*—Callen:
Sebastián quería comenzar de nuevo, ofreciendo su mano hacia ella y ya que lo pedía con tanta amabilidad, no debía de negarse a ello.
Tomó la mano que este le ofrecía y la estrechó. Sus manos eran grandes y se sorprendió de que no eran suaves. Extraño, ya que el señor Edevane era un trabajador de oficina y la textura de sus manos parecía como si hubiera trabajado en el campo.
—Callen Townsend —se presentó Callen una vez más y Sebastián soltó una carcajada.
—Tienes un nombre masculino —señaló este y Callen frunció el ceño. Así que lo había notado.
—Mi padre pensaba que iba a ser un chico, pero cuando mamá dio a luz, se llevó la sorpresa de que no lo era al no tener un pene —le informó Callen tomándolo en forma
*—Sebastián:Su mirada no se desvió hacia otro lugar que no fuera el hermoso rostro de Callen mientras la dejaba dirigir la propuesta ofrecida.Habían comenzado con mal pie, por lo cual, Sebastián había venido a la tienda para comenzar de nuevo y para pedirle ayuda con respecto a Chloe. No sabía qué había pasado con los padres de Callen, pues ella no los mencionaba y él no iba a investigar sobre ello, pero algo que había notado es que estos no estaban en el cuadro familiar y había sido Callen quien parecía haber criado a sus hermanos, así que, ¿quién mejor que esta para que lo ayudara?Sebastián la miró con firmeza, esperando su respuesta pacientemente.Después del pequeño accidente, Sebastián le había confesado a Callen que deseaba su ayuda con Chloe. La mujer se había quedado mir
*—Sebastián:No le gustaba mencionar su vida privada a nadie que no fuera de su circulo cercano, pero lo había soltado a Callen porque creía que, con esto, la misma entendería un poco su situación. Solo que no esperaba que esta se viera tan sorprendida y curiosa por saber más.Entendía que quisiera saber de más como cualquier otra persona, pero solo podía darle pinceladas sobre su vida privada. Odiaba que la gente tuviera sus narices metidas en la misma sin saber que traer las vivencias de su vida que le marcaron, era muy doloroso para él.—Entiendo —solo comentó Callen y Sebastián le agradeció en silencio, ya que la misma no presionó por saber más. Callen seguía sorprendiéndole de cierta forma. Era tan educada y a veces tan grosera.Sonrió.Otras mujeres habrían querido que Se
*—Sebastián:Esperó por Callen quien parecía pensar detenidamente sobre cual consejo iba a darle para recuperar su relación con su hija. Podía buscar ayuda de otras personas, pero algo le decía que con la ayuda de Callen, quien parecía ser cercana a Chloe, podría salir de este aprieto y volver a estar con su niña como antes.—Habla con ella —comenzó a decir Callen—. Sin discutir, solo hablar —agregó—. Escucha porque desea estudiar dicha carrera —sugirió la chica sonriendo—. Estuviste una vez en sus zapatos, ¿no? —le dijo dándole una mirada y Sebastián sonrió. Si, estuvo allí y sufrió con creces por sus decisiones.Sebastián asintió y Callen volvió a sonreír.—Entonces escúchala —pidió Callen—. Siempre f
*—Callen:—Él te gusta —dijo una voz femenina.Callen, quien había estado llevando un conteo, alzó la cabeza rápidamente hacia el lugar de donde venía la voz. Observó que Anabelle estaba apoyada sobre el umbral de la puerta del almacén de la tienda.—¿Ah?Anabelle sonrió y entró por completo a la estancia. Tomó asiento en una silla que estaba cerca. Rápidamente Callen miró la hora en el reloj en su muñeca, este mostraba una hora más allá del mediodía, lo que significaba que Anabelle estaba en su descanso.—El señor Edevane no ha regresado desde que estuvo aquí la semana pasada y has estado suspirando intensamente —señaló la chica sin dejar de sonreír.¿Callen suspirando por el señor Edevane? Movió la cabeza. No iba a
*—Callen:No entendía para nada el mensaje recibido antes.¿La había cagado? ¿Era algún tipo de broma o qué diablos? Debería llamar para verificar.Estaba a punto de realizar la llamada, cuando la puerta que conectaba la pequeña cocina con la tienda, se abrió. Callen miró hacia allí para ver a Chloe entrar. La chica la divisó y se acercó a ella.—¿Tienes un momento, Callen? —preguntó la misma.Callen arqueó las cejas y asintió.—¿Sucede algo? —le preguntó Callen curiosa. Había notado que el día anterior había estado un poco decaída y el que la misma requiriera hablar con ella, era porque algo había sucedido.—¿Podemos hablar después que termines de comer? —pidió la chica viéndola con
*—Sebastián:La había cagado.Había creído que con el consejo de Callen, un buen restaurante y los ánimos correctos, podría arreglar su relación con su pequeño ángel, pero todo fue en vano.Sebastián apoyó la cabeza en el cabezal del asiento de su vehículo. Estaba en pleno tráfico e iba de camino a la tienda de Callen para hablarle sobre lo sucedido.Todo había comenzado en buen pie. Cuando le hizo la invitación a Chloe de que cenarían juntos el domingo para tener un acercamiento y tiempo de calidad en familia. La misma había aceptado y Sebastián había estado emocionado porque su hija no se había negado.Obligó a Joseph a encontrar el mejor lugar para ello, que tuviera privacidad y un amplio menú para que su hija escogiera lo que deseara comer y se sintiera a gusto. A
*—Sebastián:Así que Callen tenía una cita.Sentía curiosidad por saber más, pero no quería satisfacer la misma sacándole información a Anabelle, pues tenia que tener cuidado con esta chica. Después se le iba la lengua creyendo cosas que no eran.—De acuerdo —dijo Sebastián sin preguntar nada más.Entendía, Callen no estaba disponible esta noche y no sabía porque, pero darse cuenta de ello le hizo sentir una sensación extraña en la boca del estómago. ¿Qué era eso?—¿Te pone eso celoso? —escuchó que Anabelle preguntaba y Sebastián desvió la mirada rápidamente hacia ella.¿Qué había dicho?Vio como la sonrisa de la chica se ensanchaba, parecía estar burlándose de él.¿Estaba di
*—Sebastián:—Padre —susurró como una advertencia ante la pregunta de su progenitor sobre cuando sentaría la cabeza. Sabía que su padre no iba a dejar que se fuera de su casa sin soltarle tan importante pregunta.Le dio una mirada a su padre y movió la cabeza. Era increíble. Después de tanto tiempo venía a casa y era lo primero que preguntaba. ¿No quería saber cómo estaba? ¿Cómo iba su negocio? ¿Alguna otra pregunta que le interesara más que cuando iba a contraer nupcias?—¿Qué tiene eso que ver con lo otro?—¿No lo ves? —le preguntó su padre y soltó una carcajada—. Necesitas una buena mujer para tu hija, una que no vaya detrás de nuestro dinero y que sea del mismo círculo social que nosotros —continuó y lo único que Sebasti&a