—¿Puedo pasar?— preguntó Aimara después de tocar la puerta y asomar la cabeza en la biblioteca. —Claro que si, cariño — le respondió la mayor de las hermanas, después de cerrar el libro que leía. Aimara entró y se sentó junto a ella. —¿Lograste descansar?, ¿pudiste dormir? —Al principio me costó un poco, pero luego lo logré sin problemas... ¿Y tú? —Dormí perfectamente— le dijo con una sonrisa. —Me alegra que las cosas con papá estén mejor. —Si, a mí también me alegra mucho. Realmente he notado lo mucho que se esfuerza, creo que al fin recuperamos a nuestro padre. —Así parece— le dijo sonriendo y luego emitió un largo suspiro— Maia... —¿Si?— la miró con atención. —Lo que me sucede... tiene que ver con él corazón. —¿Estás enamorada?— le preguntó con una sonrisa dulce mientras acariciaba su cabello y ella asintió — eso es muy dulce, no es algo por lo cual debas estar preocupada, seguramente él también te quiere, ¿quien podría no quererte? —Si, me quiere—sonrió tr
Las personas al rededor comenzaron a correr al ver cómo los hombres que acababan de llegar les rodeaban... los guardaespaldas sacaron sus armas y apuntaron a todas direcciones intentando que los hombres no se acercaran. —¡Un paso más y le volaremos la cabeza!— advirtió Rocco, con la intención de intimidar a sus adversarios. —Maia...— gimió Amaia débilmente, no podía evitar el terror en ella y el temblor que se estaba apoderando de su cuerpo. —Todo estará bien— susurró Amaia, atrayendo a su hermana hacia ella, queriendo tener la seguridad de que sus palabras eran ciertas. Los hombres se acercaron, armados y peligrosos parecían determinados, con un objetivo claro, el primer sonido de disparos resonó, los transeúntes gritaron cuando el infierno se desató y cada uno corrió con la intención de protegerse de los disparos que resonaban en el aire, los guardaespaldas disparaban pero aquellos hombres no eran ningunos inexpertos. Amaia vio a varios hombres correr hacia ellas y reacci
Nikolay terminó su reunión con Izan y salió del lugar, seguido de Igor, Vladimir y dos más de sus hombres, aprovecho de pasar por el club y verificar que todo estuviese marchando bien, después de un par de llamadas aseguró el envío de un nuevo cargamento que iba directamente al continente europeo. —¿Todo listo?— preguntó un serio Igor después de pasarle su vaso con vodka. —Todo listo— asintió Nikolay tomando el vaso— otro buen negocio Igor. Salud por eso. —Salud, señor— inclinó levemente la cabeza. —Se brinda con licor, Igor toma un poco para ti y sirve un poco a Vladimir— el hombre que hasta ese momento parecía un estatua, de pie y en completo silencio, se giró hacia su jefe y asintió. —Gracias, señor. El trío de hombres brindó, Nikolay respiró disfrutando de la sensación de tranquilidad, una tranquilidad que estaba por perder... su celular timbró y colocó el vaso en la mesa para tomar la llamada. —¿Si? —Nikolay, soy Aimara — todo su cuerpo entró en tensión al esc
El corazón de Amaia pareció quebrarse al escuchar aquellas palabras, un fuerte gemido escapó de su boca mientras todo su cuerpo comenzaba a temblar. Sintió como la mano de su hermana le presionó el hombro trasmitiéndole fuerza, la mano de Nikolay también la presionó con firmeza, sus ojos se inundaron de lágrimas que comenzaron a correr libremente por sus mejillas. —¡¿Embarazada?!— preguntó con un gemido. —Lo lamento, pensé que estaba al tanto, señora. Estaba embarazada usted quizás de unas siete u ocho semanas. —¡Por Dios!— gimió con dolor. —Lamentablemente no hubo nada que hacer, el golpe que recibió fue letal para la criatura, a eso se debió el sangrado. Sin embargo está usted físicamente bien, le estamos pasando tratamiento intravenoso, le realizamos una ecografía y fue un aborto completo... Por ahora permanecerá aquí hasta mañana, luego podrá volver a casa, mi recomendación es esperar un poco si quiere volver a embarazarse. —Gracias doctor...— el hombre asintió.
Después de llorar largo rato, y de que Nikolay le brindará el consuelo de sus brazos, Amaia quedó en un letargo en donde su corazón solo sufría, era un dolor lento, desgarrador... De pronto recordó a Aimara y su angustia. —¿Nikolay? —¿Si, cariño?— le respondió alejándose un poco para mirarla a la cara— ¿Qué ocurre? —¿Cómo están nuestros hombres?... Katerina... —Segun me informaron antes de entrar se encontraban en cirugía, ya deben hacer salido. —Katerina es muy valiente, es una mujer muy fuerte. —Lo es— asintió con una sonrisa — de las mujeres más fuertes que he conocido. —¿Y Rocco?, ¿supiste algo de él? —Igual, en cirugía... Rocco es muy fuerte, yo no me preocuparía mucho— le regaló una dulce sonrisa. —Queria hablarte de algo, relacionado con él — Nikolay entrecerró en ceño. —¿Hizo algo?— preguntó extrañado, pues sabía cuan bueno y fiel era Rocco. —No... de hecho estoy eternamente agradecida con él. Le dispararon a mi hermana, y el alcanzó a protegerla
Con la llegada del nuevo día Amaia abrazó aún más la sensación de vacío y abandono, quizá sería algo incomprendible para muchas personas el hecho de que ella no hubiese sabido que llevan en su vientre aquella criatura y sin embargo estuviese padeciendo los estragos emocionales de perderle, quizás se debía al hecho de que sabía cuánto había anhelado Nikolay un hijo y también al hecho de que ella misma se había hecho ilusiones desde que decidieron comenzar a planificar aquella criatura, ahora saber que había tenido el fruto de aquella búsqueda en su vientre y por culpa de aquellos hombres la había perdido, no hacía más que encender un fuego en su pecho, el hambre de venganza se acumulaba en ella ansiaba desesperadamente que los responsables de aquellos actos pagaran y se aseguraría de que pagaran. Era media mañana cuándo Nikolay levantó el teléfono y marcó a uno de esos hombres. —Buenos días, jefe— le dijo el hombre. —Jako, buenos días... aunque para ser sincero no tiene muchos motiv
—Antes de que inicie y diga lo que planea, jefe quiero disculparme— Aimara lo miró con ojos enormes. ¿Se estaba disculpando por enamorarse?— quiero que sepa que mi lealtad a usted y a la familia roja no está comprometida, a usted debo quien soy y lo que soy. A usted, señora — la miró seriamente — también le debo una disculpas porque me encomendaron cuidar de la señorita Aimara, pero como resulta evidente para ustedes, estoy enamorado de ella. —Y yo estoy enamorada de él, le corresponde ampliamente — dijo Aimara decidida y Nikolay contuvo una sonrisa, ella parecía dispuesta a lanzarse sobre él solo para defender a Rocco. —Se que puede estar enojado jefe, Pero le aseguro que no tengo malas intenciones, jamás pensaría en hacer daño a algún miembro de su familia, eso sería como dañarle a usted y yo sería incapaz de algo como eso. —Si dices que me eres tan leal, ¿por qué esperaste tanto tiempo para hablarme de lo que estaba sucediendo? —Porque intenté a toda costo rehusar lo que
Izan observo cómo la pantalla de su celular se alumbró mientras vibraba anunciando que tenía una llamada entrante, no se sorprendió cuando vio que la llamada era del león ruso, el hombre quién además era su amigo estaba atravesando por momentos difíciles y era natural que en una situación como aquella decidiera buscar al que consideraba ser su único amigo. —¿Quién es?— preguntó Grace quién colocaba a su pequeña hija sobre la cama, la niña se había quedado dormida completamente ajena al mundo oscuro que la rodeaba, pues aquella sería una noche teñida por sangre. —Se trata de Nikolay— dijo tranquilamente mientras observaba a su hija dormir, no pudo evitar sentir pena por su amigo. Su pequeño Dylan había estado secuestrado por algún tiempo y ahora también tenían a la pequeña Helena, pensar en que su hija pudiera no haber nacido, solamente porque algún infeliz lo hubiese impedido le ocasionaba un terrible calor en su pecho. —¿Será para darnos noticias sobre Amaia?— preguntó Grace