Capítulo 38
Abdalá

La posada era un lugar grande y ruidoso, lleno de hombres bebiendo sus cervezas y hablando en voz alta, muchas mujeres entraban y salían con sus ropas finas y cortas, me detuve unos segundos mirando a una en particular, era de baja estatura y con mucha ojos verdes claros, se sentó en una mesa y me miró.

- Ven por aquí, puedes sentarte aquí en esta mesa, le avisaré a mi madre que tendremos más invitados, y traeré vino. - Dijo Jade y nos señaló una mesa vacía cerca de la pared.

Le di las gracias, pero su mirada era insistente en Leon, a quien como un tonto no parecía importarle en absoluto.

Cuando nos sentamos miré a Leon.

- ¿Cuál es el bastardo? preguntó irritado.

Suspiré.

- ¿No ves cómo la mujer te está coqueteando?

Me miró y me guiñó un ojo.

- No necesito verlo, podía olerlo en ella, ella quería sexo. Pero no me di cuenta de que era a mí a quien ella quería.

Eso ni siquiera me sorprendió, Leon era demasiado serio, o mejor dicho, demasiado apasionado.

- Puedes estar a
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