Un mes después.-¡aquí estás Courthney!Lleve la mano a mi pecho asustada por el grito.-¡por la Diosa, no entres así!Estaba escondida en la herrería de la manada desde hace más de 5 horas, el herrero había terminado con todas las armadura y armas de quienes iban a luchar nuestro lado. Llevaba al menos una hora aquí colocando complejos hechizos en la utilería, y el que estaba iniciando fue interrumpido por el grito de mi destinado.-lo siento, no estabas en ningún lugar y me preocupé. ¿Qué haces?Me senté en el escritorio de metal que había en el centro del lugar.-estaba poniendo hechizos en las armaduras, de protección, resistencia, hechizos que alertaran al cuerpo a moverse para evitar ataques sorpresa. No dudo que no sepan identificarlos, pero en el caso de que sus sentidos sean afectados ese hechizo los protegerá por un tiempo, siempre y cuando el estado de ellos le permita seguir luchando. También les puse localización por si tratan de secuestrar a alguno como cebo o cosas así.
-¿a cuántas horas están?-hemos calculado de 12 a 15 horas señora.Asentí con la cabeza aún caminando, el hombre me seguía al igual que a Edwuard. -bien, ordena a todos los ciudadanos que vayan a los refugios asignados bajo tierra. Repítanles que tranquen las puertas y se mantengan calmados, es poco probable que alguien que no sea de esta manada los encuentre. Si algo malo nos pasa ellos deben estar a salvo.-si Alpha enseguida.El se retiró siguiendo las órdenes de Edwuard y otro hombre apareció a nuestro lado dirigiéndose a mí.-señora, tal como ordenó dentro de los refugios están armas para que los ciudadanos se protejan de ser el caso, tienen alimentos y bebidas suministrados para un mes dentro de cada refugio.-¿electricidad o alguna forma de alumbrar dentro? ¿Qué hay del calor o el frío ahí abajo? ¿Colocaron bien las esferas que les di?-si señora, hay velas y cerillos. Y las esferas podrán ser calibradas por ellos mismos desde adentro, según sus necesidades.Asentí satisfecha.
Una vez más mi trasero golpeó el suelo de forma brusca, luego de que la espada hiciera chispa y me lanzó con fuerza.Gruñí molesto. Necesito manejar esa espada, Courthney la mandó a hacer exclusivamente para mi, para protegerlos a todos.Empuño la espada una vez más, mirando el árbol frente a mí, el cual no tiene un solo rasguño a diferencia de mi. Miro la hoja de la espada y en silencio espero que esta vez funcione tal como Courthney dijo. Cerré los ojos y respiré lentamente tranquilizándome, una gota de sudor rodó desde mi frente hasta mi mejilla. Sentí un poco de aire rodearme, abrí uno de mis ojos y vi que la espada comenzaba a tomar un brillo azul y que las hojas estaban rodeandola debido al viento, al igual que lo hacían conmigo. De repente el tono azul que había agarrado la espada se encendió, ahora era un tono mucho más fuerte.Me preparé para ser lanzado nuevamente, pero tal como vino, el azul desapareció dejando la espada de su color natural. Sentí una mano agarrarme el ho
-mi señora. Todas las armas están listas.-¿las pelirrojas ya bebieron la fórmula de mutación que preparaste?-si mi señora, han reaccionado al producto como predijimos y están sedadas debido a su alteración. El efecto pasará cuando estemos atacando y se unirán a la pelea.-¿cómo sabrá a quién atacar?-el suero tiene los químicos adecuados y en su sangre está el código genético que le hace reconocer a sus iguales, es decir a nosotros, por lo atacará a lo desconocido.-bien... cuando acabe la batalla. Mátalas.-p-pero señora, esto es una creación exclusiva... ellas se volvieron una nueva especie, perfectas armas para matar.-¿y quieres que dejemos vivas a las mutaciones genéticas que creaste? No, si consiguen modificar tu experimento podríamos ser nosotros a quienes quieran atacar. Y no usaran nuestras armas en contra nuestra. -señora, por favor reconsiderel---yo no recuerdo haberte pedido de favor esto, es una orden. Así que obedece. Bajando la cabeza derrotado, asintió sin ganas.
Dando dos vueltas más con fuerza al grueso cinturón de mi cintura. Coloco filosos cuchillos en mis botas y esferas de congelación en mis bolsillos delanteros del cinturón. Agarré mi cabello con un lazo negro, cubrí mi cabeza con la capucha y salí de la casa. Todo afuera era ruidoso, cada persona corría de un lado al otro. Aunque ya no habían civiles en el lugar, todos estaban nerviosos.Caminé hacia delante al escuchar mucha conmoción. Vi a mi destinado al frente de todo dando órdenes.-¿qué está pasando, Edwuard?Me miró serio y habló.-Estan fuera de la barrera. En cualquier momento podrían--Un estruendo nos puso alerta.-¡¡POSICIONES!!El grito de Edwuard hizo que todos corrieran ubicándose unos alado de otros. El primer grupo solo armados con espadas. El segundo en su forma de lobo con pesadas protecciones en su cuerpo para evitar daños. El tercer grupo era igual que el primero. El cuarto era constituido completamente por Brujas traídas por mi madre, quien guiaba a este grupo. En
Desde que sus criaturas atacaron, nuestra batalla había comenzado, llevábamos un buen tiempo peleando entre nosotros, todos teníamos sangre y cortes por doquier. Por alguna razón los que más me atacaban eran pequeños hombres verdes con uñas y dientes filosos como agujas. La verdad habían bastantes de ellos, aunque no eran fuertes, si me atacan más de dos a la vez es algo complicado, pero manejable. Clavé una cuchilla en un duende, matandolo. Luego sentí algo colgarse de mi espalda y colocar una rama en mi garganta asfixiandome.Forcejeo hasta que consigo golpear sus costillas, debilite la fuerza de su agarre y quité esa rama de mi cuello. Me dispuse a golpearlo con puño cerrado.Escanee la zona, Edwuard estaba cerca de mi acabando con varios a la vez. No sentí a alguien venir y esa persona se lanzó contra mí haciendo que cayeramos al suelo.-¡ugh!Sus manos se aferraron a mi garganta con mucha fuerza. Alguien más cayó sobre mi inmovilizando el resto de mi cuerpo, a duras penas solté
Ella estaba ahí sollozando de rodillas en el suelo soltando lágrimas gruesas y dando hipidos. Se veía tan lamentable.Tan ridícula.Me acerqué lentamente a ella y con la vara apunté bajo su quijada y la levanté para que me viese.Ella me miró llena de rabia, rencor y dolor. Solo pasaron unos minutos y sus ojos ya estaban hinchados.-deja de llorar, inútil Prince-- a no, espera, acabo de volverte reina ¿verdad? Me reí y puse mi mano en la cintura adoptando una postura confiada y relajada.-se dice G-R-A-C-I-A-S hay que ser educada, Majestad.Estaba aguantando las risas, su cara enserio reflejaba sus emociones y realmente le molestaba cada palabra que decía.Esta niña es divertida. Quizás no sea tan malo que mi destinado la vuelva prisionera de guerra... la pediré prestada vez en cuando para molestarla.Atrás de ella venía el lobo sarnoso de la niña, me miraba furioso. Levanto la mano con la espada y la lanzo en mi dirección.El arma venía muy rápido y apenas pude reaccionar retrocedi
Con Edwuard pisándome los talones caminé a pasos agigantados hasta el epicentro de la pelea.Sabia que esa mujer me seguía sin prisa alguna, pero venía tras mis pasos, burlándose.Agarre varias esferas de mi cinturón y las tiré en diferentes lugares, son especiales, ellas explotaran de la forma que yo necesite en el momento indicado. Espere a que ella apareciera en mi campo de visión sonriendo, viéndolo todo. Era lo suficientemente valiente para pasearse tranquilamente mientras las espadas y zarpazos iban de un lado a otro. Había varios de los suyos cuidando su espalda en puntos claves. Bostezó y se cruzó de brazos.-¿y bien? ¿no que me matarías, niña?Se rió y levantó la mano, los suyos retrocedieron luego de dar un golpe fuerte a nuestros soldados. Agarré a uno de ellos en el proceso y lo mantuve de pie.Con un asentimiento él muchacho regresó a su posición, atrás de nosotros. Cristal y su pareja se colocaron junto a Edwuard. -¿no tienes un modo de hacerlo, verdad? La vara está en