~Matías~Mi esposa necesitaba descansar para reponerse, así que decidí que pasáramos la noche en la cueva. Los chicos e Isabella mantuvieron la vigilancia en todo momento. Creí que hoy al alba podríamos irnos a casa, pero los gemelos entraron a toda prisa con no muy buenas noticias, me temo.–¡Matías! –gritaron al unísono, alarmados.–Chicos, ¿qué sucede? –pregunté.–Lo sentimos. Es Dylan; está frente a la cueva y, por lo que parece, sigue queriendo arrebatarte a tu luna.–Para tenerla, tendrá que matarme, y no lo logrará –contesté.–Ve, las protegeremos –dijeron Derrik y los gemelos.–Gracias, chicos –salí fuera de la cueva, encontrándome con Dylan y su pequeña manada de ocho lobos.–No me esperaba esto de ti, Bella; traicionarme a mí después de darte todo y criarte como a una hija –dijo Dylan, furioso.–No eres capaz de ver lo que tú solo has causado. La chica no es Andrea, ella murió; la sacaste de su hogar embarazada y pudo haber perdido a sus hijas. Ellos solo vienen a recuperarl
~Matías~Estacionaban las Volkswagen Atlas Tanoak cuando vi a Nana Beca ojear un pequeño papel entre sus manos, acompañado de una rosa negra. Zaniah venía en mis brazos, así que me giré hacia Derrik y le pedí el favor.–Derrik, encárgate; voy a ver qué pasa –le dije. Tomó a mi hija en sus brazos.–Ve, me quedaré con ellas –dijo. Alessandra venía dormida, y Callum se ofreció a cargar a Itzamara. Salté de la cajuela y me acerqué al porche.–Bienvenidos, hijo –dijo Nana Beca, escondiendo lo que sus manos sostenían e intentando aparentar sosiego.–Nana, sabes que lo he visto. Muéstrame –pedí.–Deduje que iba para ti; solo déjalo estar, necesitan descansar, por lo menos hasta que estés en casa.–Sé, con solo verte, que no se trata de nada bueno. Uno de los significados de las rosas negras es el duelo –contesté. Tendí la mano hacia ella y me entregó lo que ocultaba. –Grrr –gruñí airado, arrugando la pequeña nota después de leerla. Uno de los gemelos se acercó a preguntar.–No te ves bien. ¿
~Connor~Todo está listo para la llegada de los chicos y sus pequeñas. Es una pena que Scott no esté en un momento tan importante y tampoco Eloy, pero hemos aprendido a adaptarnos en situaciones difíciles. El salón que hemos desalojado para la fiesta de bienvenida lo hemos dividido en zonas dada su amplitud. Las mesas están repletas de comida, hemos puesto una piscina de bolas para los más pequeños, Samantha nos ha hecho el favor de prestarnos el karaoke, y en una esquina aguardan los obsequios que cada miembro de la manada ha insistido en hacerles a las niñas.Luego está Hugo, una persona hermética y solitaria. Desde que llegó hace dos días, no ha hecho otra cosa más que recorrer nuestras tierras de palmo a palmo, manteniéndonos en la incertidumbre sobre el motivo que lo ha traído a Camden. Lo considero una criatura extraña; los habitantes de la manada rehúyen de él o agachan la cabeza a su paso temiendo mirarlo a los ojos. En ciertos momentos, sobre todo al anochecer, creo que hace
~Matías~Llevamos dos días aislados de todos. Los demás no han interrumpido en nuestra casa para nada y se agradece. Hemos descansado, disfrutado de la compañía mutua y de nuestras hijas. Aún estoy que no me lo creo; pensé que jamás volvería a verlas, pero aquí me encuentro absorto observando a mi esposa dormir, cuando el llanto de las niñas llamó mi atención y fui a verlas.—Buenos días, pequeñas. Vengan con papá, iremos a desayunar —les dije. Las tomé en brazos y dejaron de llorar. De camino a la cocina, Alessandra se unió a nosotros cargando a Zaniah.—Buenos días, amor —dijo posando un suave beso en mis labios. Sonreí y pregunté:—¿Cómo estás?—Mucho mejor, ahora que he podido dormir por horas —contestó.—Lamento haberte despertado, yo... —empecé, pero me interrumpió.—Tranquilo, las escuché entre sueños y me he levantado a ayudarte —dijo, guardando silencio dos segundos pensativa, y añadió—: ¿Has pensado en reunirte con Hugo?—No lo había pensado, pero en algún momento tendría qu
~Alessandra~Gracias a la diosa que George y sus brujos estaban cerca para poder apresar a mi esposo. No les voy a negar que estoy muerta de miedo, porque ese que he visto no es el hombre al que amo. Pero apostaría mi alma a que, cuando lo miré a los ojos, Matías seguía ahí dentro en alguna parte, batallando por poder recuperar el control. Eso me dice que no pierda la esperanza, que entre todos lograremos salvarlo. No pienso darme por vencida; lo traeré de vuelta aunque tenga que arriesgar mi vida para lograrlo. George lo ha traído a la casa del bosque, un lugar aislado y solitario. Nos ha negado la entrada a la misma para evitar daños colaterales.No tengo la menor idea de qué estarán haciendo. Los chicos y yo nos hemos quedado frente a la casa, montando guardia a la espera de tener buenas noticias de Matías y deseando que terminen sus incesantes gritos agonizantes. Alicaída, intento distraerme pensando en cualquier otra cosa, porque escucharlo sufrir de esa manera me está matando, h
Me llamo Matías Weston Ivanov y voy a cumplir 18 años. Resido en Camden, Maine, donde vivo con mi padre y mi hermano pequeño de 8 años. Perdimos a mi madre, Alisa, cuando nació Eloy; él sobrevivió, pero a ella no pudieron salvarla a tiempo. Papá no logró adaptarse a su ausencia; todo le recordaba a ella. Ocho años después, mi hermano pequeño, la manada, papá y yo nos mudamos para buscar un nuevo comienzo. Soy un hombre lobo, un alfa, y mi manada se llama Luz de Luna. La familia Weston ha liderado la manada por generaciones. Mi padre, Scott Weston, sigue siendo el alfa porque todavía me falta un mes para cumplir la mayoría de edad y relevarlo. Me siento ansioso porque llegue ese día; siempre quise ser como él y será todo un honor ocupar su lugar. Nos gusta disfrutar de la naturaleza y, en caso de perder el control, el bosque nos ayuda a no exponernos ante los humanos. Por eso hemos construido una aldea en la zona norte del bosque de Camden. Hoy ha comenzado el nuevo año escolar, al
~Matías~ Llegamos a la primera clase justo a tiempo. Look empezó a sentirse ansioso y la vi con otras tres chicas que entraban en el aula, abrazadas a sus libros y conversando animadamente. Pensando en sentarme al lado de Connor, me di cuenta de que los chicos ya se habían ubicado cada uno en un lugar, y no había espacio para mí. –Adelante, alfa. Da el siguiente paso –dijo Connor por link. De alguna manera tenía que ser, ¿no? Me puse de pie a su derecha y, cuando me decidí a hablarle por primera vez, comencé a tartamudear nervioso. Iba a volver a hablar, esta vez con más claridad, cuando justamente entró el profesor al aula, con Ethan detrás de él. Al cruzar nuestras miradas de soslayo, Ethan se dio cuenta de que ella estaba sentada a mi izquierda. Una sonrisa malévola iluminó su semblante, reconociendo lo que sería, de ahora en adelante, mi debilidad. Tras una larga bocanada de aire para calmar mi nerviosismo, me giré de nuevo hacia ella y le pregunté: –Hola, ¿puedo sentarme aqu
~Matías~ Esa noche, Alessandra me contó más sobre ella y su niñez. Ahora sé que su madre es enfermera y que contrajo matrimonio muy joven con su padre, Henry. Cuando Alessandra tenía seis años, él comenzó a ausentarse, llegando a casa borracho a altas horas de la madrugada. Un día, simplemente no regresó más, hasta once años después, que fue el motivo por el que salieron huyendo. Cuando su mamá, Anna, se negó a que él se metiera en sus vidas, Henry intentó convencerla de que había cambiado. Se atrevió a ir a ver a Alessandra a su anterior instituto, pero los profesores, a petición de Anna, no lo dejaron llevarse a su hija, obligándolos a llamar incluso a la policía. Eso fue la gota que colmó el vaso para Henry. Días más tarde, Anna no regresó a casa al salir del trabajo; fue encontrada inconsciente por uno de los guardias de vigilancia del hospital donde trabajaba. Tras ese escándalo público y el acoso de Henry, pasando noches en la puerta de la casa, las chicas se mudaron desde R