Daniella Smith.

Mi hija pasa meses en recuperación y no logramos ningún avance, está en un estado de depresión severa, lo cual es muy peligroso y tengo que estar sobre ella las veinticuatro horas del día para que no se haga daño.

Hace tres días fue el colmo, se encerró en el baño de su habitación, durante madia hora, llame y no respondía, estaba tan desesperada que mande a derribar la puerta con un empleado, la encontré dentro de la bañera había cortado sus muñecas, ya estaba desmayada y con el pulso muy débil.

Nunca había tenido tanto miedo en mi vida, sentí que toda mi vida paso delante de mis ojos y nada valía la pena si ella no estaba, Ángela y mi esposo son lo único bonito que hay en mi vida, me sentí perdida y no podía reaccionar.

El empleado me grito para que detuviese la hemorragia y solo en ese momento Salí de mi parálisis.

—Es lo Mejor para ti. — Le dice mi esposo, cuando la internamos en un hospital psiquiátrico, yo no quería pero fue lo que recomendó el médico para que