—Ya se lo dijimos, pero no nos cree —me dice mi pequeño Alec—. ¿Por qué no nos cree?—James, tienes que tranquilizarte —le dice Alec—. Con gusto podemos discutir el tema, pero…—Con la única persona con quien voy a discutir el tema es con Demetria —responde Hoffman con frialdad—. Lo lamento, pero te
Aria —¿Y bien? —le pregunto, luego de unos minutos en que ella está callada—. ¿Me lo vas a contar? Necesito saberlo para saber cómo ayudarte. —No hay mucho que explicar —murmura, evadiendo mi mirada—. Lo que pasó fue que tuve un arranque de irresponsabilidad y pasé... Dios, no puedo decirlo. D
AlecEl día en el parque de diversiones, a pesar del mal rato que tuvimos, resultó muy divertido para todos. Es sanador poder disfrutar de mis hijos y de Aria completamente a solas, escucharlos reír y que me llamen «papi» o «papá» más de cinco veces por minuto. Además, me encanta que la galería de m
Alec Lo primero que se me ocurre para apaciguar las cosas es decir que quiero escucharle. En realidad, no me interesan mucho sus líos amorosos, pero sé que Aria va a desear saberlo todo en cuanto regrese con ella.—No, no quiero café —me responde cuando se lo ofrezco—. Necesito ver a…—Demetria est
AriaMe quedo paralizada viendo mi prueba de embarazo positiva. Llevo algunos días sospechando sobre esto, pero el confirmarlo me hiela la sangre. Tenía la esperanza de que solo fueran imaginaciones mías y que el retraso menstrual y otros síntomas solo se debieran al continuo estrés al que mi jefe m
AriaGran parte de la noche la paso llorando desconsolada como cada vez que me sucede cuando veo la realidad de las cosas. Siempre que Natasha viene a verlo, él se olvida de mí. A ella le da sus sonrisas, su amabilidad, todo lo contrario a lo que a mí me da. Conmigo es un hombre exigente, frío y ni
AriaCuando salgo de esa oficina no soy capaz de mantenerme en mi área de trabajo, sino que tengo que ir al baño a tranquilizarme, pero me es imposible. Las lágrimas salen sin cesar por mis ojos y no puedo hacer nada para que dejen de salir.¿Debería decir que me siento mal e irme? ¿Debo renunciar?
Aria No me gusta mucho cuando el día está extremadamente cargado de trabajo, pero hoy es diferente. El agendar tantas reuniones e ir de un departamento a otro en representación del señor Elwood me despeja la mente de mis preocupaciones. Claro, eso no me libera del todo de la enorme piedra que hay