*Tres Años Después*

"¿Otro día más a su lado?"

Se Pregunta Sophia al despertar al lado del hombre que ha sido su esposo durante tres años, ella lo mira fijamente mientras poco a poco sus ojos cafés se llenan de lágrimas, la vida al lado de Gerónimo había sido una pesadilla.

Desde ese día que Gerónimo Lascuráin pago por ella como se paga por una joya en una subasta, Sophia solo conocía el sufrimiento.

De repente, un movimiento de él la hace secar sus lágrimas rápidamente y taparse otra vez con las costosas sábanas de seda.

El sonido del celular lo hace despertar, Gerónimo Lascuráin abre sus ojos verdes penetrantes y extiende su mano para alcanzar su celular que estaba en la mesa de noche, pero antes de contestar la llamada, se asegura que su esposa este a su lado, eso es lo más importante para él.

Después de asegurarse que ella sigue bajo su dominio, contesta la llamada.

_Estare allí en 20 minutos, no quiero errores_ Dice con un tono de voz fuerte.

" No quiero errores" Esa era la frase favorita del multimillonario, un hombre que dominaba todo, un hombre tan poderoso que todos le temían, incluyendo su propia esposa.

Se levanta y cubre su fornido cuerpo con la sábana, luego entra al baño para darse una ducha, Sophia aprovecha y se levanta también, toma un paño húmedo y se lo pasa por su rostro para limpiar los rastros de las lágrimas que salen de sus ojos cada mañana.

Cuando Gerónimo sale del baño, se le acerca y rodeando su pequeña cintura con sus fuertes brazos le dice al oído.

_ Quítate todo, tengo muchas ganas de ti.

Ella solo cierra sus ojos y exhala lentamente, era así todas las mañanas, parecía que no se cansara, era insaciable.

Después de hacerla suya como siempre, se viste y se va sin despedirse.

Sophia baja a al comedor y pide un café, la empleada pone el café en la mesa y luego la mira con compasión, ella estaba enterada de la verdadera vida que tenía Sophia al lado de Gerónimo, había sido su confidente durante esos tres largos años.

_Señora, tómese su café, lo hice como a usted le gusta.

_Gracias Anny_ Le responde Sophia sin prisa.

_Ya llegó el vestido de esta noche señora.

_!Ay no! Daría cualquier cosa por evitar ir a esas fiestas_ Dice Sophia con fastidio.

_¿Y tiene acaso otra opción?_ Le Pregunta Anny.

_No, ninguna apcion, en mi vida no existen opciones.

Sophia se toma el café y luego sube a la habitación, otro día más haciendo lo mismo.

Mientras tanto, Gerónimo llegaba imponente y arrogante a su oficina como siempre, su secretaria al verlo corre inmediatamente a recibirlo.

_Señor, el señor André lo está esperando en su oficina.

Él sin contestarle nada entra a su elegante y gigantes oficina y al ver a su amigo, le da un abrazo.

_¿Geronimo como estás? estaba ansioso por verte, quiero saber cómo va ese asunto del matrimonio_ Le dice André con curiosidad_ Él había sido amigo de Gerónimo desde niños.

_Nada, mi matrimonio es como una esfera de nieve, helada y sin vida.

_¿Entonces porque sigues casado?_ Le Pregunta André.

_Porque la compré y es mía_ Le contesta Gerónimo con prepotencia.

André solo sonríe.

Al llegar la noche, Sophia está lista para ir otra vacía fiesta donde siempre los presentes la miran como si ella fuera la mujer más afortunada del mundo, solo por estar casada con el hombre más poderoso del país.

Gerónimo llega de prisa y se cambia rápido para irse, unos minutos después llegan a la reunión fingiendo ser una feliz pareja.

En la mesa, Gerónimo une su silla tanto a la de ella que la convierte en una sola, siempre es lo mismo, él le complace estar encima de ella, intimidándola como un pequeño ratoncito custodiado por un feroz gato.

Mientras comen, uno de los invitados le pregunta a Sophia.

_¿Cuando piensan tener hijos?.

Ella siente inmediatamente el apretón de Gerónimo debajo de la mesa, él la mira como ordenando lo que va a decir.

Ella lo mira por unos segundos y luego contesta:

_Pronto.

Al volver a la casa, Sophia sube inmediatamente a la habitación y empieza a quitarse el elegante y costoso vestido y Las joyas carísimas que tenía puestas, hacer eso era liberarse un poco en cierta manera.

Gerónimo sube minutos después y mirándola serio le pregunta:

_¿Porque dudaste en contestar?.

_¿Contestar que?_ Le responde ella.

_La Pregunta qué te hicieron en la mesa.

_!Ah...! Esa pregunta, no es fácil responder una pregunta de esas cuando sabes perfectamente que tu matrimonio es una farsa.

_Farsa o no tienes que darme un hijo, no entiendo Por qué durante tres años no has podido embarazarte, ya estoy cansado de tantos tratamientos inútiles, mañana mismo veremos a otro médico porque el que tenemos es un incompetente.

_Él dijo que teníamos que esperar_ Le contesta ella sin mirarlo.

_!No voy a esperar! Mañana mismo iremos a ver a otro médico, no me importa si tenemos que ir al final del mundo, pero tú te vas a embarazar.

Sophia cierra los ojos y respira profundo, ella ya no soportaba más las exigencias y los gritos de Gerónimo, así que se levanta de la silla del tocador y le pregunta con furia.

_¡¿Porque quieres tener hijos si sabes perfectamente que lo único que siento por ti es odio?! ¡¿Porque traer un niño a un matrimonio que no es más que una farsa, una mentira?!.

_¡Porque así lo quiero yo!_ Le responde Gerónimo a gritos.

_¡¿Eso es lo único que te importa verdad?! Solo satisfacer tus deseos, no voy a traer un hijo a un matrimonio donde no existe el amor.

Gerónimo abre los ojos y acercándose a ella le pregunta:

_¿Qué me estás queriendo decir? ¡¿Acaso tú eres la que está evitando embarazarse?!.

Sophia se queda callada, se dio cuenta que había cometido una imprudencia, él no podía descubrir que todos esos años ella había estado utilizando métodos anticonceptivos para no embarazarse.

Gerónimo la toma por los brazos y la sacude con fuerza mientras le vuelve a preguntar a gritos:

_¡¿Estas haciendo algo para no tener un hijo mío?!.

_¡No quise decir eso! ¡Suéltame!_ Le grita ella_ Mientras lucha por soltarse de las fuertes manos de Gerónimo.

_Mira Sophia, es mejor que no hayas hecho lo que estoy pensando, porque me voy a olvidar que eres mi esposa y me vas a conocer la peor cara de mi.

Gerónimo la suelta y empieza a buscar por todos los cajones de la habitación pastillas o inyecciones anticonceptivas que Sophia pudiera estar usando.

Él deja toda la habitación destrozada, toda la ropa y las joyas que tenía en el clóset las tira al piso.

Sophia solo observaba asustada, ella sabía que Gerónimo era capaz de lo peor, así que no le decía nada.