Harry estaba tan pálido como un papel al estar en el camino, mientras que los niños habían vuelto a estar como el mismo los había visto hacía un momento, justo antes de encontrarse con Isaac Campbell.

La verdad era que Harry había quedado completamente sorprendido, lleno de lo que parecía ser una completa lucha de poder, una digna como la que solían tener su jefe y su padre, no había duda que aquellos pequeños eran hijos de su jefe.

Lo curioso es que estos solo habían mostrado aquella habilidad para los insultos y las palabras que incluso él no sabría cómo utilizar sin una gota de inseguridad, además del hecho de que estos ahora se veían apacibles.

Un par de angelitos, que no romperían un plato, niños buenos que tenían sus manos sujetadas con fuerza mientras parecían hablar entre ellos en silencio, solo con miradas, algo en ellos tenía muy nervioso al secretario.

Más cuando estos dejaron de observarse el uno al otro con una pequeña sonrisa y pasaron a tener aquellos ojos plateados ha