Jajajajaja Alisson va a arder xD ¡Muchas gracias por leer la historia! Si te está gustando no te olvides de comentar, votar y dejar tu reseña.
Alec—Esto pinta demasiado mal —dice Natasha cuando vamos a la oficina—. Ese maldito par luce…—No, no lo digas —la interrumpo—. Ellos solo son una mentira, no están juntos.—¿Cómo lo sabes? —Me mira con ojos entornados.—Solo lo sé.—Eres un asqueroso —dice enojada—. Ya me imagino lo que…—En lugar
Aria Lo único que hacemos después de salir de la empresa, es recoger a mi hermano e irnos inmediatamente al pueblo. Julia se quedará algunos días en la ciudad para arreglar algunos asuntos, así que Ethan la ha dejado en su casa. Yo estoy ansiosa por regresar a ver a mis hijos, que de nuevo han teni
Aria Venir a la plaza con mis niños, me calma mucho los nervios. Alec ya me ha perdonado, o eso es lo que creo, porque no se aparta de mí y no quiere que lo deje ni cuando está dibujando. Permite que sus hermanos y mi sobrina estén sobre mí, pero siempre y cuando no me aleje de su lado. —La vida a
AlecLa casa de los Mills está vacía para cuando me presento, lo cual indica que tal vez nunca llegaron aquí y que todos siguen fuera de la ciudad. Intento que esto no me desespere, pero es imposible. Estoy cansado de tanto secretismo, de tanto misterio, de descubrir verdades que cada vez me enfurec
Aria —¿Me mandaste llamar? —le pregunto a Ethan al entrar en el despacho. Él asiente y le sonríe antes de voltear su laptop hacia mí. —Mira, este me ha gustado mucho. Tiene un parque justo abajo y está cercado. Solo los inquilinos tienen acceso por seguridad.—Guau —digo sorprendida—. Es hermoso,
Aria Tener que prometer a tres niños tristes que mamá regresará pronto es algo demasiado duro para mí, pero logro hacerlo y me subo en la camioneta en donde Kai me va a transportar. Todavía tengo mucho sueño, pues no soy una de esas personas que puedan funcionar levantándose a las tres de la mañan
Aria No pongo demasiada objeción para ir a esa oficina en el piso catorce, pero dentro del ascensor aprieto los puños por la rabia que siento. Tan solo espero que dentro de la oficina esté alguien más, incluso su esposa. Si eso sucede, yo con gusto vuelvo a servirles el vino como aquella vez en la
Alec Al regresar a mi asiento, la impotencia me aplasta como si fuese una pesada roca. Se supone que debí mantener las distancias al menos algunos días y sorprenderla con la guardia baja, pero lo único que conseguí al verla marcharse fue desesperarme y reiterarle que ella es mía, que nunca va a dej