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Capitulo 5: ¿Dónde Está Sophia?

Con la invitación en la mano Gerónimo llega a la casa, la tira sobre la mesa de centro de la sala donde Sophia leía un libro y le dice:

_Mañana nos vamos a Portofino, iremos a la fiesta de un amigo.

_No tengo ganas de ir a más fiestas_ Le contesta ella de manera determinada_ Mientras sigue leyendo.

_Sophia llevas casada conmigo tres años ¿Y aún no sabes que aquí el que decide que hacer soy yo?_ Le responde él con fuerza.

Ella deja de leer y mirándolo con rabia le contesta:

_Si, eso lo tengo muy claro.

_Entonces no se diga más_ Le contesta él y luego se va.

A la mañana siguiente, siendo casi las 7:00 Am, Sophia y Gerónimo se suben al avión que los llevará a Portofino, al llegar, son recibidos por Diego Vitali, amigo de Gerónimo desde niño.

_¡Gerónimo! Qué bien que viniste, pensé que no lo harías.

_¿Quién puede decirte que no?_ Le contesta Gerónimo con una sonrisa.

Sophia solo lo miraba, ella no podía creer lo fácil que era para él fingir delante de los demás que era un hombre alegre y amable.

Gerónimo mira a Sophia y le pregunta a su amigo.

_¿Si recuerdas a mi esposa?.

_!Por supuesto! La ví solo en la boda, pero una mujer así de bella nunca se olvida_ Le contesta Diego con entusiasmo_ Mientras le da un beso a Sophia en la mejilla.

Unos minutos después, llegan a la mansión de Diego, era muy grande y elegante, llena de lujos por todos lados, allí estaban también los otros invitados, amigos de Gerónimo también. Entre ellos una rubia artificial que apenas vio a Gerónimo se le lanzó sin ningún pudor

_¡Geronimo! Tanto tiempo sin verte bombón_ Le dice ella muy coqueta_ Mientras lo abraza y le da un beso casi en los labios.

Él retrocede enseguida y le dice:

_Bueno, es que ahora soy un hombre casado, ella es Sophia, mi esposa_ Agrega él_ Señalando a Sophia.

La mujer solo la saluda con un gesto y sigue coqueteandole.

Sophia se sentía ahogarse, parecía un pequeño pez fuera del mar, todo aquello la hacía sentir hastiada, la hipocresía de Gerónimo, los insoportables amigos, todo.

La noche llegó y todos subieron al elegante yate, había de todo allí, jacuzzi, bar, juegos, empleados, todo.

El yate poco a poco dejo el muelle y se entro en el mar, mientras los invitados reían y brindaban, ella solo deseaba que todo se terminara, el cielo estaba despejado, así que ella decidió alejarse un poco para ver las estrellas, Geronimo estaba distraído con la falsa rubia, así que no le fue tan difícil alejarse de él por primera vez.

Sophia se sentó en lo alto del yate con una copa de vino en las manos mientras observaba las estrellas, pero el momento a solas no le iba a durar mucho, apenas Gerónimo se dio cuenta de que su esposa no estaba cerca de él, comenzó a buscarla por todo el yate.

Cuando la ve sentada en la punta de éste, se le acerca y enojado le pregunta:

_¿Qué haces aquí? ¿Porque te alejas de mi?.

Ella lo mira con fastidio y le responde:

_Como te ví tan entretenido, aproveché para estar sola, además estamos todos en el mismo yate, ni modo que me voy a lanzar al mar ¿Verdad?.

_No me hables así_ Le responde él molesto.

_Vete con tu amiga y dejame sola.

_¿Acaso estás celosa?_ Le Pregunta él con una sonrisa de burla.

_¿Qué? Eso jamás ¿Geronimo tu no te das cuenta que te odio? Qué lo único que siento por ti es desprecio, me harías un gran favor si me dejaras por otra.

Geronimo al escuchar esas palabras de Sophia se enoja muchísimo, lo que hace empezar entre ellos una ferviente discusión.

Mientras discutían, el tranquilo clima cambio totalmente, de repente unas nubes de tormenta se formaron, el mar comenzó a agitarse con fuerza y una fuerte lluvia empezó a caer.

Todos los invitados estaban asustados, el yate se movía de un lugar a otro.

Pero Geronimo y Sophia no se percatan de esto por estar en su propio mundo, ella estaba sacando todo lo que sentía, y a gritos le dice a Gerónimo:

_¡Prefiero estar muerta que seguir contigo!.

En ese momento, el yate dio un giro tan brusco que Sophia se sale de el y cae al agua.

Gerónimo al ver caer a su esposa, grita desesperado.

_!Sophia!.

Sin dudarlo el también se tira al agua, los invitados al darse cuenta de lo que había sucedido miraban aterrados, Gerónimo comenzó a buscar a Sophia entre las fuertes olas, pero ella había desaparecido.

¿Acaso el mar le había cumplido el deseo a Sophia de estar muerta?

Geronimo es sacado del mar destrozado, desesperado, el hombre fuerte había desaparecido al menos en ese momento.

_¡Tranquilo! La vamos a encontrar_ Le decía Diego.

Pero él solo quería volver a lanzarse para seguirla buscando, a partir de ese momento, la vida de Gerónimo se convirtió en una búsqueda sin cesar, él, contrató buzos, helicópteros y barcos que buscaran a Sophia día y noche, pero nada.

Nataly e Ignacio al enterarse de lo ocurrido se sintieron destrozados.

_!Mi pobre hija se ahogó! Ella no sabía nadar_ Dice con llanto Nataly_ Mientras Ignacio la abrazaba.

Los días pasaron y Sophia seguía desaparecida, Gerónimo pensó que tal vez Nataly tenía razón, que se había ahogado.

Un día mientras tomaba una copa en el estudio, André su amigo, quién lo estaba ayudando en la búsqueda, entra al estudio y le dice:

_Creo que ella se ahogó Geronimo, las olas eran muy fuertes y como no sabía nadar seguramente terminó ahogándose.

En ese momento, Geronimo recordó algo muy importante, antes de proponerle el trato a Nataly, él los había mandado investigar a todos, estaba seguro que allí decía de un curso de natación que Sophia había hecho.

Ante la mirada desconcertada de su amigo, Gerónimo busca el reporte del investigador, al leerlo, le dice a André con seguridad.

_Sophia no está muerta, ella está viva, sabía nadar, ella sabía nadar.

Dos Meses Después

_España_

_Señora Sophia, ya tengo nuestro primer pedido_ Dice Any la empleada de confianza de Sophia, entrando emocionada a una pequeña casa ubicada en un bello pueblo costero de España.

Sophia se voltea y le dice:

_!Que bueno! Pero no me digas Sophia, sabes que aquí me llamo Anna, nadie puede saber mi nombre real.

Sophia estaba viva, ella no había muerto como les hizo creer a todos, Gerónimo tenía razón, pero la pregunta ahora era.

¿Por cuánto tiempo iba a lograr estar escondida?

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