Me abro paso entre la gente con la respiración entrecortada y me pierdo por un momento. Miro a mi alrededor y solo veo muchas personas celebrando el triunfo del pelinegro, me siento muy aturdida hasta que logro ver una puerta color bronce a lo lejos, no sé si esa es la salida, pero camino hasta ella.
Gracias al cielo estoy en lo correcto, salgo y el aire fresco pega en mi rostro, no estaba consciente del calor que tenía ahí dentro hasta que la soledad y frío de la noche llega a mí. Me quedo de pies respirando profundo, odio sentirme de esta forma en la calle.
Miro a mi alrededor, no hay nadie, supongo que al momento de empezar la palea todos entraron.
—Hola, hermosa—veo una sombra a mí lado, pero no logro distinguir al chico que me habla. Mi sistema nervioso se llena de nuevo de temor para seguir caminado—¿Acaso eres dura? —camina detrás de mí. No debería de esta
—Pero nos dijiste la semana pasada que si venías ¿Por qué no estás aquí? Exijo que estés aquí ¡Ya! —me dice América a través de la pantalla de mi celular.—Solo quiero pasar tiempo con mi familia. —le contesto con calma.Estoy en el sillón de la casa de mis abuelos recostada con Tay en mis piernas durmiendo.—Mentira—habla ahora Aria. Sonrío y bajo mi vista al cachorro.—En serio, quise quedarme con ellos—miro a Ben quien está también recostado frente a mí con su móvil.—Pero vas en diciembre con ellos—América me hace carita de perrito.—Pero paso más tiempo con ustedes—les comento obvia.—Fue por Alan—afirma Aria.Alzo mi vista para asegurarme si Ben escucho, y sí lo ha hecho ya que me mira con la ca
Alan.—Por el cielo, Alan, vas hacer que nazca el bebé, quédate quieto. —exclama Ele sentada en el sillón.—Sé que está enojada conmigo y que fui un completo idiota, pero ¿Por qué no me ha llamado? —camino de un lado a otro en la sala de mi madre.Hace unos pocos días que Elena y yo hemos venido a Nueva Orleans para pasar acción de gracias, pero ya tenemos que regresar tanto por la seguridad de ella como por mis clases y entrenamientos.—No te ha llamado exactamente por las razones que has dicho, dale su tiempo—suspira Elena—Fue impactante lo que vio.—¿En serio? —bufo—Eso no fue nada.—Pareces tonto—habla Mike, mi hermano. Quien está frente al televisor jugando video juegos con Willy, mi otro hermano.—Ustedes no abran la jodida boca.—¿
Bella.¿Por qué la historia realmente comienza ahora?Crecí junto con Jazmín fantaseando sobre todos los libros que alguna vez leíamos, la mayoría de sus protagonistas son adolescentes y creí que al momento de pasar esa etapa ya se acababa la historia.Cuando conocí a Matías creí que mi historia había comenzado, pero al momento que empezó a golpearme y maltratarme me sentí en una de terror, de esas donde la protagonista nunca sale viva y se tiene que resignar a que su final feliz nunca llega.Pero no sabía lo equivocada que estaba, comprendí que mi final feliz me lo tengo que dar yo, debo luchar contra mis miedos y problemas para poder brillar.Al salir de lo que creí era mi zona de confort entendí que soy más fuerte de lo que alguna vez pensé lo seria, más inteligente y que valgo mucho m&aacut
Alan.Suspiro a pesar que el ambiente no es muy fresco, mi corazón está latiendo como un loco y me agrada mucho el hecho de que sea Bella quien me cause esto.—Gracias. —es lo único que sale de mi boca—Eres increíble.—Elena merece tener paz. —mira su trago—Todos merecemos tener paz. —esto último lo dice tan bajo que casi no la escucho.—¡Bella! —llegan América y Aria a nuestro lado— Vamos a cantar.—¿Están locas? —sonríe—Aun no estoy lo suficientemente borracha.—Por favor—le ruega América.—Será divertido—dice Aria.—Ya tenemos la canción y todo—Thiago y Brian se paran a mis costados.—No seas aburrida, será divertido verlas hacer el ridículo—dice Thiago.—Vamos,
Alan.La tomo por el trasero y la aprieto más a mi creciente erección, ya estoy excitado y apenas me ha besado. Empieza a moverse encima de mí y eso solo me vuelve más loco. La cargo y la tiro en la cama mirándome, vuelvo a besarla, sus manos van a mi entrepierna y empieza a quitarme el cinturón. Mi mano va hasta su pantalón y meto mi mano entre sus piernas, está empezando a mojarse y eso me gusta, introduzco uno de mis dedos en ella y gime entre mis labios, meto dos dedos en ella y acelero mi ritmo.Le quito el pantalón, la tomo por los tobillos y la arrastro cerca de la orilla para luego arrodillarme, tener su entrepierna frente a mí y sus piernas en mis hombros. Acerco mi boca a su clítoris para pasar mi lengua por este, miro toda su intimidad y esto me causa más excitación, muevo mi lengua de arriba abajo con rapidez. Esto hace que Bella arquee su cadera a mi
Bella."Que delicioso es dormir."Me muevo un poco y siento su olor.Los recuerdos de la noche anterior vienen a mí con tantas emociones que mi corazón late con fuerza.Abro perezosamente los ojos.Es de día, día... Mierda, tengo clases.Me levanto rápidamente lo que hace que me dé un fuerte dolor de cabeza, busco mi ropa con la vista, veo mi pantalón y ropa interior pero no sé dónde está mi camisa. No me jodan mi camisa ¿Dónde está? Al levantarme me percato que Alan no está ni en la cama, ni en la habitación, no importa, necesito irme. Tomo mi ropa y empiezo a vestirme, soy consciente de su presencia cuando miro a la puerta.—¿Tan rápido te vas, princesa? —se queda en el marco de la puerta, está sin camisa, solo con unos pantalones de algodón.Tay entra ladra
Llevo las manos al rostro tratando de ocultar mis sentimientos y lágrimas.Siento como Alan se levanta de su silla y camina cerca de mí, sus manos cálidas apartan las mías de mi rostro, al abrir los ojos veo a Alan arrodillado a mí lado, me muevo en la silla tratando de queda frente a frente, caen lagrimas gruesas y llenas de mil millones de sentimientos, sobre todo agradecimiento.—Yo... Yo...—me falta el aire por los sollozos. —Yo pensé que al contar esto. —respiro profundo—Me culparían o dirían cosas feas, pero no y ahora creo que me siento mejor, ahora que saqué esto de mi pecho, creo que se me ha quitado un peso de encima. Nadie me va hacer daño ahora.—Eso no fue tu culpa, nunca lo fue, tú solo estabas asustada y perdida, te hicieron pasar por algo horrible—Alan se levanta del piso y me abraza. Mi cabeza queda en su abdomen. —Pero ya
Siento que la emoción que tengo contenida podría salir de mis poros en cualquier momento.Luego que Alan mencionara el hecho que para él soy su novia no comenté nada, no hasta estar solos. Y ahora lo estamos.Tay duerme en mi regazo, estamos en el auto de regreso a casa.—¿Alan? —volteo a verlo.Su vista está concentrada en la carretera.—¿Mmm?—¿Yo soy tu novia? —tomo por completo su atención.—Sí—afirma.—¿Desde cuándo? —sonríe.¿Por qué ríe? Su sonrisa es mi debilidad.—¿Cómo qué desde cuándo? —me mira de vez en cuando— Tú me gustas, yo te gusto, nos besamos, tenemos sexo—se encoge de hombros—somos novios—dice como si fuese un hecho.—Pero así no funciona&mda