Al llegar al piso indicado no bajo a Aria, sino, por el contrario, me aferro más. —Estamos llegando muy lejos —dice angustiada; sin embargo, sus acciones la contradicen, ya que está succionando mi cuello—. Alec, debemos parar.—No, no lo haremos. Llevo cuatro malditos años deseando partirte en dos.
De pronto, Aria mueve más las caderas, por lo que decido que es hora de disfrutarnos por completo. —No voy a soltarte —le digo mientras arremeto con fuerza—. Vas a volver conmigo. —No.—Sí, claro que sí —gruño.Aria se aferra a mi espalda y cierra más las piernas en torno a mí. No tengo ganas de t
Aria Salir viva de aquel edificio me parece un milagro, pero lo logro. También logro hacerme con mi bolsa antes de que Alec la tome. No es que lleve en este celular algo con respecto a los trillizos, pero nunca se sabe. —No, no me vas a llevar tú —le digo cuando estamos en el estacionamiento—. Ped
—Ethan —jadeo sorprendida cuando atravieso la primera entrada. —¿De dónde vienes? —me pregunta muy serio, aunque por suerte no parece furioso—. El doctor Harris me llamó para decirme que Alec se puso violento y te llevó con él. —Sí, creo que le rompió la nariz —digo avergonzada. —¿Qué? Eso no me
Para deshacerme de tales pensamientos, sacudo la cabeza y termino de secarme el cabello. Al hacerlo, regreso a la cama, en donde, por suerte, puedo conciliar el sueño rápido. Tan solo espero que Shawn pueda responder a mi mensaje de disculpas y en donde le aseguré que estoy bien. No quiero perder s
Alec Mandar a John a recoger a Aria tal vez no es la mejor idea del mundo, pero a estas alturas ya no me interesa lo que es correcto o no. Espero que le quede claro a Ethan que ella ha vuelto conmigo y que vamos a estar juntos, también que su m****a de matrimonio me importa un bledo.Anoche pude se
—¡Claro! ¡Cómo te encanta revolcarte con esa chiquilla! —me grita. —Acabas de escuchar que tu hija está embarazada de otro hombre, ¿y me acusas a mí de ser infiel? —resoplo. Natasha baja la mirada, avergonzada. Ahora entiendo menos la situación, ¿cómo Aria permite que su marido se acueste con Nata
—¡Infeliz, bastardo! —le grita Hunter intentando ir hacia él, pero no lo logra porque lo sujeto del brazo.—Basta ya —le exijo—. Por favor, Hunter. Hablemos como personas civilizadas. Quiero que me expliquen…—No hay nada que explicar —dice Ethan—. Este hombre, junto con mi madre adoptiva, se encarg