capitulo 117

John sabía que su demostración de devoción había conmocionado a los lobos, sabía que muchos de ellos no aprobaban que el Alfa Supremo se arrodillara ante una mujer, pero eso no importaba en absoluto, lo único que le importaba era la mujer que tenía delante. sus ojos grises, llorosos, su corazón saltando con cada toque...

La besó como si no hubiera nadie alrededor, y para él realmente no lo había.

Por la sencilla razón de que ella era su mundo, el sol sobre su cabeza que lo calentaba, la luna llena que despertaba al feroz lobo blanco que vivía dentro de él, la tierra firme que lo sostenía y el aire que respiraba.

Helen era todo eso. El Comandante era el Alfa Supremo, tenía sus responsabilidades y deberes, pero su corazón siempre estaría en ella.

Ambos escucharon el comienzo de una canción lenta y melodiosa, John separó sus labios de los de ella lo suficiente como para susurrar:

— ¿Me concederás este baile?

Helena lo miró intensamente y susurró contra sus labios:

“Le conced