Solo suya.

Damián se levantó de su silla mientras rodeaba la mesa y se acercaba a ella. Ella le estaba dando una sonrisa confusa mientras él le acercaba la mano.

—¿Bailar? —el preguntó y ella se rió.

—No sé cómo hacerlo —dijo y lo siguiente que él agarró de su mano y tiró de ella hacia arriba.

Ella perdió el equilibrio y se estrelló contra su pecho mientras sus brazos serpenteaban alrededor de su cintura. Ella lo miró y él miró hacia abajo y le sonrió.

—Vamos nena —reflexionó y la acompañó hasta el claro.

Colocó ambas manos de ella sobre su pecho mientras la agarraba por la cintura y comenzaba a moverse lentamente al ritmo.

—Solo así, sigue mi ejemplo —murmuró cerca de su oído y se balanceó con la música.

Entendió la tarea en cuestión de segundos y pronto Damián la estaba haciendo girar mientras ella reía y reía tontamente.

Bailaron al son de las melodías bajo el cielo oscuro. Las estrellas brillaban de alegría y la luna creciente les sonreía. El viento brotaba con serenidad mientras pasaba junt
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