El camino a la empresa se me pasa rápido, escuchando los parloteos de mis tres pequeños, que están emocionados por ver el lugar donde su madre trabajó conmigo todos estos años. Sin embargo, el recuerdo de aquella persecución me golpea al llegar al estacionamiento. No hay ninguna señal de lo que suce
Aria Sé que Julia jamás nos expondría ante la junta directiva, pero siento una vergüenza tremenda al ver la seriedad en los rostros de todos los presentes. La única que sonríe discretamente es Julia, al igual que Ethan, que seguramente sospecha lo que nos quedamos haciendo. —Buenos días a todos.
DemetriaCuidar de los pequeños angelitos de la señorita Aria siempre ha sido un placer enorme. Mis niños siempre fueron unos ángeles que, a pesar de hacer sus travesuras, obedecen cuando se les dice que algo es peligroso. Sin embargo, hoy Jack está bastante inquieto y se aburre al poco tiempo de qu
Aria—Mi amor, estoy seguro de que pronto los vamos a encontrar —me dice Alec cuando terminamos de buscar en todo el piso.—Eso espero, eso espero —sollozo—. Vamos a la recepción, llama. No pudieron haberse perdido.—No, estoy seguro de que no se perdieron y de que los vamos a encontrar pronto.Alec
—Ya se lo dijimos, pero no nos cree —me dice mi pequeño Alec—. ¿Por qué no nos cree?—James, tienes que tranquilizarte —le dice Alec—. Con gusto podemos discutir el tema, pero…—Con la única persona con quien voy a discutir el tema es con Demetria —responde Hoffman con frialdad—. Lo lamento, pero te
Aria —¿Y bien? —le pregunto, luego de unos minutos en que ella está callada—. ¿Me lo vas a contar? Necesito saberlo para saber cómo ayudarte. —No hay mucho que explicar —murmura, evadiendo mi mirada—. Lo que pasó fue que tuve un arranque de irresponsabilidad y pasé... Dios, no puedo decirlo. D
AlecEl día en el parque de diversiones, a pesar del mal rato que tuvimos, resultó muy divertido para todos. Es sanador poder disfrutar de mis hijos y de Aria completamente a solas, escucharlos reír y que me llamen «papi» o «papá» más de cinco veces por minuto. Además, me encanta que la galería de m
Alec Lo primero que se me ocurre para apaciguar las cosas es decir que quiero escucharle. En realidad, no me interesan mucho sus líos amorosos, pero sé que Aria va a desear saberlo todo en cuanto regrese con ella.—No, no quiero café —me responde cuando se lo ofrezco—. Necesito ver a…—Demetria est