Noah no quería mirar el rostro de Katherine, ella se encontraba sentada en los asientos giratorios de la isla que daba la vista hacia la desordenada sala de estar del Beta. Los ojos cafés oscuros de la mujer no se habían despegado de Noah, quien se encontraba acomodando un poco el lugar ante la visita de Katherine. Por dentro el Beta hubiera querido que ella estuviera allí en otra situación y que su casa se encontrará como siempre la dejaba, ordenada y limpia.
Katherine se levantó sin hacer mucho ruido, dejando sus pertenencias en la isla y comenzó a buscar entre los cajones de la cocina una bolsa de basura, al conseguirla comenzó a ayudar a Noah que se dio cuenta cuando volteó su rostro.
— Señorita, no deb
La noche había iniciado y los padres de Noah se habían retiro hace dos horas, pero aun así las tres personas que se encontraban allí no habían dicho ni una palabra entre ellos. Katherine se encontraba ayudando a lavar unas cosas que faltaron en la cocina, mientras que los dos hombres se encontraban sentados sin saber qué decir. Dominik carraspea un poco llamando la atención del Beta, ambos se miraron sin ninguna expresión en sus rostros, pero sus miradas decían mucho.— Perdón, Noah... — Dominik se sentía un completo idiota solo diciéndole eso, al principio tenía un testamento de palabras de perdón hacia su mejor amigo, pero ahora su mente se había quedado en blanco a solo tenerlo al frente. — Lo que pasó hace una semana fue mi culpa, no estaba pensando muy bien las cosas y al escuchar aquello de los consejeros no supe cómo reaccionar y sola
La razón del porqué Noah se estaba quedando era simple, lo estaba haciendo por ella y porque las palabras que le había dicho eran ciertas. Si él se llegaba a ir, entonces los rumores serian ciertos y el Beta no quería hacerle eso a Katherine, pero aun así no negaba el hecho de que quería estar con ella. Se odiaba por eso, se odiaba tanto que golpeaba el saco de boxeo para intentar olvidarla, pero no podía.El Beta no sabía en qué momento se había convertido en un masoquista… Una sonrisa sin ganas se apodero de su rostro al verla en su mente y el cómo recuerda la calidez de su cuerpo ante el suyo, no podía sacar de su mente cuando la había detenido en abrir la puerta. Esa era la primera vez que la tenía tan cerca de su cuerpo y ante aquella simple acción su corazón se encontraba feliz, su cuerpo se movió a un lado de la cama mirando por la ventan
Los dedos del Alfa acariciaban con suma delicadeza el vientre de su esposa, apenas tenía tres semanas de embarazo, por lo cual no se podía apreciar mucho, pero aun así Dominik eran tan cuidadoso que hasta la propia Katherine se sorprendía. Todos podían apreciar la actitud del Alfa al estar en cualquier lugar, su ambiente era de felicidad pura y no mostraba su rostro serio. Los rumores habían cesado y eso mantenían feliz a Noah junto con Katherine, sentían que nuevamente todo estaba en paz, pero aun así Katherine podía sentir las miradas de varias personas encima de ella juzgándola.Katherine sonríe entre medio de sus sueños dejando abrir sus ojos, lo primero que vez es el cabello azabache de su esposo a un costado de su pecho, quien se encontraba acariciando su vientre. Ella sin poder evitarlo acaricia el cabello de Dominik haciéndolo sonreír, la luz del sol pegaba en toda
La respiración agitada de la Omega era ante el miedo que sentía, su cuello junto con su hombro le ardía tanto que se había quedado acostada en el bosque mirando un punto fijo. Su piel estaba roja ante la fuerte quemadura que le había provocado el té y sin poder evitarlo su cuerpo temblaba ante la idea de que volviera a pasar. Sus pensamientos sobre aquella deidad que había protegido a Katherine se habían hecho ciertas, la Luna roja estaba allí presente y ella sería la causante de quien destruiría la manada… O eso le hacían creer en aquel culto.Lamentablemente, Dominik o Katherine no podían controlar toda la manada o tan siquiera saber lo que ocurría dentro de ella, y lo peor de todo es que confiaban ciegamente en ellos. Aquel culto se formado hace mucho, antes que Dominik los gobernara. Estuvieron allí desde que la madre de Dominik, Diana, era su Luna. No adoraban
La oscuridad de la noche reinaba en toda Alemania y con ella venía la fría ventisca de la tormenta que se podía visualizar entre las grandes montañas, todos dormían cálidamente entre sus hogares sin temer a ningún peligro. Pero entre las sombras se podía visualizar como algunas personas vestidas de negro caminaban con rapidez para no ser vistos por los vigilantes de la manada, la luna no se podía visualizar en el cielo y para ellos eso le era de su agrado. Aquel culto secreto en la manada König había iniciado una reunión de urgencia. La Omega, que había tenido el accidente con la Luna Roja, se encontraba caminando con rapidez, quería llegar al punto de encuentro para manifestarle lo que había sucedido…Aunque en su interior aún se encontraba en sock con lo que había pasado. En su mente solo tenía un pequeño plan el cual era tachar a su luna
Las palabras que Christa había soltado estaban haciendo eco en la cabeza de Sam, matar al alma gemela de Dominik König era un plan suicida. Muchos sabían que Dominik no se detendría por nada del mundo hasta encontrar a quienes mataron a Katherine. Sam hasta sentía que Dominik no les haría el favor de morir en ese instante, los haría sufrir meses e incluso años por lo que habían hecho.― Christa, estás demente… ― La voz de Sam había llenado la pequeña habitación, algunas personas miraron incrédulas al Alfa ante sus palabras. ― No podemos matarla… ― Christa frunce su ceño molesta, lágrimas de impotencia y rabia bajaban lentamente por su rostro. ― Si le llegamos hacer algo, Dominik nos matará a cada uno de nosotros y destruirá todo lo que hemos creado. No podemos… ― Una tercera voz lo interrumpió.― No quieres porque tienes miedo de que Dominik nos descubra, pero de que podemos matar a la plaga de Katherine podemos lograrlo… Como te dije antes ella está embarazada, podemos matar al mesti
Karl sentía como su cuerpo se encontraba a la defensiva, al igual que su lobo interior al mirar como su madre caminaba hacia la dirección del bosque, el sentimiento de querer ir tras ella era grande… Quería estar a su lado para protegerla como ella lo hacía con él, pero su cuerpo se quedó inmóvil. Sentía como una fuerza desconocida lo retenía a solo estar allí observando como la silueta de Katherine se perdía en el bosque, dejándola ante el peligro.El pequeño Karl no entendía que era lo que estaba pasando, tenía tantas preguntas en su mente que el mismo no podía encontrar las respuestas. Sabía que Katherine no lo abandonaría por nada del mundo, sabía que estaría para él siempre…Pero, aun así, no podía evitar sentir aquel sentimiento de abandono…Había pasado varios meses sin sus padres biológicos que cuando la encontró a ella supo que era la indicada, lo cuido, lo escucho y lo amo en los momentos más difíciles y no quería perderla. Aquella mujer era su todo, era su única familia en
Dominik no había dicho nada, pero sentía un sentimiento de inquietud por parte de Katherine. Su conexión de alma gemela que tenía con su esposa estaba intentando decirle que Katherine estaba ocultando algo y eso al Alfa junto con su lobo interior lo sabían. ¿Qué era lo que ocultaba Katherine?... El Alfa sin decirle nada a Noah, sube las escaleras hacia la habitación que compartía con su esposa y al entrar se encontró con Karl sentado en la cama, ambos se sonrieron al mirarse.― ¿Y Katherine? — Le pregunta y Karl le señala la puerta que va hacia el baño, por lo que Dominik entra con cuidado dándose cuenta de que su esposa se encontraba en la tina bañándose. Katherine mantenía sus ojos cerrados para relajarse, pero el anillo le decía que Dominik había entrado al baño y que la estaba viendo. Antes, cuando Katherine entro al baño intento sacarse el anillo, pero este no salía y cuando lo miro con más detalle se dio cuenta de que las enredaderas estaban en su dedo obligándola a usar el anil