La mitad
de un alma
enamorada.
Sentada sobre una roca miraba hacia la playa, donde las gaviotas jugueteaban junto a la orilla, parecían realmente felices de hacerlo, parecían realmente felices de poder caminar sobre sus patas.
:Al otro ladodel océano. El rey de las sombras surcaba los mares, a toda vela, mientras perseguía a su enemigo, al mismo tiempo que los marineros aclamaban con gritos de guerra para que su capitán diese las ordenes, de un lado a otro, tratándolos con poca amistad.Sucias ratas de cloaca, tirad más fuerte, o no lograremos alcanzarle – espetaba de aquí a allá, mientras sonreía con malicia hacia su segunda de abordo, Elena.La joven tenía el cabello rojo, nariz respingona, ojos azules, camisa blanca bien acicalada, y vestía como un pirata, parecía realmente ruda, pero los que la conocían íntimamente sabían que no era tal.
:Hurgando en sus recuerdos. Amethist arrastraba hacia el abismo a aquella hermosa niña de cabellos dorados como la miel, nadando lo más rápidos que le permitían sus aletas, pues no quería que la joven perdiese el conocimiento, no quería que aquella hermosa doncella muriese por haber confiado en una sirena.Agarró el rostro de la pequeña entre sus manos y acercó su rostro al de ella para mirarla más de cerca. Era demasiado hermosa para morir, aunque sabía que, si lo hacía a manos de una sirena, la diosa se apiadaría de su alma y la salvaría, como había hecho con muchas de sus hermanas antes que ella.&nbs
: Burla Andrea daba vueltas sobre sí misma, mientras miraba radiante hacia el cielo, se sentía realmente feliz de haber vuelto a ver a su madre. Ahora sabía que la tendría siempre cuidando de ella, aunque no podía quedarse junto a ella en la tierra de los humanos, venía a verla todas las semanas y se llevaba horas con ella hablando o nadando por los alrededores.Un sonido la hizo salir de sus pensamientos, de nuevo el impertinente de Ebrain volvía a encontrarla.Miró hacia él, dejando de dar vueltas, admirando como el muchacho la miraba con sumo interés.Parecía nervioso como si estuviese intentando elegir las palabras para hablar,
CAPÍTULO 13:La desaparicióndeSiren. Nadaba cerca del fondo, admirando como algunos pececitos se arremolinaban sobre algo brillante que venía de debajo de la tierra mojada.Se acercó a aquel punto con curiosidad, mientras hundía la mano en la tierra y sacaba una pequeña caracola atorada en un colgante.Era hermosa, realmente hermosa, así que la agarró y la anudó alrededor de su cuello, mientras sentía como algo vibraba en su interior.Cerró los ojos, admirando como un recuerdo que no era suyo aparecía en su mente…Una bella sirena de cabellos dorados salía a la superficie, mientras agarraba en una mano un se
CAPÍTULO 15:La caracola. La diosa está enfadada con una de sus hijas, todas las criaturas del mar pueden sentirlo, todas, excepto ella, pues algo ha cambiado, ella ya no es una de sus hijas, su alma está siendo dividida a causa de uno de esos infieles a los que llaman humanos.Siren nada con fuerza, intentando dejar atrás la tormenta que la diosa ha lanzado sobre ella, pero es en vano, el mar está demasiado revuelto, así que siente como este lo arrastra de un lado a otro, sin poder hacer nada para defenderse.Podía sentirlo, apenas podía respirar, y pronto moriría, ya no había nada que pudiese salvarla.***Caminaba sobre la arena, en la playa, disgust
CAPÍTULO 17:En elvalleprohibido. Emily nadaba tranquilamente hacia el valle prohibido, mientras sentía como aquella caracola que descansaba sobre su pecho la guiaba, era una extraña sensación que no podía explicar.Salió a la superficie, admirando la hermosa figura de mujer que descansaba sobre el valle, mientras mantenía su mirada fija en el cielo, como si esperase que alguien bajase y la liberase de su perpetua cárcel de piedra.La joven sirena se acercó despacio hacia el codo que la figura tenía hundido en el mar. Levantó la mano dubitativa, para luego posarla sobre la roca y sentir una leve sacudida, sin poder evitar quedar envuelta en un sueño, mientras
CAPÍTULO 18: Amor juvenil. Andrea, sobre la rama de uno de los altos árboles del bosque, jugaba alegremente junto a sus amigas las hadas, de nuevo le contaban historias sobre su padre, William Drake.Dicen que acabó con siete hombres en un momento – comentaba Anjana, admirando como Andrea miraba hacia abajo, distraída, pues no le apetecía volver a escuchar nada más sobre aquel traidor que se había marchado, dejándola atrás. Descubriendo entonces, bajo ellas, a Ebrain, que parecía estar buscándola. Miró hacia su reloj, divertida, percatándose de que eran las doce, justo la hora a la que había quedado con él en
CAPÍTULO 20:Encuentroimpredecible. Emily caminaba por el muelle, de camino hacia el mar, pues en tan sólo una hora el sol se marcharía y dejaría de alumbrarla. Ya no le quedaba nada por hacer allí, ya había dado el mensaje por el que fue enviada.William Drake caminaba por el muelle con dificultad, ya que había bebido bastante ron del caro, es más aún lo bebía, pues mantenía en alto una botella negra y sonreía divertido hacia delante, intentando ver con claridad lo que tenía delante, que parecía ser una bella muchacha, pero tenía demasiado alcohol en el cuerpo como para reconocerla.Ya no le quedaba nada por lo que seguir luchando en aquel