Hay quienes pueden dormir por largas horas sin problemas, donde no hay nada que los despierte, así tal cual era Noelia Cabral, cuando decía que quería dormir por un día entero, no la despertaba ni el rugido de su estómago.Aun así, la insistencia de quien tocaba el timbre, interrumpió su preciado sueño levantándose casi arrastras.—Espero que por lo menos me traigas el desayuno amiga mía, solo así te perdono que interrumpas mi sueño —se quejó Noelia, saliendo de su habitación con su diminuta pijama. Casi con los ojos cerrados, imaginando que se trataba de su querida amiga abrió la puerta.—Que me despiertes a esta hora debe valer la pena, ¿qué me preparaste? —dijo sin ver quién era, caminando de vuelta a su habitación a pasos super lentos.—¿Esperabas a alguien más? —La voz de quien habló detuvo los pasos de Noelia, hizo que abriera los ojos y quedará inmóvil por varios segundos.Su mirada bajó al pijama que cargaba, la parte de arriba de tirantes abierta que cubría solo sus pechos, l
El amor y la pasión hacen el mejor equipo, porque no hay nada más rico que dormir en brazos de quien te llena de manera romántica y despertar con todas las ganas de seguir así.Leonel Kigman despertó y observó a la mujer que estaba entre sus brazos, despeinada y con muchas marcas; sonrió al recordar el día anterior, lo pasional que fueron y lo realmente bien que se sintió. Noelia era la chispa que su cuerpo y corazón necesitaban, su entrega sin medida lo volvió loco de amor. Sus expresiones seguían intactas en su cabeza, su disfrute en cada acción de él. Tratar de explicar lo que en este momento sentía era imposible solo sabía que Noelia, sacaba ese lado adolescente de él de joven pasional y hombre maduro que disfrutaba sin medida recorrer todo su cuerpo.Con una sonrisa tonta en sus labios se levantó, ya empezaba a conocerla y dormir plácidamente hasta muy tarde mientras no tenía trabajo, era una de sus cosas favoritas; decidió tomar un baño en primer lugar, sonrió al ver que su ch
El día fue corto para esos grandes amigos, aunque sus días eran full de trabajo, sacaban un tiempo para recordar sus momentos más felices como chiquillos.Las anécdotas de cuando el amor entre sus amigos surgió y fueron ellos los responsables de descubrirlos.Aprovecharon también para hablar de sus familias y lo difícil que era para Noelia ocultarle a su madre, que llevaba ya casi un mes en otro país. Sabiendo que nada puede ser oculto entre el cielo y la tierraMientras ellos hablaban, Leonel fue a casa de su madre, donde su hermana ya estaba hablando con su intensa madre.Sus preocupaciones por el matrimonio de Braulio y ella le hacía tener cierta idea a Noelia.No se ha quitado de la cabeza que Noelia podría ser una amenaza para su matrimonio pensando que Braulio tendría los ojos en ella. Y por supuesto que no fuera una de esas mujeres que eran capaz de meterse a un matrimonio solo por dinero.—Mira hablando del rey de roma y el que se asoma —bromeó Cristina al ver entrar a su her
Braulio y Cristina hablan de sus problemas, sus errores y todo lo que pasaban en ese momento, tratando de decidir lo que ellos creían que era mejor para sus vidas. Reconociendo que todos cometen errores y lo importante es reconocer y sanar a tiempo.Sabían que la vida pasaba en un abrir y cerrar de ojos y los mejores momentos compartiendo en familia los podían perder, como ya lo habían hecho antes, por no tener el valor de decir las cosas que no les agradaba; guardando rencor en sus corazones Y disimulando ante el mundo. —Hemos sufrido mucho, no he sido el mejor esposo, respetaré la decisión que tomes —musitó Braulio, sentando frente a ella, acariciando sus manos.Que ella decidiera terminar con el matrimonio no era lo que deseaba escuchar, la amaba con todo su corazón con su vida y en su hombro llevaba la culpa de no ser responsable y hacerle frente a sus decisiones erróneas. —Te sigo amando, sigo queriendo un futuro contigo, pero me duele ser señalada por todos de ser una cornuda
12:00 AmLos deseos de una mujer joven sobrepasaron límites, ideas descontroladas se atravesaban por su cabeza y decidió no quedarse con eso que la consumía por dentro, con la pasión que deseaba sacar con ese hombre que la llenaba de deseo con solo verla a los ojos.El teléfono de Leonel sonaba y sonaba en su pecho, mensajes tras mensajes hasta despertarlo. Al ver que era su chica abrió bien los ojos, acostumbrándose a la luz solo para sorprenderse con lo que veía.Noelia le mandó varios stickers indecentes. Se frotó bien los ojos, se recostó del espaldar de la cama, para asegurarse que no estaba viendo mal, quiso enviar un emoji de confusión, pero lo interrumpió con otros stickers aún más candentes, con cosas que despertaron sus más profundos deseos.Chat Noelia y leoLeo: ¿Dónde estás?Noe: Mejor pregunta donde quisiera estar.Leo: Cielo, ¿dime dónde estás?Noe: Pregúntame donde quiero estar “Emojis de súplica”Leo: ¿Dónde quisieras estar, cielo?Noe: Entre tus brazos o mejor que tú
A las seis de la mañana, las cortinas ya no estaban sobre el gran ventanal, Leonel ya las había separado provocando la entrada al radiante sol de la mañana.Se había despertado, como de costumbre, estando en la máquina trotadora mientras veía dormir plácidamente a su niña, a su hermoso cielo, ese que deseaba ver cada mañana en su cama sin nada de ropa en su cuerpo. Una sonrisa se le dibujó al recordar la ardiente madrugada que habían tenido, solo pensar en eso, su cuerpo reaccionaba. Miro la hora una vez más, estaba consciente de lo estricta que era su hermana con la puntualidad y no sería el causante de que Noelia llegará tarde.Lleno de sudor se acercó y besó su cuello, su espalda hasta llegar a sus hermosas y redondas nalgas. Dejando un pequeño mordisco.—Mmm —Suspiró dándose vuelta, haciendo que sus ojos recibieron la Luz solar, aun con los ojos cerrados.Leonel solo puso su vista en sus redondos senos.—Buenos días mi cielo —le habló Leonel con una sonrisa, viendo su cuerpo des
Con una sonrisa que solo Leonel Kigman podía sacarle, sonrojada al recordar la madrugada, es que mientras más pasaba algo entre ella y Leonel ella seguía deseándolo más. Arrepentirse de algo no estaba en su lista y sin duda, comerse a Leonel Kigman jamás sería un error, mientras pudiera y tuviera la oportunidad seguiría recibiendo las mejores noches de ese hombre.A pasos lentos se acerco a recepción, donde veía una discusión clara de la recepcionista con otra mujer. Quién insistía en ver a Braulio, sin aceptar que la chica le repetía que no estaba.—Buenos días, ¿pasa algo aquí? —interrumpió Noelia la discusión, ganándose unas miradas que la escaneaba de pie a cabeza.—¿Tú quién eres? —interrogó con molestia la mujer.—Disculpe, señorita, ¿a quién busca? —preguntó la recepcionista con amabilidad mirando mal a la otra mujer.—No te preocupes, espero al señor Urrutia y la…—¿Puedo saber para qué? —interrumpió la mujer, Noelia levantó una ceja por la pregunta de la mujer. Quién la veí
El día seguía avanzado, Braulio quedó en su empresa muy contento por todo lo que me estaba pasando, sentía que su vida mejoraba teniendo a su esposa a tu lado. Mientras que Cristina decidió ya ir a la suya y resolver un par de cositas, contenta por todo lo que vivió en esta mañana. Recordó la promesa de Braulio, de darle tiempo, solo le dio un beso en la frente, suficiente para ella, sanar sanar su corazón era lo primordial.Ámbar despidió a su padre con una sonrisa, más radiante que otros días, con su teléfono en mano y específicamente en Instagram, de algo le sirvió estar en la reunión y escuchar su nombre completo. Julián Guedel, su amor a primera vista.—Tiene buen humor tu amigo, no pare de reír —confesó Cristina riendo, cada tema hablado fue lleno de chiste.—¡Uy sí!, es más loco que yo, pero es un amor y un excelente amigo —admitió Noelia con orgullo.Ámbar estaba concentrada en su teléfono, viendo las fotos de Julián, estaba casi sonrojada por las fotos en el gym y la playa.