Cuando llegamos al edifico todos parecen sorprendidos, no se si de verme a mi o al magnífico hombre que sigue mis pasos. Entramos al ascensor, las puertas se cierran, le echo un vistazo al reflejo de Mort, se mira tan imponente, intimidante, su aura cambió, hasta los gestos de su rostro, tan serio y sereno, se está tomando demasiado enserio su papel. Al llega a mi oficina Roberto estaba esperándome, al verme sonrió pero cuando notó que tenía compañía su sonrisa se borró. — Roberto, buenos días... él es Mort, mi escolta personal... Mort, Roberto, mi socio mayoritario. Ambos se dieron la mano, Roberto lo miraba extraño, no me parece raro de él, ese hombre desconfía de todos, hasta de su propia sombra. Los hombres se dan la mano, yo me dirijo a mi escritorio, me dejo caer en el suave respaldo de la silla, sintiendo que absorbió el poder que conlleva estar aquí nuevamente. — Muy bien, pequeña Val, a pesar de que han pasado 6 meses no hay mucho con que ponerse al día... dejé en la pa
La escena era extraña de admirar, parecía que por un momento el tiempo corriera más lento, la mujer que se hace llamar mi madre lucha con desespero para llegar hasta mi como si su vida dependiera de ello, por la rabia y el enojo cargado en su mirada no cabe duda de que abrazos no son los que me daría si lograra llegar hasta mí.Me duele, en lo más profundo de mi ser, pero no puedo cambiar la realidad ni las personas, me di cuenta muy tarde que no todos son buenos, que no todos pueden cambiar, no me dejaría pisotear ni ofender nunca más, ni por ella, ni por nadie; lo mejor era cortar lazos, podría llevar su sangre, pero de familia no teníamos nada.— ¿¡Que está pasando aquí, que es todo ese escándalo?!.– Jair entra a la oficina de repente, al ver a mi madre siendo sujetada por Mort, empieza avanzar hacia ellos. — ¿¡Suegra que está pasando?!— ¡No des ni un paso más Jair! – levanto mi voz, grito con tanta fuerza y enojo que logro paralizar a mi madre y a él al mismo tiempo– Mort, suélta
Estoy a punto de llegar a la puerta, la ira me consume, no me deja pensar con claridad, lo único que quiero es abofetear a Cristina por ser tan cínica y sinvergüenza.El cuerpo de Mort aparece de repente obstruyendo mi camino, me detengo, pero intento pasarle por un lado ocasionando que él se mueva para impedirme el paso.— ¿A dónde tan deprisa, My Lady?...— ¡Déjame pasar, iré a arrancarle el cabello a Cristina!— ¿Ella está aquí en el edificio? - Eso parece sorprenderle, lo comprendo, ni yo me lo esperaba, pero mi molestia es más grande que mi asombro.— Si, aquí y en todos lados, esa maldita se adueñó de mi casa, mis cosas, mi trabajo y se metió con mi marido... es una sinvergüenza, ¿Puedes creer que es la jefa del departamento de diseño cuando ella ni siquiera estudió arquitectura?... esos planos son de Adriana conozco bien su trabajo, Cristina se está quedando con el crédito, es una aprovechada.— Valeria cálmate, estás muy exaltada, recuerda que es la amante de tu esposo, metert
El camino a casa fue silencioso, mi cabeza estaba a punto de explotar, cada día me enfrento a nuevas cosas que me ponen los nervios de punta y exaltan mis emociones de una manera que jamás había experimentado, necesito ir al médico por algunos medicamentos antiestrés, porque esto es solo el comienzo.Al llegar a casa Mort se marchó para atender ese asunto que le pedí, por mi parte entre a mi vacía casa y fui directo a mi habitación, para mi sorpresa, el diablo me estaba esperando. — Valeria... cariño, necesitamos hablar. El pequeño gran idiota de mi esposo, Jair, tan impecable y atractivo con ese traje oscuro, el cabello un poco revuelto, me mira con cariño... antes hubiera sentido mariposas en el estómago, ahora me causa náuseas.— ¿Sobre qué?... Me detengo en cuanto llego al segundo piso, estamos a una distancia apreciable el uno del otro, él da el primer paso, pretende acercarse a mí, pero por nada del mundo permitiré que me ponga un dedo encima con sus sucias manos. Mi rechazo
El camino al trabajo me parece tan lento, tengo la carpeta en mis manos y estas tiemblan, no sé si de dolor, molestia o decepción, pero en realidad me cuesta y duele darme cuenta de esta manera, de lo ciega que estuve durante tanto tiempo.Jair había estado haciendo compras desde hacía tiempo atrás, incluso mucho antes que yo enfermara, el departamento a nombre de Cristina también, lo único que es reciente es la malversación de fondos a una cuenta misteriosa que Mort averiguó que está a nombre de él y compartida con la querida Cristina, son miles de dólares poco falta para llegar al millón, lo han estado haciendo durante mucho tiempo, los dos me vieron la cara quién sabe desde cuándo.Mis ojos arden, mi garganta quema, en el pecho siento un vacío que lastima al respirar, pero me mantengo firme, no vale la pena que me vean derramar ni una sola lágrima.Al llegar al edificio, Mort abre mi puerta y salgo sin esperar que él me tienda su mano como siempre para bajar, estoy cegada por la ra
A pesar del mal rato en la mañana el resto del día transcurrió con tranquilidad, Adriana quedó como nueva jefa del departamento de diseño, que así tuvo que ser desde el principio; la buena noticia a las horas de que Jair había aceptado firmar el divorcio y devolver todo lo que me pertenece, a estas horas ya debían de estar él y Cristina en la calle, ya que los desalojaron del departamento de ella que claramente se compró con mi dinero, así que es mío. Me siento una muy mala persona ya que estoy feliz y plena, no siento lástima por ellos y lo que están pasando ni en lo más mínimo, me estoy perdiendo a mi misma en esta venganza, quizás, pero al final de cuentas los golpes de la vida te hacen cambiar, en este mundo todo es maldad, así que te adaptas o te destruyen. — Te veo muy tranquila... La voz de Mort me saca de mis pensamientos de golpe, se mira tan atractivo e impecable con ese traje negro y esa postura firme y varonil, sacudó la cabeza para dejar de admirarlo de esa manera, él
Mi casa es un completo palacio, me encanta, estoy tan emocionada, como niña pequeña con sus juguetes nuevos de navidad, el comedor, la sala, cocina, cuartos, todo es de un color champagne rosado ligero, matices dorados y plateados en algunos adornos, todo tan clásico tan elegante, me fascina... me es imposible ocultar la gran sonrisa que adorna mi rostro de oreja a oreja, esta casa tiene un gran valor para mi, desde que la miré por primera vez quede enamorada de ella, en si es lo único que yo escogí en este lugar, la casa... gran parte de la decoración fue Jair quién la escogió, tenía algunos toques míos pero no la sentía del todo propia, mía... mi lugar ideal.Me llena de rabia el pensar que a mi no me dejó escoger nada, pero a mi querida amiga Cristina si le permitió modificar MI casa, a su gusto. El siempre fue mi voz, no se en que momento me convertí de repente en su sombra, sus palabras eran un mandato divino para mi que aceptaba sin protestar... que patética era, no puedo creer
No tengo idea de cuánto tiempo dure abrazada llorando sobre el pecho de Mort, en verdad me hace sentir protegida, a su lado la fragilidad de mi ser queda expuesta de más de una manera, me parece increíble, como él... que tenemos días de conocernos puede ser tan incondicional conmigo cosa que mi familia en tantos años no fue.Me aparto de la calidez de su cuerpo sintiendo que una parte de mi se queda con él, experimentando nuevamente esa sensación de vacío en el pecho que me hacía sentir frío, como si el aire traspasará esa parte.Mantengo la cabeza agachada, no sé qué decir... no sé qué decirle... ya que huir no es una opción, me queda el plan B, guardar silencio; puedo sentir la piel algo fría de Mort sobre mi rostro, con sus largos dedos limpia las lágrimas que se escapan de mis ojos.— Tranquila, My lady, ya pasó... ¿Tuviste una pesadilla? ¿Quieres hablar de ello? Te escucho.Levanto el rostro para verlo, estoy sorprendida y conmovida a la vez, enserio jamás nadie había tenido ese