla del avión. Es tan majestuosa como un paraíso, con sus playas de aguas cristalinas y la arena blanca. A pesar de que no estoy tan lejos de Miami como me gustaría, el mero hecho de encontrarme en otro país ya me hace sentir nuevos aires para mi vida.Tomé este vuelo con tan poca anticipación que apenas y le pude avisar a mi madre que llegaría en las horas tempranas de la tarde. Cuando el avión finalmente aterriza y después de pasar el área de migraciones y tomar mis maletas, comienzo a sentir que realmente estoy en un nuevo hogar.Veo a mi madre a la distancia, me espera con un cartel con mi nombre en él. Enseguida salgo corriendo a recibirla. Ella me envuelve en sus brazos con fuerza y se echa a llorar.—¡Estás tan grande! Casi no te reconozco —dice entre sollozos.—Me veo igual, mamá —le digo en español. Ella siempre me inculcó el idioma y me sale tan natural como el inglés.—No, te ves rad
CAPÍTULO 30: DESHACIENDOME DEL PROBLEMAClara BeaumontAl investigador le tomó poco tiempo encontrar a la mujercita esa. Cuando Maxwell me dijo que había estado en el hospital por un supuesto “dolor de vientre”, mis alarmas se dispararon. No podía quedarme de brazos cruzados, así que definitivamente, todo tenía que pasar por mis manos primero.—Señora Clara, la encontré —anuncia el hombre en la llamada telefónica.—¿Pudiste averiguar lo que te pedí?—Sí, me costó poder obtener esa información, esto le costará un extra, si me entiende.—Sí, sí, ya sabía eso. No me importa el monto, solo dime lo que quiero saber.—Primero gíreme a la cuenta, en tiempo real. Ya sabe cómo son estas cosas.Resoplo, esto me pasa por trabajar con muertos de hambre. Pongo la llamada en segundo plano mientras le hago el depósito de los cinco mil dólares que me pidió, solamente por darme ese dato. El desvío del resto de la información que deberá pasar primero por mí vale al menos diez mil dólares. Espero que Ma
CAPÍTULO 31: ATASCADO EN EL PASADOMaxwell5 años después…Los gritos de apoyo y emoción entre el público me sirven de ruido de fondo para no escuchar los quejidos de Félix. Me concentro en el oponente que tengo frente a mí. El maldit0 cree que le tengo miedo porque tiene pinta de matón de poca monta, pero yo puedo ver a través de esos falsos músculos agrandados con esteroides. El sudor corre por mi frente, mi corazón está agitado y mi boca entreabierta mientras trato de recuperar el aliento… un segundo más… nuestras miradas se cruzan como dos depredadores. Él está esperando que yo flaquee, pero no hace falta. Su posición se ha abierto y ni siquiera se ha dado cuenta. Espero que avance hasta mí y entonces, usando su propio peso en su contra, evado su puño directo a mi rostro, le tomo del brazo y le hago una llave que lo deja tendido en el piso. Puedo ver el preciso momento en que todo el aire escapa de sus pulmones. Envuelvo su cuello entre mis piernas y comienzo a asfixiarlo. A los
CAPÍTULO 32: CONFERENCIA INTERNACIONAL DE CEOS—¡CEO Carpenter! ¡CEO Carpenter!Me detengo en medio del pasillo al escuchar mi nombre. Ya es tarde y esta gente solo me está haciendo perder tiempo. Aun así, me giro hacia ellos con una sonrisa.—¿Qué pasa Ricardo?—Es que, quería decirle que llamaron del comité organizativo de la Worldwide CEOs Conference. La están invitando a usted, bueno, a la empresa. —¿Qué? No puede ser.Ricardo me extiende la invitación virtual que trae en el iPad de la empresa. Leo las palabras escritas allí, pero no me lo puedo creer.—Será dentro de un mes, quieren que usted dé una charla —explica.—¿Yo? ¿Por qué yo? —Dijeron que les sorprendió su crecimiento en los últimos años, y ya que es una de las empresas de alimentos más reconocidas de México, desean que les hable a los pequeños empresarios sobre cómo consiguió su éxito.Mi corazón da un vuelco y mi estómago se revuelve de solo pensarlo. Esto es un gran logro para mí. —Excelente, diles que estaré ahí s
CAPÍTULIO 33: VOLVERLA A VERMaxwellNo tenía ganas de venir a esta aburrida conferencia, pero mi abuelo insistió. Me costó trabajo desperezarme después de la nochecita que tuve. Y fue muy incómodo encontrarme con Clara en la mañana teniendo que pretender que nada había pasado. Sin embargo, no esperaba que a la media hora de estar en el lobby esperando que dieran el pase para el auditorio de la primera conferencia, la viese a ella. Al principio no la reconocí, pero me llamaron la atención sus esbeltas piernas, ese trasero firme y redondo y una cinturita de avispa que contrastaba con unos pechos perfectos. Estaba metida en un traje ceñido, pero recatado y se veía tan profesional que me quedé embelesado con semejante belleza. Mas, en el momento en que volteó hacia mi dirección y reconocí ese rostro de ángel, supe que había vuelto. Era Hannah, y las dudas se me disiparon cuando leí su nombre en el carnet que colgaba de su cuello. ¿Qué estaba haciendo aquí? No lo sé, lo que sí sabía er
CAPÍTULO 34: HURACÁN DE SENTIMIENTOSUnas horas antes…Regreso al hotel sintiéndome mucho más relajada. Dar esa conferencia no fue tan aterrador como me lo imaginé. Cuando llego a la habitación, encuentro a Kendra comiendo golosinas con mi hija mientras ven una película de princesas.—¡Mami! ¡Volviste! La tía Kendra me llevó a la piscina, y luego comimos estas gomitas de dulce y estamos viendo Frozen —me dice animada.Kendra me mira con una sonrisa cómplice y se encoge de hombros.—No pude resistirme a esos ojitos de huevo cocido, mírala, es adorable.—Lo sé, pero no debiste darle dulces, ahora me costará demasiado que tome la siesta de la media tarde.—Perdón, pero yo soy su tía favorita —bromea soltando una carcajada.—Mil gracias por cuidarla —le digo entretanto le acompaño a la puerta.—Lamento haber dicho que se parece a él, pero es que es como su copia. ¿Lo viste en la conferencia?—No, por suerte no lo vi. Creo que me libré de tener un encuentro incómodo.—Bien, entonces me iré