Cap. 11 La paz que no puedo tener
«Dale a una mujer los tacones adecuados y conquistará al mundo»

Marilyn Monroe

Verona tenía las piernas cruzadas de forma elegante y tomaba un té de vaso alto y le decía:

—Freda es mi colaboradora…

—¿Trabaja para usted?

—Por el momento sí, su sueño es poner un Spa, pero desea hacerlo con estilo, le ofrecí empleo…

—¿Sabe cómo conoció a mi sobrino?

Eso no tenía idea, pero si tenía mucha imaginación y por eso le respondió:

—Suelo enviarla por ropa, o a visitar clientes a sitios de moda… supongo que eso pudo ser.

Fred no creía en las coincidencias de nada, entonces le explicó:

—Cuido la imagen de mi sobrino, sé que pronto será el alcalde de la ciudad, no quiero que ella se interponga.

Verona se las traía con un nefasto y entonces le comentó:

—Nada puedo hacer si son amigos.

—Puede decirle que no se acerque a mi sobrino…

—Como guste, lo cierto es que no veo el inconveniente, pero sí eso gusta.

Fue una visita bastante molesta y ella llamó a Freda:

—Necesito que vengas inmedia
La Pluma

La maestra cazadora ahora es víctima, bendito, esta mujer tendrá que cuidar su terreno muy bien.

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