*—Callen:La noche era espectacular. Nunca hubiese pensado que Sebastián dejaría que esto pasara, no parecía el tipo romántico, pero saber que puso un granito de arena en todo esto le hacía feliz.La decoración estaba en el punto. Claro, parecía ser que Sebastián y Joseph junto con la madre de Sebastián y Natasha habían tomado sus principales ideas y la habían hecho realidad. Era un sueño que había deseado por mucho tiempo que se hiciera verdad y al fin lo estaba palpando.Sintió los ojos humedecerse al pensar en sus sueños y deseos. ¿Acaso este sería el momento que estaba esperando desde siempre? ¿El sentirse tranquila y segura? Con Sebastián podía lograrlo, solo tenía que abrir la boca y confesar lo que sentía y podía conseguir ser feliz al fin.Sonrió.Sin embargo, había ciertas cositas pendientes a resolver.En primer lugar, la aceptación del padre de Sebastián. Cuando había hablado con la familia de su esposo, presentándose al fin a estos, el patriarca no la había visto con bueno
*—Sebastián:Cuando la saboreó por primera vez se había quedado embobado por Callen y su deseo por ella había crecido tanto que sabía que una noche no sería suficiente para estar saciado por completo de su esposa.Una sonrisa surcó en su rostro al pensar en su esposa, quien estaba tendida en la gran cama de aquella suite en el hotel donde pasarían su noche de bodas. Algo como que le había dicho que Callen iba ser especial, pues desde que la conoció se metió en su cabeza y piel de una manera, que por más que trato no pudo sacársela hasta que llego a este punto, en donde decidió aceptar que la quería a su lado cueste lo que cueste y así lo hizo realidad.Sebastián se relamió los labios mientras pasaba la vista por la piel dorada de su amada. Desde su bella cara, siguiendo por su esbelto cuello a sus hermosos senos con sus rosadas puntas, a su definido abdomen y sus anchas caderas. Sintió su miembro tonarse más duro dentro de sus pantalones mientras fiaba la vista en el triángulo en sus
*—Sebastián:Ante la confesión de Callen, Sebastián apretó a su amada entre sus brazos.Estaba tan feliz de escucharla decir que lo amaba y que quería que las cosas funcionaran para bien entre ellos que le dolía la cara de sonreír tanto.—Que par de idiotas somos, ¿eh? —bromeó Sebastián.—Lo somos, pero es lo que nos hace especial —comentó Callen y Sebastián se sintió tan feliz que no podía consigo mismo.Había esperado por mucho tiempo sentirse de esta manera con alguien, porque con Orlidy nunca fue algo real. Orlidy siempre estuvo detrás de él por su dinero mientras que Callen amaba a esta hombre roto y difícil ante ella aun sin saber el pasado que a veces no lo dejaba dormir. Y como si estuviera leyendo sus pensamientos, Callen decidió cortar ese hilo por el momento.—Se que me dirás que te sucedió en el pasado, pero no hoy —murmuró Callen para dejar caer sus manos y moverse sobre él. Sebastián tragó nervioso cuando la vio colocarse entre sus piernas. Callen alzó la cabeza—. Hoy so
*—Sebastián:Estaba listo, así que, cuando se colocó en su entrada, lentamente sintió como Callen empujaba las caderas haciendo que su miembro se adentrara. Un húmedo calor lo envolvió y las paredes estrechas de Callen se flexionaron mientras se introducía. Esta estaba un poco estrecha y Sebastián temió lastimarla, pero la misma fue la que empujo más, haciendo que su miembro continuara deslizándose dentro de ella.Cuando encajó, ambos jadearon. Callen se sentía como el cielo. Era como si hubiesen sido hechos el uno para el otro. Sebastián la rodeo en sus brazos y Callen alzó la cabeza para mirarlo.Sus ojos estaban brillosos por las lágrimas retenidas y su expresión se veía adolorida. No era su primera vez, pero parecía que no había estado tan preparada como había creído o quizás él estaba muy excitado. Dios, no había querido lastimarla y ahora deseaba salir, pero las piernas de Callen estaban muy aterradas a su cintura.—¿Duele?—Eres grande —murmuró Callen—. Aquella vez no dolió tan
*—Callen:Así que por ahí comenzaba el asunto…Callen bajó la vista a la cesta de croissant de la aquella pequeña mesa donde estaban sentados. Estaban compartiendo el desayuno en la suite donde pasaron su noche de bodas.Había sido una noche movida y su cuerpo estaba quejándose de ello un poco. Le dolía la cadera y ciertas partes del cuerpo. Había dormido bien, si, pero Sebastián la tuvo despierta hasta tarde. Él era definitivamente insaciable y Callen se sorprendía de que pudo seguir su ritmo anoche. Se habían dormido tarde y era por eso que desayunaban tarde.Cuando se despertaron a eso de las diez de la mañana, Callen había estado deseosa por seguir, pero la mirada perdida de Sebastián y su expresión de querer sacarse lo que sea que lo atormentaba del pecho, le dijo que no podían esperar más, que debía de escucharlo ahora. Así que se habían duchado rápidamente y habían pedido servicio de habitación.Ahora estaban allí hablando sobre la madre de Chloe y la antigua pareja de Sebastiá
*—Callen:Haber perdido a su madre la rompió de una manera que nunca creyó que pudo ser rota. En su momento Callen había estado negada a aceptar lo sucedido, culpándose de que debió estar con ella esa noche, pero con el tiempo fue aceptando de que el destino lo quiso de esa manera.Luego de la muerte de su madre la vida fue muy difícil y recordando todo lo vivido, Callen se sorprendía, pues con pasión y esfuerzo había recogido los pedazos de su familia, y aunque no estaban del todo bien, sabía que poco a poco saldrían de ello. Así que, volviendo a la pregunta de Sebastián. Había sucedido algo en su vida que había cambiado el hilo de esta y había hecho que la Callen del pasado cambiara para convertirse en la Callen del ahora, así que, si, había pasado por una situación parecida en relación a los cambios hechos y a no perdonarse a sí misma.—Cuando perdí a mi madre, fue una situación muy difícil para todos —comenzó Callen mientras recordaba ese momento de su vida—. Mi padre se volvió l
*—Callen:El tiempo estaba pasando rápido.La primera semana en casa de Sebastián fue toda una travesía.Acostumbrarse a la inmensidad y a la comodidad fue difícil. Además de las rutinas diarias de Sebastián y Chloe en conjunto con las de ellos fue todo un reto. Por suerte, Callen era de aquellas personas que estaba abierta a los cambios, aunque fueran difíciles.Y definitivamente era un cambio bastante difícil.Callen estaba dando lo mejor de sí para llevar la fiesta en paz con Chloe, pero la chica era una muy difícil. En las mañanas, Callen preparaba su desayuno y esta prefería irse sin comer nada que probar su comida. Sebastián varias veces había intervenido con las actitudes de Chloe, pero luego se había cansado de regañarla y como Callen no había querido peleas durante los desayunos, prefirió dejarlo correr, pero la verdad es que estaba volviéndose tedioso.Sin embargo, se preguntó cuando Sebastián intervendría como era debido. Su amado esposo le había prometido que lo haría, per
*—Sebastián:—Estás actuando como un cobarde en esta situación, Sebastián —espetó Dante golpeando las manos abiertas sobre el escritorio del mencionado.Sebastián quien había terminado de colgar la llamada con su amada esposa, miró a su amigo que había entrado estrepitosamente en su oficina a demandar. ¿Cuándo había llegado y por qué no lo había sentido? Seguramente la llamada de antes a su teléfono fue de la recepción del primer piso para decirle que Dante iba.—¿De qué hablas? —preguntó Sebastián haciéndose el idiota mientras veía a su mejor amigo tomar asiento del otro lado del escritorio en una de sus butacas de caoba.—¿Por qué no se lo dices? —exigió Dante—. Deberías aprovechar este momento para que hablen seriamente sobre lo que está pasando.—¿Volvemos con lo mismo?Dante asintió y Sebastián entornó los ojos. Dante no iba a tirar la toalla hasta que Sebastián fuera sincero con Callen y le hablara sobre lo que estaba sucediendo en realidad, sobre la verdadera razón detrás del a