Ignorando el drama de las automotrices, cierta rubia ambiciosa descubriría que habia estado viviendo en un castillo en el aire y que pronto la realidad la golpearía.

Julia habia planeado por varios meses como deshacerse de Alexa, para así poder obtener de una vez por todas toda la herencia que su difunto esposo dejo. Ella no habia podido tocar nada de eso porque Celeste y Alexa eran menores de edad cuando el cáncer mato a su pareja.

Pese a que no le gustaba la idea, ella tuvo que seguir manteniendo y manejando el restaurante y la empresa de plásticos Wayne, aunque no podía quejarse mucho ya que era una buena entrada de dinero la que se obtenía de ambos lugares.

Justo esa mañana Julia se habia levantado muy feliz y contenta para ir al despacho del abogado de su difunto marido, ya que con Alexa casada nada la detenía a seguir conservando esos lugares y busco liquidar a los empleados y vender las propiedades, incluyendo la casa para así buscar cambiar para mejorar ya que en primer lugar