Lo cierto es que nada nos pertenece y mucho menos cuando hablamos de la vida de alguien, al inicio creí que el cáncer era su merecido, pero realmente fue lo que me acerco a ella. Le perdone y mi corazón se sentía menos mal junto a ella, pero la muerte esa así, algunas veces la esperamos y otras veces llega sin aviso…

-No sabes lo mucho que me duele – le dije aquella noche llorando recostada de sus piernas en mi cama y ella me revolvía el cabello – yo le quería ¿Por qué la vida es tan dura?

-Llora todo lo que quieras, yo voy a estar aquí contigo hasta mi último suspiro – respondió y me dio un beso en la frente – serás fuerte por los bebés y serás mejor mamá que yo, la vida no es dura, simplemente ella es así

-Todos lo hacemos como podemos, el ser mamás, es más has sido una excelente madre para el bichito de mi hermana – respondí sin rencor

-Al parecer mi destino no es quedarme para siempre en la vida de mis hijos

-Permanecemos en la vida de las personas hasta que el destino lo desee