“Describir el sentimiento de perder un ser querido era indescriptible, lo único que se podía sentir al momento de la noticia era como la mente se desconectaba de la realidad, dejando salir las abundantes lágrimas ante la noticia. Aquellas palabras sobre la muerte de la persona que llegaste a amar se repetían una y otra vez, llegando incluso a desear que todo era una cruel mentira o una broma de mal gusto.Sin embargo, aunque la verdad fuera dolorosa, se tenía que aceptar. Ahora el recuerdo de aquella persona quedaría en la mente de todos llegando a perturbarlos por varios años, quizás por aquella razón Gaganaris y Phoenix no aceptaron la muerte de Atha.Todos sabían que Atha había sido importante para aquella dos Diosas, y por aquella razón algo dentro de ellas murió con la ida de la reina. Ellas sabían que en algún momento Atha tendría que morir, sin embargo, nunca se sintieron preparadas.Cada una de las dos Diosas había tomado un camino diferente de expresar su dolor, Phoenix había
Los recuerdos eran peligrosos, eran como un sube y baja de emociones. Algunos podían llegar a hacerte sentir tanta felicidad que provocaban sacarte varias sonrisas, incluso alguna que otra risa, llenando su corazón de una hermosa calidez, tal como aquel recuerdo. Sin embargo, había otros recuerdos que llegaban a hundirte en la tristeza. Estos eran el tormento de Gaganaris, nunca se perdonaría lo que hizo aquel día y tampoco se perdonaría el no ser más fuerte para proteger Atha de las torturas que Bianca le hacía, muchas veces esta última se lo mostraba a Gaganaris.La mirada de la deidad Azul estaban llenas lágrimas, estas bajaban por su rostro, sin embargo, se podía apreciar como en su mirada se podía destacar el enojo y el sufrimiento, Katherine sentía en su pecho como se apretaba a tal escena, pero necesitaba de Gaganaris y no podía simplemente echarse hacia atrás.— Por favor, Gaganaris… déjame liberarte… — La voz de Katherine se podía escuchar cierta impaciencia, quería que la de
Nuevamente, la sensación de humedad en sus cuerpos se volvió a sentir, pero esta vez el agua era calidad. Cando Katherine abrió sus ojos se quedó sorprendida al darse cuenta de que se encontraba en un lugar diferente, todo a su alrededor estaba rodeado de agua, la cual repetía la misma imagen que se encontraba en el cielo. Las nubes blancas moviéndose lentamente sin ninguna mancha, el cielo se encontraba pintado de varios tonos de rosa, producto del atardecer.Poco a poco todos comenzaron a levantarse, dándose cuenta de que no se hundían en el agua. Esta última se encontraba sólida, tal como si debajo de esta se encontrara un suelo, pero no era así. Katherine con la mirada observo a su familia esperando que todos se encontraran bien, sin embargo, frunció su ceño al notar como Noah estaba herido y Dominik aún seguía en el suelo sin levantar su rostro.― Debo agradecerte lo hiciste… ― Katherine volteo encontrándose a Gaganaris, la cual mantenía una expresión calmada, pero sus ojos aún m
Una ventisca gélida provocó que los cuerpos de varios se encogieran entre ellos buscando un poco de calidez, el cambio tan repentino de ambiente había provocado que todos fruncieran sus ceños. La mayoría de ellos se encontraban aún mojados por lo ocurrido con Gaganaris, por lo que aquel ambiente frío no les favorecía en nada. El cielo se encontraba de un tono apagado, era de un color gris que ni los rayos del sol podían atravesar.Las miradas de todos mostraban curiosidad del nuevo lugar en que se encontraban, Noah al caminar un poco por el alrededor se dio cuenta de que se encontraban en la cima de una montaña, esta era acompañada de otras montañas que se encontraban alrededor formando un círculo. Esto para muchos era simplemente extraño, pero justo en el medio del círculo se encontraba un gran laberinto que conectaba con las montañas.― ¿Deberíamos de bajar de una vez?... ― Pregunta Noah sin voltear para mirar a los demás, Katherine comienza caminar hacia su pareja y observa el mism
Todos observaron como a tan solo tres metros de distancia se encontraba el inicio del laberinto, solo tenían que dar unos pocos pasos y ya entrarían todos. Katherine en media bajada de las escaleras había intentado seguir un camino del laberinto hacia la casa que se encontraba en el medio, sin embargo, no podía descifrar el camino porque creía que el camino cambiaba entre más lo mirabas.La Antig volteo su rostro para mirar a los demás, los cuales también miraban la entrada del laberinto, todos entrarían y estarían en grupo, sin embargo, nadie confianza en tener a Dominik. Al primer paso que Katherine dio esta tuvo que agachar su rostro al sentir una fuerte ventisca gélida, esta había provocado que su ropa junto con su cabello bailara ante el movimiento del aire, y tal como había llegado de la nada se detuvo.― No sé qué encontraremos o nos enfrentemos allá dentro, pero no quiero que ninguno se separe… ― Todos respondieron ante el comentario de Katherine y comenzaron a adentrarse haci
Noah no entendía el sentimiento tan abrumador que poseía en su pecho, era un sentimiento que reconocía a la perfección, pero había vuelto tan intenso que no podía comprender el porqué de eso. Aquel sentimiento era la ansiedad de lo que podía pasar en cualquier, algunos pensarían que estaría pensando en el mismo o en su familia, sin embargo, no era lo era así. El Beta solo tenía aquel sentimiento cuando por su mente pasaba el nombre de Katherine, y aunque sabía que debía de buscar una salida para encontrarla, este se dedicaba a buscarla entre los confusos pasillos del laberinto.Cada pasillo que cruzaba, Noah esperaba con todo su corazón ver la silueta de Katherine aunque fuera por un breve momento, y es que tenerla lejos sin saber cómo se encontraba lo estaba atormenta de gran manera. Por un momento el Beta creyó en que aquella preocupación que sentía y aquel sentimiento eran los que producción aquellos malos pensamientos y escenarios ficticios que llegaban a su mente de manera precip
Sus piernas le dolían, sentía como su respiración se encontraba tan acelerada que ni podía tomar una buena bocanada de aire, Katherine se sentía ahogada, pero no podía parar de correr. Su sudor se mezclaban con las lágrimas que bajaban de sus rojos ojos, su garganta se ardía y cada vez que soltaba alguna palabra se podía escuchar como se había quedado ronca de tanto haber gritado. Su brazo no se encontraba en las mejores condiciones, este aún le seguía doliendo, además de dejar un rastro de sangre cada vez que accidentalmente se golpeaba con las paredes intentando huir. Katherine quería descansar, pero el su instinto de supervivencia le obligaba a seguir corriendo para escapar de aquella criatura que había vuelto de la nada. Ella por un momento pensó en rendirse, aquella idea pasaba tanto en su cabeza que creía que estaba segura, de que era la mejor opción.Katherine había pensado en sus posibilidades de sobrevivir de aquella situación, y cada una de ellas era nula. No tenía armas co
Todos miraron sorprendidos como el laberinto había cambiado, sus inmensas paredes llenas de ilusiones y mentiras ya no se encontraban. Ahora todos podían verse en la distancia mientras que el suelo estaba lleno de flores de cristal, pero eran tan ligeras que la leve brisa del lugar la movía de manera delicada. Todos mantenían un aspecto de miedo, tristeza y cansancio. Ellos habían visto sus peores pesadillas y miedo, y ahora todo había terminado. Algunos incluso pensaban que lo todo eso era otra ilusión más por lo que no se movían de su sitio.Cada uno de ellos miraban a los demás, en el fondo sentían una enorme tranquilidad al darse cuenta de que todos estaban bien. Sin embargo, Noah había sido quien estuvo buscando a Katherine con la mirada, necesitaba verla para saber que todo estaba bien, además de querer sentirla entre sus brazos para sentir aquella calidez que ella transmitía.Sin embargo, justo en el medio de lo que antes era el laberinto se encontraba un charco de sangre, y el