—Él te matará —susurró con voz tranquila, aunque temblaba por dentro, mantuvo su gran compostura, mirándolo directamente a los ojos, continuó—. Él te quitará su derecho.

Henry entrecerró los ojos hacia ella, sin gustarle en absoluto su coraje y su fe hacia ese bastardo.

—No es más que un granuja —siseó Henry.

—Mataste a sus padres. Te hiciste cargo de su manada. Pero te olvidaste de matarlo. Ahora, él es el rey de los pícaros y regresa para tomar su trono —Ashley dijo alto y claro con una voz fuerte.

Él soltó una risa fea mientras le suelta el brazo. —Oh, maldita sea, eso fue intenso —se rió. Sus hombres se reían con él, incluso Scarlette se reía.

—Está bien, aparte de todo lo melodramático, llama a tu pareja para que te ayude —se burló Henry mientras sellaba sus labios en una línea delgada—. Adelante —susurró maliciosamente.

Ella no dijo nada y se quedó allí rígida, sintió las gotas calientes de sangre corriendo por su sien. El impacto de su bofetada fue duro y cuando golpeó el suelo