Blair había llorado hasta que sus ojos se sintieron cansados, a cada segundo la hermosa mujer estuvo allí para ella, está la consolaba y le daba leves golpes en su espalda, mientras que ella se negaba a separarse de su madre.

La mujer, su madre, le sonríe con delicadeza al separarse de ella, la observo justamente como lo hacía cuando ella era solo una niña, le sonrió con la delicadeza y el cariño que lo hacía justamente antes de irse aquel día.

Sin duda esa era su madre, su hermosa y preciosa madre, aquella que siempre tenía una sonrisa tan llena de amor para ella, aquella que le habían arrebatado cuando era solo una niña.

--Blair, mi pequeña, has crecido tanto y eres tan hermosa…

La mujer habló como nunca lo había hecho, por lo menos no con la delicadeza y finura que había hecho en años, fue tanta la sorpresa que incluso aquel hombre, el médico de cabecera de esta, dio un pequeño gemido de sorpresa.

Todos allí estaban sorprendidos, incluso Blair, quien creía que esta no la reconocerí